La Filosofía de Friedrich Nietzsche: Una Crítica Radical a la Civilización Occidental
Según Friedrich Nietzsche, la civilización occidental se asienta sobre una concepción contraria a la vida y opuesta a la naturaleza humana, una concepción que, irremediablemente, debe ser destruida. La cultura europea, argumenta, se sustenta en dos pilares antinaturales: la filosofía occidental y la religión cristiana. Ambas, incapaces de asumir los sinsabores propios de la vida (simbolizados por Nietzsche con el dios griego Dionisio), han optado por renunciar y evadirse de ella, idealizando una nueva y falsa realidad basada en la perfección, el equilibrio y la universalidad (representada por la figura de Apolo).
Crítica al Racionalismo y a la Religión Cristiana
La filosofía de Nietzsche, por lo tanto, parte de una crítica en dos frentes:
- Crítica al racionalismo «egipticista»: Nietzsche critica el racionalismo que ha reinado en la filosofía tradicional, principalmente desde Platón. Este racionalismo concebía conceptos ficticios, las Ideas, como la máxima representación de un mundo universal e invariable, una realidad que no corresponde con la vida en sí misma. El vitalismo de Nietzsche se manifiesta afirmando que el mundo está en continuo devenir, y son los sentidos la única fuente que nos proporciona un conocimiento verdadero de la vida tal y como es.
- Crítica a la religión cristiana: Para Nietzsche, la religión cristiana, y especialmente la idea de Dios y los valores cristianos derivados de ella, representan la renuncia a la vida. Sus ideales son contrarios a la propia naturaleza humana, ya que la rechazan. Los hombres, según Nietzsche, han tratado de buscar el sentido de la vida en su propia antítesis: la divinidad.
La solución que propone Nietzsche es la proclamación de la muerte de Dios, que representa la destrucción de los viejos ideales y de la visión errónea de la realidad que concebía la sociedad de su tiempo.
El Nihilismo y el Advenimiento del Superhombre
Una vez destruidas las concepciones idealistas de la metafísica tradicional y la religión, Nietzsche propone alcanzar la auténtica grandeza humana: el «amor fati«, es decir, simpatizar absolutamente con los verdaderos valores vitales, aceptar y amar la vida tal y como es, y quererse a uno mismo, renunciando a la tendencia a alcanzar otra vida más auténtica, idealizada y, en definitiva, inexistente.
Nietzsche plantea dos estadios a los que los hombres tenderán tras la muerte de Dios:
- Nihilismo pasivo y el «último hombre»: Muchos desarrollarán un nihilismo pasivo, que los conducirá hacia el estadio del «último hombre», una raza miserable que es consciente de la falta de valores y se conforma con ella. Esta raza vive una vida sin objetivos ni ideales, motivada por la necesidad de supervivencia y la comodidad. Según Nietzsche, su época es la del último hombre, una raza pequeña y estéril que no producirá nada nuevo ni valioso para el progreso del mundo.
- Nihilismo activo y el «superhombre» (Übermensch): Otros optarán por un nihilismo activo, superando la realidad tanto del hombre como del último hombre. Estos individuos crearán un ser nuevo y superior que asume el reto de transmutar los ideales tradicionales y aceptar los verdaderos valores vitales: el superhombre.
La Voluntad de Poder y la Transvaloración de los Valores
El gran proyecto del pensamiento de Nietzsche se plasma en la figura del superhombre. Con la destrucción del antinaturalismo de la moral cristiana, el superhombre desarrollará una voluntad de poder, construyendo un nuevo orden de valores opuestos a los anteriores. Se sustituirá el «tú debes» por el deseo de voluntad del «yo quiero». Nietzsche no especifica estos nuevos valores, ya que su misión no es predicar una nueva moral, sino ser el mesías de la era del Übermensch, aquel que logrará alcanzar un mundo mejor («La vida acaba donde comienza el reino de Dios»).
En su obra «Así habló Zaratustra», Nietzsche explica las tres transformaciones que debe afrontar el espíritu para alcanzar el estadio del superhombre:
- El camello: El ser humano, influido por la filosofía platónica y la moral cristiana, es representado como un camello, sometido a las pesadas cargas de la humildad, el sometimiento y el rechazo de la vida.
- El león: Consciente de esta situación, el espíritu se rebela, lucha y destruye los viejos valores tradicionales con la furia de un león.
- El niño: Finalmente, despojado de toda su cultura y estilo de vida occidental, el espíritu disfruta de la inocencia de un niño, descubridor de nuevos valores y amante de la vida, creando una nueva realidad sobre la que se sustenta su voluntad de poder.
Este será el momento en el que el mundo anunciado por Nietzsche se haga realidad.
Comparación entre Nietzsche y Ortega y Gasset
Se presenta una breve comparación entre las ideas de Nietzsche y José Ortega y Gasset:
- Ambos filósofos comparten un enfoque vitalista, centrado en el estudio de la vida. Sin embargo, el vitalismo de Nietzsche es irracionalista, mientras que Ortega y Gasset considera la razón como una dimensión irrenunciable del ser humano.
- Para ambos, la realidad fundamental es la vida («el mundo aparente» para Nietzsche, «realidad radical» para Ortega). Ambos la definen como una experiencia en continuo devenir. Nietzsche enfatiza el impulso instintivo, mientras que Ortega habla de vida como historia y biografía.
- Difieren en su concepción del tiempo: cíclico para Nietzsche (Eterno Retorno), lineal para Ortega.
- En cuanto al conocimiento, ambos valoran los sentidos como fuente de conocimiento verdadero. Sin embargo, Ortega considera que la razón, como capacidad innata, ayuda a orientar la existencia, mientras que Nietzsche la rechaza por completo.
- Ambos proyectos filosóficos buscan superar la tradición filosófica anterior.
- Nietzsche propone el superhombre y la transvaloración de los valores, mientras que Ortega busca una «razón vital e histórica» que guíe al ser humano.
- Se puede establecer un paralelismo entre el superhombre de Nietzsche y la élite social de Ortega, así como entre el último hombre y la «masa social».