Nietzsche y el Vitalismo
Se denomina vitalismo a la corriente filosófica que gira en torno al concepto de la vida. Se puede entender desde dos perspectivas: la biológica y la biográfica, es decir, la vida como experiencia existencial. Su representante más destacado es Friedrich Nietzsche.
El Pensamiento Filosófico de Nietzsche: Una Crítica a la Tradición Occidental
Según Nietzsche, Platón instauró el error dogmático más duradero y peligroso: la idea del espíritu puro y el bien en sí. Siguiendo su pensamiento, podemos distinguir tres áreas principales de crítica:
Crítica a la Moral
Nietzsche entiende por moral todo aquello que es antinatural, es decir, la moral que se opone a la vida y que establece normas sobre los instintos vitales. Según él, la moral platónica, que sirve de base para la moral cristiana, es una condena. El mundo de las ideas platónico se convierte en un «más allá» religioso para los cristianos, de tal forma que el platonismo se transforma en metafísica cristiana. Nietzsche acusa al cristianismo de ser una «metafísica del verdugo», ya que sostiene que el hombre, al pecar, debe purgar sus culpas. Para Nietzsche, el orden moral no viene dado por Dios, sino por el propio hombre. Si Dios ha sido la gran objeción contra la vida, al negarlo, negamos su responsabilidad y redimimos al mundo. La moral de Nietzsche no es amoral, sino que busca que el hombre sea dueño de su vida sin leyes ni metas impuestas externamente.
Crítica a la Metafísica Tradicional
Los filósofos tradicionales creían que las cosas de valor supremo provenían de Dios, del «otro mundo». Nietzsche, en cambio, propone un mundo distinto con categorías distintas y ataca a los metafísicos, denominándolos «momias conceptuales». La ontología tradicional creía en un ser inmutable y fijo, que no se deja ver tal y como es. Este ser supremo tiene su propio mundo, y lo que el hombre conoce de él es solo apariencia. Nietzsche combate el problema ontológico tradicional con cuatro tesis:
- La mente humana cree haber comprendido al ser a través de sus categorías (unidad, causalidad, finalidad, etc.). Cree que su razón, a través de estas categorías, es lógica, pero no lo es. El hombre necesita de los errores de las categorías para poder sobrevivir.
- Las categorías del «ser verdadero» de las cosas son signos del no ser, es decir, de la nada. El mundo que llaman verdadero se contrapone al de los sentidos, y esta contraposición no es más que una ilusión moral.
- Inventar otro mundo distinto a este no tiene sentido, a menos que se pretenda que sea mejor. El problema radica en el nihilismo: se duda del valor de la vida y se inventa otro mundo.
- Dividir el mundo en verdadero y falso o aparente se opone no solo a Platón, sino también a Kant, pues son síntomas de decadencia. Si existe un mundo verdadero, tendrá que existir un hombre verdadero; si existe un mundo falso, existirá un hombre falso. La verdad no es más que un conjunto de ilusiones que las costumbres han ido imponiendo. Con los conceptos, Nietzsche pone en duda que a través de ellos comprendamos la verdadera realidad del ser, que es el devenir. Es decir, con las palabras no penetramos en el problema de la verdadera realidad.
El lenguaje puede hacer que se encuentren rasgos comunes entre filosofías griegas, indias y alemanas. Esta razón común es la «filosofía de la gramática», pero esto no quiere decir que a través del lenguaje las distintas filosofías se unifiquen; solo tienen algunos rasgos parecidos. Por eso, Nietzsche llamó a la razón del lenguaje la «vieja engañadora».
Crítica a las Ciencias Positivas
La ciencia tiene un sentido propio y preciso para Nietzsche. Es una crítica a la matematización de lo real, ya que a través de ella no conocemos realmente las cosas, sino que solo establecemos relaciones cuantitativas. Nietzsche no ataca la ciencia en sí, sino una metodología determinada. Su crítica a las ciencias tiene dos vertientes:
- Ciencia y Moral: La ciencia investiga el curso de la naturaleza, pero no puede dar órdenes. Solo conoce cantidad y número, pero nada de pasión, placer o amor. No puede ofrecernos una ley moral.
- Ciencia y Estado: La ciencia está al servicio de los poderes creados. El Estado la ha transformado a su servicio y la explota para sus fines.
El Nihilismo
El nihilismo, para Nietzsche, no es una doctrina filosófica, sino un movimiento histórico, el destino de los pueblos occidentales. Nietzsche dijo: «Dios ha muerto, el mundo se ha quedado sin brújula, sin leyes, sin fuerzas que le manden». El nihilismo tiene dos caras:
- Negativa: Como esencia de la tradición platónico-cristiana, es una crítica destructora de la tradición occidental.
- Positiva: Es el reconocimiento del porqué Occidente ha llegado a ser nihilista.
Hay tres momentos en el nihilismo: duda, reflexión y voluntad de poder.
- La duda es la consecuencia inmediata de la destrucción de los valores que habían estado vigentes hasta ahora.
- La reflexión es la afirmación del proceso nihilista.
- La voluntad de poder es el momento de la valorización sobre la vida, la esperanza. A este momento Nietzsche lo llama voluntad de poder, y abre las puertas hacia una nueva ontología.
Cuando Nietzsche dice «Dios ha muerto», se refiere al Dios monoteísta de los metafísicos, como afirma en su libro «Así habló Zaratustra». Los dioses han muerto de risa al oír decir a uno de ellos que él era el único Dios. El nihilismo no cree en la existencia de un único Dios que conduce a través de la razón, sino que afirma la existencia de otros dioses, es decir, cree en la variedad, en un politeísmo. El Dios monoteísta, moral y todopoderoso es el que muere, y renacen los dioses múltiples y finitos.
El Concepto de Verdad
Para Nietzsche, la verdad es aquella clase de error sin la que una determinada especie de seres vivos no podría vivir. Lo que importa es el valor para la vida, la voluntad de poder. Por lo tanto, la verdad es ilusión y apariencia.
El Superhombre
El nihilismo traerá como consecuencia una ruptura con los valores anteriores. Nihilismo es igual a decadencia. El amor eterno hacia la vida hace que el hombre se supere continuamente. El hombre es solo un puente hacia el superhombre. En «Así habló Zaratustra», Nietzsche expone la metamorfosis del espíritu, que atraviesa tres fases:
- Camello: Simboliza a los que obedecen ciegamente, se arrodillan para que les pongan la carga y soportan las obligaciones sociales.
- León: Simboliza el momento nihilista, que niega los valores tradicionales.
- Niño: Es cuando el individuo se libera de los prejuicios y crea una nueva tabla de valores.
El cristianismo ha domesticado al hombre; la nueva moral del superhombre lo libera. El hombre superior no hace caso de los prejuicios de la gente. No cree en la igualdad, pues afirma que esta es una artimaña de los débiles de espíritu, cristianos y socialistas. El hombre como animal de rebaño debe rechazarse. Si Dios ha muerto, solo queda el hombre como posibilidad abierta del superhombre. Este superhombre se ríe de los valores del mundo suprasensible. Esta moral tiene dos peligros:
- Sus criterios son de orden estético.
- Nietzsche veía cierta belleza en los furores de la «bestia germánica».