Empirismo de David Hume
Principio de Causalidad
El conocimiento de los hechos está fundado en la relación causa-efecto. Según Hume, la relación entre causa y efecto se ha concebido tradicionalmente como una conexión necesaria entre ambos, de modo que, conocido la causa, la razón podrá deducir el efecto, y conocido el efecto, la razón tendrá capacidad suficiente para remontarse a la causa.
Aplicando el criterio de verdad de Hume para saber si la idea de conexión necesaria es verdadera, recordamos que para ser verdadera una idea debía corresponder a una impresión que correspondiera a la idea de conexión necesaria. El ejemplo sería observar el choque de dos bolas de billar, en la que el movimiento de la primera bola y su impacto en la segunda bola es la causa, y el movimiento de la segunda bola es el efecto. En ambos casos, las ideas son verdaderas, es decir, tanto a la causa como al efecto les corresponde una impresión.
Lo único que observamos es la sucesión entre el movimiento de la primera bola y el movimiento de la segunda. De lo único que tenemos idea es de la sucesión, pero no hay ninguna impresión que corresponda a la idea de conexión necesaria. Así, concluimos que la idea de conexión necesaria entre la causa y el efecto es una idea falsa.
En conclusión, diríamos que estamos convencidos de que la segunda bola se moverá al chocar con la primera bola porque hemos observado que siempre sucede así y tenemos experiencia. El principio de causalidad solo tiene sentido aplicado a la experiencia. Suponemos hechos futuros porque aplicamos la inferencia causal, pero la inferencia causal es ilegítima y nuestra predicción de los hechos futuros no deja de ser una mera creencia, por muy razonable que parezca. Sobre el futuro no podemos decir nada porque no tenemos experiencia, solo podemos suponer lo que va a ocurrir.
Sentimiento y Moral: Emotivismo Humeano
Hume considera una cuestión de hecho que la moralidad existe, ya que todo el mundo hace distinciones morales. Cada uno de nosotros se ve afectado por consideraciones sobre lo bueno o lo malo, y podemos observar en los demás diferentes comportamientos que derivan de las distinciones entre lo bueno y lo malo.
El problema está en preguntarnos si tales distinciones morales se fundan en la razón, de modo que lo bueno y lo malo son lo mismo para todos los seres humanos, o si se fundan en el sentimiento, de forma que cada uno consideremos malas o buenas distintas cosas.
Hume rechaza la razón como fuente de moralidad, diciendo que como solo existían dos operaciones del entendimiento, el conocimiento de hechos y el de la relación de ideas, si la razón fuese la fuente de las distinciones morales, estas deberían obtenerse mediante uno de los dos tipos de conocimiento, pero no ocurre así.
Lo que denominamos bueno o malo no puede ser considerado como algo que constituya una cualidad de un objeto moral. Si analizamos una acción moral, sea buena o mala, aparecerán las propiedades de los hechos que intervienen en ello, pero no aparecerá por ninguna parte lo bueno o lo malo como causalidad de los objetos, sino como sentimiento de aprobación o desaprobación de los hechos descritos.
La moralidad está basada en el sentimiento. Consideramos que algo es bueno o malo por el sentimiento de agrado que genera en nosotros, no porque la razón capte lo bueno o lo malo de ese objeto.
Hume y Otros Filósofos
Aristóteles
Para Aristóteles, en la metafísica, la pregunta por el ser era la pregunta por la sustancia, ya que todo lo que es es, en primer lugar, sustancia. Aristóteles distinguía dos tipos de sustancia: la sustancia primera y la segunda, o esencia. Sobre la ciencia se construyen la metafísica y la gnoseología aristotélica.
Hume pregunta por la validez de la idea de sustancia recurriendo al criterio de verdad, según el cual una idea será verdadera si le corresponde una impresión y será falsa si no le corresponde ninguna. Solo hay dos tipos de impresiones: las de sensación y las de reflexión. Ninguna de estas corresponde a la idea de sustancia. Las de sensación no le corresponden porque esta idea no contiene nada sensible. Las de reflexión no la corresponden porque estas no se constituyen por pasiones y emociones.
Hume concluye con que si la idea de sustancia no le corresponde ni una impresión de reflexión ni una impresión de sensación, entonces no le corresponde ninguna impresión y estas ideas son falsas. Por lo tanto, para Hume, la idea de sustancia es una idea falsa producida por la imaginación.
Papper
Papper dice de Hume que, una de las mentes más racionales que haya existido nunca, se convirtió en un escéptico y en un creyente de una epistemología irracional.
Russell
Russell afirma que la filosofía de Hume representa la bancarrota de la racionalidad del siglo XVIII y que es necesaria una respuesta filosófica a Hume para que se diluya la diferencia entre razón y locura.
Descartes
Hume coincide con Descartes en que no podemos conocer o distinguir lo que es verdaderamente real. Según Hume, porque los sentimientos nos pueden engañar, y según Descartes, por la dificultad de distinguir las ideas claras y distintas de las que no lo son.
Una gran diferencia es que Descartes emplea la metafísica como el instrumento para llegar a un conocimiento seguro, y Hume, por el contrario, critica conceptos metafísicos, ya que dice que son ideas falsas porque no tenemos experiencia de ellas. También Descartes cree que Dios existe, ya que es necesaria la existencia de un ser perfecto e infinito que coloque en nosotros, seres imperfectos y finitos, por el contrario, Hume refuta este argumento diciendo que no tenemos impresión de Dios y una idea a la que no le corresponde una impresión es falsa.
Descartes usa la razón para llegar a la verdad de mi existencia, «pienso, luego existo», y Hume opina que ni siquiera puede estar seguro de mi existencia, ya que no tengo percepciones directas del yo.
Kant
Hume creía que todo el conocimiento proviene de la experiencia y que, por lo tanto, la experiencia es la única fuente de conocimiento que posee el ser humano. Kant dirá que todo conocimiento proviene de la experiencia, pero que no todo conocimiento está basado en la experiencia.
Por otra parte, Kant considera necesario creer que existe Dios, ya que solo así seremos felices al comportarnos moralmente. Hume niega la existencia de Dios al considerar que no tenemos experiencia de él, que a la idea de Dios no le corresponde ninguna impresión.