Entendiendo el Marxismo: Sociedad, Trabajo y Capitalismo

El Ser Humano y su Relación con la Sociedad y el Trabajo

Según la perspectiva marxista, podemos entender al ser humano a través de los siguientes puntos:

  1. El ser humano se define por su actividad transformadora de la naturaleza (el trabajo) y sus relaciones sociales. Estos dos aspectos están intrínsecamente unidos, ya que la relación de una persona con la naturaleza se establece a través de los demás. La naturaleza se percibe y se actúa sobre ella a partir de las creencias, conocimientos e instrumentos que la sociedad transmite. La relación con la naturaleza cambia históricamente y, por lo tanto, el ser humano no posee una esencia intemporal, sino que también evoluciona con la historia. No existe una esencia inmutable del ser humano a lo largo del tiempo.
  2. El ser humano es una libertad, la cual se materializa en el trabajo, pero está condicionada por las circunstancias sociales e históricas. Estas circunstancias no son externas, sino que forman parte de nuestra identidad. Somos nuestra actividad material, influenciada por el desarrollo técnico y económico de la sociedad. A su vez, estas circunstancias son producto del propio ser humano. Somos, por tanto, actividad condicionada y condicionante.
  3. La Historia es un proceso de cambios que surgen de las contradicciones y conflictos en la estructura económica, específicamente entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción.
  4. La estructura económica, es decir, la forma en que una sociedad organiza la satisfacción de sus necesidades materiales, determina cualquier forma de pensamiento. Las ideas emergen de la actividad material. La ideología (el derecho, la moral, la religión, la metafísica) está determinada por el modo de producción. Las creencias dominantes en una sociedad son las de la clase dominante, que presenta sus intereses como los intereses comunes. La filosofía no debe limitarse a criticar ideas, sino que debe transformar la realidad, es decir, cambiar la actividad real de la sociedad, su estructura económica (la revolución). Cualquier crítica dirigida solo a las «ideas» genera la ilusión de un cambio, pero no modifica lo esencial, favoreciendo así al sistema al aplacar engañosamente la necesidad de cambio.
  5. La religión implica una alienación del ser humano, una desposesión de sí mismo. La religión sitúa la esencia del ser humano fuera de su actividad material, desconectándolo de su verdadera realidad. Es una falsa conciencia que sirve de consuelo y justificación de un mundo en el que el ser humano vive enajenado y explotado. Al considerar que el ser humano es algo distinto de su actividad, la religión sirve como evasión y debilita las fuerzas que podrían cambiar el orden establecido.

El Capitalismo Según Marx

Dado que el ser humano se define por su actividad material, Marx dedica gran parte de su obra al estudio del sistema capitalista. Según Marx, el capitalismo también conlleva una alienación del ser humano:

  • El producto de su trabajo, donde el ser humano se realiza (es lo que hace), no le pertenece.
  • Su actividad es considerada como fuerza de trabajo, una mercancía vendida y explotada según las leyes del mercado.
  • Su vida se reduce a la condición de medio para su subsistencia material: la persona trabaja solo para sobrevivir (y su supervivencia se valora solo como medio para seguir produciendo).

Marx busca analizar las características estructurales del sistema capitalista, mostrando los principios del capitalismo como sistema, independientes de la voluntad o la conciencia de las personas que participan en él en cualquiera de sus roles sociales:

  1. Las cosas son mercancías: esta es su característica esencial. Todas ellas son intercambiables en función de un valor de cambio que se expresa en una mercancía especial: el dinero. Así, se prescinde de las diferencias cualitativas entre las cosas y entre los trabajos. En principio, el valor de un objeto es la cantidad de trabajo necesario para producirlo.
  2. Para que funcione el capital (la propiedad, el medio de producción o el dinero que se emplea en producir algo), al final del proceso el dinero obtenido debe ser superior al dinero invertido. La diferencia entre ambos es la plusvalía, el beneficio del capitalista.
  3. Hay plusvalía porque hay una mercancía cuyo valor de uso es mayor que su valor de cambio: una mercancía que se compra por menos dinero del que produce. Esta es la fuerza de trabajo. La diferencia entre lo que produce y el salario es la plusvalía.
  4. Para que el capitalismo sea posible, la sociedad debe dividirse en capitalistas y proletariado. El proletariado es la clase social que solo posee su fuerza de trabajo. Esta clase social es necesaria para el capitalismo, ya que solo quien no tiene medios para sobrevivir por sí mismo acepta vender su fuerza de trabajo por menos de lo que produce.
  5. Para el capitalismo, todas las cosas son calculables e intercambiables. Para ello, se hacen corresponder con cantidades de una misma magnitud (dinero): es decir, las cosas y las distintas actividades se igualan, en el sentido de que solo hay entre ellas una diferencia cuantitativa. Las diferencias cualitativas pasan a un segundo plano; lo esencial es el valor de cambio. Dado que lo ideológico está determinado por lo material, Marx relaciona este principio económico del capitalismo con las transformaciones políticas que se han ido produciendo en las sociedades capitalistas. En el plano político, el capitalismo exige estructuralmente la igualdad de derechos entre las personas: para que todo sea intercambiable, cualquier persona debe poder poseer, vender, usar o consumir cualquier mercancía, incluida su propia fuerza de trabajo. Cualquier persona, sea de donde sea o tenga las creencias o rasgos que tenga, podrá comprar, vender o usar cualquier mercancía, sin ninguna limitación (acceso a la propiedad, trabajo, etc.). No hay diferencias entre las personas o las mercancías que lleven a excluir a alguien de estos derechos. El capitalismo implica el fin de las antiguas jerarquías que limitaban estos derechos en función de rasgos de identidad o nacimiento (país, estamento, clase, color, sexo, etc.). En este sentido, destruye los privilegios de los sistemas anteriores (aunque puedan subsistir de manera residual «supervivencias» de estos sistemas). Políticamente, el capitalismo se corresponde con la libertad civil y la república democrática.

Contradicciones Internas del Capitalismo

Marx señala dos contradicciones internas del capitalismo con estos mismos principios:

  • El capitalismo implica una desigualdad esencial: debe haber una clase que posea los medios de producción y otra que solo posea su fuerza de trabajo. Aunque el sistema parta de la igualdad entre las personas (necesaria para que cualquiera pueda comprar, vender, usar o consumir cualquier cosa), de hecho, no todos pueden tener los mismos derechos: no todos pueden tener el mismo acceso a las mercancías sobre las que se realizan esos derechos. Debe haber una clase de desposeídos que acepten vender su fuerza de trabajo por menos de lo que produce.
  • Al mismo tiempo que el capitalismo conlleva que «todo es calculable», por otro lado, debe ocultar el valor real de la fuerza de trabajo: escamotea el verdadero origen de la plusvalía, la fuerza de trabajo.

La Revolución y el Comunismo

La revolución es la superación de las contradicciones internas de la sociedad capitalista: es la manera de establecer realmente los principios de la república democrática. Según el análisis de Marx, la superación del capitalismo es el comunismo: la propiedad colectiva de los medios de producción permitirá dirigir la economía en función de las necesidades de la sociedad y no solo en función de aquellos que tienen capacidad de comprar mercancías.

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