Epicureísmo, Utilitarismo y la Búsqueda de la Felicidad: Un Enfoque Filosófico

Epicureísmo y la Búsqueda del Placer: Una Perspectiva Filosófica

El epicureísmo es una doctrina filosófica inspirada en los escritos de Epicuro de Samos, sistematizada y ampliada por Lucrecio. Conocida también como hedonismo, esta corriente defiende que la felicidad reside en el goce y el placer, tanto del alma como del cuerpo.

Limitaciones del Cinismo, Estoicismo y Epicureísmo

Estas propuestas éticas presentan algunas carencias que limitan seriamente su puesta en práctica. La más importante es que ponen tanto énfasis en la vida conforme a la naturaleza, que dejan en segundo plano el carácter social de la naturaleza humana. Esta objeción convierte sus propuestas en soluciones marcadamente individualistas y subjetivistas, dificultando la conciliación entre felicidad y vida en común.

Utilitarismo: Felicidad para la Mayoría

El utilitarismo surgió a finales del siglo XVII en Inglaterra, con representantes como Jeremy Bentham, John Stuart Mill y Henry Sigwick. Estos pensadores buscaron solucionar los problemas no resueltos por las éticas hedonistas y formales. Los utilitaristas identifican felicidad y justicia con el bien social, proponiendo que nuestros actos deben maximizar el bien y minimizar el mal para el mayor número de personas. Este fin moral es el llamado principio de utilidad o beneficio, buscando el mayor excedente de bien sobre el mal en cada acción. Según Bentham, el interés general se mide por la suma de los intereses individuales, sin importar la situación social o económica. Sin embargo, este principio requiere un método cuantitativo para medir y comparar el bien y el mal.

El Cálculo Hedonista de Bentham

El cálculo hedonista es un intento científico de Bentham para medir los placeres, basado en la valoración del placer y el dolor que una acción puede producir. Considera factores como:

  • Intensidad del placer y del dolor.
  • Duración.
  • Número de personas afectadas.
  • Posibilidad de producir placer y dolor.
  • Seguridad sobre lo que produce.
  • Proximidad o lejanía.
  • Posibilidad de producir más placer o dolor.

El cálculo hedonista presenta dificultades:

  • La valoración inicial de los placeres o dolores es subjetiva.
  • El cálculo cuantitativo del placer o dolor es difícil de realizar.

Stuart Mill criticó esta propuesta porque:

  • Lo bueno para uno no tiene por qué serlo para todos.
  • Se enfoca únicamente en los placeres vinculados al aspecto físico.

Tipos de Utilitarismo

La distinción más común se basa en el análisis del acto o la norma:

  • Utilitarismo del acto: No existen normas generales, se evalúan las consecuencias de cada acción y se considera bueno todo acto que maximice el bien.
  • Utilitarismo de la norma: Existen normas generales que regulan la acción en sociedad, evaluadas en función de su utilidad, considerando buenas aquellas que produzcan el mayor bien.

Limitaciones del Utilitarismo

El utilitarismo presenta limitaciones al aplicar el principio de utilidad:

  • Dificultad para encontrar un criterio objetivo para medir los placeres o el dolor.
  • Falta de acuerdo sobre qué placeres deben medirse (físicos, intelectuales, etc.).

Además, existe la dificultad general de señalar el bien supremo al que todo hombre tiende. La mayor limitación es que el principio de utilidad resulta insuficiente para orientar nuestras elecciones. Stuart Mill sugiere que la inclusión de un principio de justicia, enfocado en la felicidad, podría solucionar este problema.

Justicia y Utilitarismo: Un Enfoque Complementario

Concepto de Justicia

La elección racional sobre qué hacer o elegir moralmente necesita un principio de justicia (virtud que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde) que complemente al principio de utilidad. La justicia ha evolucionado de ser una virtud individual a una cualidad deseada en los sistemas de organización social, entendida como condición necesaria para una vida buena. La ética se ve obligada a incluir la filosofía política en sus reflexiones.

Santo Tomás de Aquino: La Justicia como Virtud Moral

La filosofía de Santo Tomás de Aquino, similar a la de Aristóteles, identifica la justicia como una virtud moral preferente, que requiere la relación con otros sujetos. Esta peculiaridad implica que la justicia no puede analizarse solo desde una perspectiva ética, ya que las relaciones sociales son reguladas por la política.

La Justicia General o Legal

Para Santo Tomás, como para Aristóteles, el ser humano es social por naturaleza. La satisfacción de necesidades solo es posible en comunidad. Por ello, el bien de la sociedad está por encima del individual. Toda persona tiene derecho a recibir los bienes necesarios para su desarrollo, pero también tiene obligaciones con los demás. Debe existir un marco legal que asegure que todos asuman su responsabilidad en el orden social. En el plano de las virtudes, contamos con la justicia entendida como legalidad. Esta justicia general, sinónimo de ley, debe alcanzar a todos los miembros de la sociedad: gobernantes y gobernados.

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