Epistemología kantiana: El conocimiento según Kant
Conocimiento 1: Juicios y la Crítica de la Razón Pura
Kant se posicionó entre el dogmatismo racionalista y el escepticismo empirista, encontrando en la ciencia newtoniana un modelo a seguir. La ciencia se basa en juicios, que son afirmaciones sobre algo. Kant distingue dos tipos:
Juicios analíticos:
El predicado está contenido en el sujeto, siendo una tautología. Son verdaderos pero no aportan conocimiento nuevo.
Juicios sintéticos:
Añaden información nueva al sujeto, basada en la experiencia. Su validez se limita a la experiencia particular.
Kant buscaba una nueva clase de juicios que permitieran el progreso del conocimiento y fueran válidos como los analíticos: los juicios sintéticos a priori. Estos son los juicios de la física newtoniana, como «la línea recta es la más corta entre dos puntos».
La Crítica de la Razón Pura investiga si estos juicios son posibles en matemáticas, física y metafísica. Si lo fueran, se considerarían ciencias.
Estética trascendental:
Estudia las condiciones a priori que hacen posible el conocimiento sensible. La relación entre sensibilidad y matemáticas se da a través del espacio y el tiempo, intuiciones a priori que imponemos a la experiencia. El espacio es la intuición de la sensibilidad externa (geometría) y el tiempo la de la sensibilidad interna (aritmética).
Los datos de los sentidos son organizados por estas estructuras mentales previas, dando forma a lo amorfo. La suma de datos sensibles e intuiciones puras crea el fenómeno, que es lo que «se nos parece».
La cosa en sí, el noúmeno, es incognoscible. Solo conocemos los fenómenos, a los que imponemos nuestras estructuras mentales. El límite de nuestro conocimiento son los fenómenos.
Conocimiento 2: El entendimiento y las categorías
Estudia la cualidad del entendimiento que aplicamos a los fenómenos. El entendimiento clasifica los fenómenos que la sensibilidad aporta. La analítica busca determinar si los juicios sintéticos a priori son posibles gracias a los conceptos que poseemos para agrupar fenómenos.
Kant deduce que las categorías son conceptos vacíos que se aplican a los fenómenos para realizar juicios. Hay 4 tipos de juicios: cantidad, cualidad, relación y modalidad. De cada uno se extraen categorías diferentes.
Las categorías son estructuras del entendimiento que el sujeto impone a los fenómenos, no provienen de las cosas. Son a priori y se activan para hacer juicios. Sin ellas, los juicios científicos serían imposibles.
Esto da origen a la inversión copernicana: el sujeto impone las condiciones al objeto para ser conocido. La objetividad reside en el sujeto.
La metafísica como no-ciencia:
La metafísica no puede considerarse conocimiento científico porque sus objetos (alma, universo, Dios) no son fenómenos, no hay experiencia sensible directa de ellos. No podemos hacer juicios sintéticos a priori sobre ellos.
La razón intenta aplicar ideas a estos objetos, pero este paso no es legítimo. Solo podemos unificar experiencias con estas ideas, no conocerlas ni emitir juicios sobre ellas.
Kant argumenta que no tenemos experiencia sensible del alma, del mundo (se pueden afirmar tesis contradictorias sobre él) ni de Dios (los argumentos ontológicos, cosmológicos y físico-teológicos no son válidos).
Por tanto, la metafísica no es un conocimiento científico.
Ética kantiana: La moral según Kant
Ética 1: El deber y el imperativo categórico
La ética de Kant se centra en el uso práctico de la razón. Busca un principio práctico a priori que asegure un acto bueno: el imperativo categórico.
Kant afirma que la intención del sujeto es lo que define la acción, no sus consecuencias. Lo importante es lo que queremos hacer, aunque no lo logremos con éxito.
Una voluntad es buena cuando actúa por respeto al deber, no por otros motivos. Solo quien actúa por deber puede estar seguro de actuar bien.
El deber en nuestra conciencia moral es una expresión de una ley interna que se manifiesta como un imperativo. Hay dos tipos:
Imperativos hipotéticos:
Son condicionales, se cumplen si se quiere alcanzar un fin determinado.
Imperativos categóricos:
Se cumplen incondicionalmente, son universales y se aplican a todas las personas. No dependen de circunstancias ni fines subjetivos.
Kant formula el imperativo categórico de varias maneras, todas centradas en la forma de actuar, no en el contenido. Lo importante es la intención, no la acción en sí.
- «Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal».
- «Obra como si la máxima de tu acción debiera tornarse por tu voluntad ley universal de la naturaleza».
- «Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como fin y nunca solamente como un medio».
- «Obra según máximas que puedan al mismo tiempo tenerse por objeto a sí mismas como leyes naturales universales».
Una máxima es un principio subjetivo de la voluntad. Para saber si es buena, hay que preguntarse si puede convertirse en ley universal.
Ética 2: Libertad, inmortalidad y Dios como postulados
El imperativo categórico es un mandato de la razón a la voluntad, que es libre y autónoma. La principal novedad de la ética kantiana es la autonomía del sujeto.
Esto solo es posible si se supone la libertad del sujeto. Sin libertad, no hay voluntad autónoma ni ética kantiana.
La libertad es uno de los tres postulados de la razón práctica. Se postulan la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios para justificar la ética.
Libertad:
Su postulación implica que el ser humano no se rige solo por las leyes de la naturaleza, sino por su propia causalidad interna.
Inmortalidad del alma:
Es un supuesto necesario para que la razón práctica tenga sentido.
Dios:
Garantiza que el «deber ser» se convierta en «ser». Asegura que la virtud se corresponda con la felicidad en la eternidad. Por ello, es necesario postular su existencia.
En resumen, la ética kantiana se basa en la autonomía del sujeto, la libertad, el deber y el imperativo categórico. Para sostener esta ética, Kant postula la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios.