Erotismo, Transgresión y Homosexualidad: Un Enfoque Filosófico

Literatura homosexual: A partir de la década de los 60, comienzan a producirse profundos cambios en la sociedad, nacidos del feminismo radicado desde la década del 20. El problema al que se enfrenta la población homosexual es de tipo discursivo: la concepción de la homosexualidad como enfermedad psiquiátrica. Desde la mirada del catolicismo y también desde la medicina, se generó una visión muy negativa y prohibitiva sobre las comunidades gay.

Erotismo según Bataille

“El erotismo solo aparece cuando el tabú ha sido superado”.

Nota importante: Bataille solo se refiere a lo que sucede con el erotismo en OCCIDENTE.

Transgresión/Prohibición

La prohibición y la transgresión responden a esos dos movimientos contradictorios: la prohibición rechaza la transgresión, y la fascinación la introduce […] La prohibición responde al trabajo, y el trabajo a la producción. Durante el tiempo profano del trabajo, la sociedad acumula recursos y el consumo se reduce a la cantidad que requiere la producción. Por excelencia, el tiempo sagrado es la fiesta […] La fiesta consume en su prodigalidad sin medida los recursos acumulados durante el tiempo del trabajo. (Bataille, El Erotismo, 72-73)

“Bataille divide la vida en dos tiempos: el profano (del trabajo), en el que la fiesta y el placer no tienen lugar, y el sagrado (la fiesta), en que se pueden gastar o consumir todos los recursos producidos en el tiempo profano. Por tanto, el erotismo no da lugar en el tiempo profano; se encuentra reprimido.”

Según la lógica de Bataille, la prohibición no está allí para limitar, sino para ser transgredida y superada. Plantea que existe una prohibición general (informe y universal) que cae sobre el erotismo, la que tiene, a su vez, una serie de manifestaciones particulares en las diversas sociedades. Aunque las prohibiciones varían en las distintas culturas, existe una serie de tabúes que han trascendido en la civilización occidental. Bajo este prisma, están el interdicto de la sangre menstrual y la sangre del parto. También el incesto, las erecciones masculinas y las relaciones sexuales en público.

Bataille agrega, por último, la utilización de los conductos prohibidos, especialmente el orificio anal que, en muchas ocasiones, eran denominados como “las vergüenzas”. San Agustín insistía una y otra vez en lo obsceno de los órganos y la función reproductiva: “Inter faeces et urinam nacimur” (nacemos entre las heces y la orina). Para el cristianismo, la única función del matrimonio y la sexualidad es la reproducción de la especie. El placer, en consecuencia, queda al margen. No es una condición propia de la escenificación del eros, y esto es extremadamente llamativo, pues según las teorías del erotismo más actuales, la reproducción es una función secundaria del acto sexual.

Foucault

Hablaba sobre la psiquiatrización del placer perverso por parte de la medicina. La masturbación, la homosexualidad, todas prácticas condenadas por la psiquiatría.

Néstor Perlongher

Sostiene que existe todo un problema con el uso del ano que tiene que ver con el tratado de higiene que existe sobre los cuerpos, el cual se relaciona, a su vez, con la necesidad de sujetar a la civilización. Para Perlongher, sujetar el culo es, en este sentido, una forma de retener y contener a la sociedad occidental. La privatización del ano, interdicto que apunta a instaurar el poder de la cabeza (logo-ego-céntrico) sobre el cuerpo y que está condicionada por un miedo ancestral al: contacto del semen con la mierda, de la perla gomosa de la vida con la abyección fecal.

En “Prosa plebeya”, Perlongher establece la norma que regula el uso del ano: “Cierta organización del organismo jerárquica e histórica, destina al ano a la exclusiva función de la excreción –y no al goce.

R.W. Connell: Masculinidad hegemónica

Concepto que nos permite apreciar la posición de subordinación que tienen las sociedades homosexuales en occidente. Plantea que en las diferentes sociedades, siempre ha existido una masculinidad que ejerce el dominio y control no solo sobre las mujeres, lo femenino, sino también sobre las otras masculinidades. En occidente, entonces, existiría esta masculinidad hegemónica que obliga a la homosexualidad a asumir este rol de inferioridad a la primera masculinidad. Esto no está determinado solo por el género, sino también por lo étnico y social; serán los tres pilares sobre los que se articulará el poder en un determinado contexto histórico.

“Organización de la masculinidad”. Fotocopia en Betto’s.

Según Paola Díaz, existen tres tipos principales de homosexuales: el gay, que teniendo prácticas homosexuales, se mimetiza con el aspecto masculino y “pasa piola” en la sociedad; el travesti, que aplica la misma lógica, pero mimetizándose con lo femenino, y finalmente, la loca, que es un sujeto andrógino: mezcla lo masculino con lo femenino, generando en este cuerpo híbrido una real transgresión a la sociedad. No pueden mezclarse con lo masculino ni con lo femenino, por lo que transgreden totalmente la heterosexualidad.

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