Etapas del Desarrollo Moral de Kohlberg
Lawrence Kohlberg realizó un estudio en el que definió los razonamientos morales como juicios de aceptación o desviación de las normas. Kohlberg elaboró una escala del nivel de razonamiento moral. Consideró que el desarrollo moral estaba directamente relacionado con la edad y el desarrollo psicológico. Estableció 3 niveles con 2 etapas cada uno. Este considera que muchas personas progresan solo hasta la cuarta o la quinta. Así mismo, considera que son universales, por tanto, válidas para cualquier época y cultura, además de irreductibles.
Nivel I: Moralidad Preconvencional
Kohlberg considera el centro de esta etapa el control externo del individuo. Así pues, el individuo realiza los actos en consecuencia a los efectos directos que produce (premio-castigo).
- Etapa 1. Los individuos obedecen las reglas para evitar el castigo.
- Etapa 2. La orientación instrumental-relativista (el premio). El individuo realiza las acciones que le resultan instrumentalmente satisfactorias.
Nivel II: Moralidad Convencional
Los individuos asumen los papeles de las figuras de autoridad. Según las instituciones (sociales). Con lo cual, tienen en cuenta las expectativas de la sociedad y sus leyes sobre un dilema moral.
- Etapa 3. El individuo trata de buscar la aprobación del entorno más cercano.
- Etapa 4. El individuo se orienta hacia la autoridad y el mantenimiento del orden social. El comportamiento correcto consiste en mantener un orden social. La legislación es el motor moral absoluto.
Nivel III: Moralidad de Principios o Postconvencional
Los juicios están basados en lo abstracto y por principios personales que no necesariamente están definidos por las leyes de la sociedad. Se establecen valores independientes a las instituciones.
- Etapa 5. Contrato social. La acción correcta tiende a ser definida en términos de los derechos generales del individuo, que han sido acordados por la sociedad por consenso.
- Etapa 6. Principios éticos universales. Lo correcto es cuestión de conciencia individual, e involucra los conceptos abstractos de justicia, dignidad humana e igualdad.
Límites de la Libertad: Perspectivas Filosóficas
- Libertad Negativa: La libertad negativa, o libertad «de», está relacionada con la no interferencia, con la ausencia de obstáculos para realizar lo que queremos. La libertad negativa se refiere a lo que en su vida privada podría hacer alguien sin ser molestado. La libertad negativa se concreta en libertades individuales protegidas por los derechos civiles como por ejemplo: la libertad de pensamiento, conciencia y religión y de expresión.
- Libertad Positiva: La libertad positiva, o libertad «para», está relacionada con la autonomía de la persona, esto es, con el ser dueño de sí mismo para organizar su vida como quiera, tomar decisiones propias y ser responsable de sus actos. La libertad positiva se opone a lo que Berlin llama paternalismo, esto es, a la intromisión de la sociedad, el Estado o quien sea censurando un determinado modo. La libertad negativa y la libertad positiva están íntimamente relacionadas, pues un individuo será plenamente libre si puede proyectar su vida según su criterio y su propia voluntad (libertad positiva) y, a la vez, no encuentra obstáculos ni impedimentos para llevar a cabo su proyecto (libertad negativa).
Naturaleza vs. Convención: Un Debate Histórico
- Los Sofistas, siglo V a.C.
Los Sofistas fueron los primeros filósofos en plantear el problema Naturaleza-Convención. Los filósofos anteriores, y más tarde Sócrates, Platón y Aristóteles, entendían que el hombre era sociable por naturaleza. En cambio, los Sofistas plantean que la sociedad es fruto de un pacto entre los hombres. Por tanto, las normas sociales y morales son arbitrarias, es decir, podrían cambiar si los acuerdos entre los hombres cambiaran. No hay normas eternas y universales, es decir, válidas para todos los hombres.
- El momento Ilustrado, siglo XVIII.
En la época ilustrada, siglo XVIII, el relativismo tiene que ver con el culto a la razón. Las normas consolidadas por la tradición y la historia son juzgadas a la luz de la diosa Razón.
Valga como ejemplo el emotivismo de los moralistas escoceses (Hume). Para estos filósofos, las normas morales y los valores se fundamentan en reacciones emocionales de aprobación y rechazo.
Es decir, los juicios morales se basan en emociones y no en la razón. Por tanto, las normas morales no tienen la validez universal de los juicios de la razón.
Por otra parte, el pragmatismo, que asume las tesis de Hume, considera que, al no existir criterios universales en el terreno de la moral, ha de considerarse como bueno aquello que funciona, que resuelve los problemas, lo práctico.