El formalismo moral kantiano
Obras
Sus principales obras sobre ética son: Crítica de la razón práctica y Fundamentación de la metafísica de las costumbres.
Distinción entre éticas materiales y ética formal
Kant (Siglo XVIII) lleva a cabo una revisión de las principales teorías éticas que se han ofrecido a lo largo de la historia:
A. Éticas materiales (o teleológicas)
Se basan en que la bondad o maldad de las acciones dependen de algo que se considera bien supremo y determina los medios más adecuados para conseguirlo. Entre las principales teorías éticas materiales o teleológicas hay que destacar: el intelectualismo moral socratico, el eudemonismo aristotélico, el hedonismo, el emotivismo moral y el utilitarismo moral.
Características de las éticas materiales:
- Son empíricas: es decir, su contenido está extraído de la experiencia, por lo que no puede ser válido universalmente, ya que depende de cada situación personal, social, o de la experiencia histórica, entre otros numerosos factores.
- Sus preceptos son hipotéticos o condicionales. Esto significa que no tiene validez absoluta, sino solo como condición para conseguir un fin determinado. Esta característica también impide que sus preceptos tengan validez universal, ya que pueden estar condicionados por numerosos factores: deseos, intenciones, expectativas, interés personal, etc. Por consiguiente, dependen de condiciones subjetivas (personales).
- Sus preceptos son heterónomos. Es decir, se trata de prescripciones o mandatos impuestos desde el exterior: autoridad, consejos, etc. y, por tanto, ajenos a la autonomía moral de la persona.
B. Ética formal
Según Kant, una ética que pretenda cumplir con las condiciones de universalidad, necesidad y racionalidad, es decir, válida para todos y basada en los principios de la razón autónoma, no puede basarse en los preceptos de las éticas materiales, sino que debe ser formal. Se trata de una ética que determina el modo (la forma, de ahí el término formal) como debemos actuar siempre si pretendemos que nuestra conducta pueda calificarse como auténticamente moral.
Características de la ética formal:
- Sus preceptos son a priori. Es decir, están basados en la razón como facultad de aplicación universal a todos los seres humanos.
- Sus preceptos son categóricos. Es decir, ordena las acciones no como medios para conseguir un fin determinado, sino como buenas en sí mismas.
- Sus preceptos son autónomos. Solo el ser humano, como entidad racional, tiene un valor absoluto. Por tanto, esta característica hace referencia a la necesaria libertad en nuestra acción moral.
El imperativo categórico
Los imperativos hipotéticos o condicionales implican la necesidad práctica de una acción posible como medio para conseguir algo. Se basan en que una acción es buena si sirve para conseguir un fin. Frente a este planteamiento, el imperativo categórico o absoluto se fundamenta en la exigencia de la razón de actuar moralmente en forma autónoma y sin perseguir un fin determinado. Kant formula el imperativo categórico del siguiente modo: »Actúa siempre de acuerdo con una máxima tal que puedas pretender, al mismo tiempo, que se convierta en ley universal».
La buena voluntad y el deber
»Ni en el mundo ni fuera de él es posible pensar nada que pueda considerarse como absolutamente bueno sin restricción, a no ser tan solo una buena voluntad». La buena voluntad implica la bondad de nuestra disposición interna, al margen de la utilidad de los fines que nos propongamos conseguir. Por tanto, el sentido de la buena voluntad está siempre en la intención de la persona. »La buena voluntad no es buena por lo que realice, no es buena por su adecuación para alcanzar un fin; es buena solo por la intención, por el querer, es buena en sí misma».
Teorías éticas
Éticas materiales o finalistas
A lo largo de la historia se han propuesto diversas interpretaciones sobre el sentido y la finalidad de la ética, que pueden concretarse en 3 concepciones:
- Éticas finalistas
- Éticas formales
- Éticas dialógicas
1. Éticas finalistas o teleológicas (del griego)
Son las que interpretan las acciones morales en función del objetivo o finalidad que se pretende conseguir, sea la felicidad, el placer, la utilidad…
1.1 El intelectualismo moral – Sócrates (Siglo V a.C)
Se trata de una doctrina que identifica la virtud o el bien moral con el conocimiento y el error moral con la ignorancia. El conocimiento del bien es condición necesaria y suficiente para actuar bien, existe el bien absoluto y además es posible conocerlo. Frente al relativismo moral de los sofistas, según el cual, el bien y el mal son relativos de modo que todo depende del punto de vista o del acuerdo individual o colectivo de cómo se interprete el bien, Sócrates sostiene que el bien es un valor absoluto que no depende de los intereses particulares de cada sociedad o de cada individuo.
1.2 El eudemonismo – Aristóteles (S. IV a.C)
La finalidad de la ética, según Aristóteles, es determinar el bien, la perfección y la felicidad que corresponde al ser humano dentro de sus posibilidades. El bien no es algo universal como habían propuesto Sócrates y Platón, sino algo particular. Hay numerosos bienes particulares que sirven para orientar conductas concretas: la inteligencia, el poder, la justicia, etc. Son bienes que pueden utilizarse tanto para el bien como para el mal. Además de estos bienes particulares, el ser humano dispone de un bien universal, la racionalidad. La vida virtuosa o la virtud consiste en vivir conforme a la razón.
1.3 El estoicismo (Siglo III a.C al I d.C)
Representantes: Zenón de Citio (fundador), Panecio, Posidonio, Séneca, Epicteto, Marco Aurelio.
A) Determinismo cósmico
Según el estoicismo, todo está regulado por 3 principios:
- La razón universal (Logos)
- La providencia divina (suprema sabiduría de Dios)
- El destino
Todos los acontecimientos están determinados por la razón universal (Logos), de modo que lo que existe actualmente es lo único que puede existir, lo que sucede, siempre es lo mejor.
1.4 El emotivismo moral
Teoría ética según la cual el fundamento de la moral no es la razón sino el sentimiento. El principal representante es David Hume.
(Filósofo, historiador y economista escocés del S. XVIII, principales obras sobre ética: »Ensayos sobre moral y política», »Investigación sobre los principios de la moral» y »Tratado sobre la naturaleza humana»). El fundamento de la moral está en la propia naturaleza humana. Hay una especie de instinto natural (simpatía) que nos permite apreciar lo bueno y rechazar lo malo, de modo que el criterio para distinguir el bien o el mal moral es la utilidad o el bienestar o malestar que nos provoca.
1.5 El utilitarismo moral
Doctrina según la cual el juicio ético de la conducta está determinado por la utilidad de su resultado. El objetivo de la acción moral es conseguir el mayor bienestar posible para el mayor número de personas. Este mismo criterio es aplicable a la sociedad, legislación y política. Principales representantes: John Stuart Mill (Filósofo, político y economista inglés del S. XIX. Principales obras sobre ética: »Sobre la libertad» y »Utilitarismo») y Jeremy Bentham (Filósofo y jurista inglés del S. XVIII, su obra principal es »Introducción a los principios de la moral y la legislación»).