TEXTO KANT(FUNDAMENTACION DE LA METAFISICA):
UBICACIÓNKant pertenece al periodo de la filosofía moderna, concretamente al movimiento de la Ilustración. Influido por las ideas racionalistas y empiristas sobre el conocimiento, superó ambas posturas con una filosofía propia y original, el idealismo trascendental. Por otra parte, supuso también un hito en filosofía moral proponiendo una novedosa ética formal caracterizada por la defensa de la dignidad del ser humano por encima de todas las cosas.
TEMA:
El hombre debe ser considerado como un fin en sí mismo y no como un medio para otra cosa.
IDEAS:1
Todo ser racional existe como un fin en sí mismo y no sólo como un medio y esto debe estar presente en todas nuestras acciones.
2
Los objetos de las inclinaciones tienen un valor condicionado, es decir, relativo a las inclinaciones o deseos que despiertan en los seres humanos.
3.Las inclinaciones carecen de valor absoluto y todo ser racional debería librarse enteramente de ellas (lo más racional es no tener ningún tipo de necesidad).
4
El valor de los objetos obtenido por medio de nuestras acciones es siempre condicionado.
5
Los seres irracionales cuya existencia descansa en la naturaleza se llaman ‘cosas’ y poseen un valor relativo.
6
Los seres racionales son llamadas ‘personas’ porque son fines en sí mismos y, por tanto, objeto de respeto.
RELACIÓN ENTRE IDEAS:
La tesis del texto aparece al principio cuando Kant afirma que en todas nuestras acciones se debe contemplar la existencia de todo ‘ser racional’ como un fin en sí mismo.
Para respaldarla Kant introducirá en una primera parte tres ideas en las que nos describe qué son las inclinaciones y cómo poseen un valor condicionado, por lo que lo más racional sería prescindir de ellas y una segunda parte donde diferencia entre los seres irracionales y los racionales. A los primeros les llama ‘cosas’ por lo que poseen un valor relativo y a los segundos ‘personas’ que, por el contrario, poseen un valor absoluto y deben ser considerados como objeto de respeto.
EXPLICACIÓN DE LAS IDEAS:
La filosofía de Kant supuso un hito en todos los sentidos, en la epistemología por introducir el giro copernicano en la concepción del conocer y en ética por establecer una ética formal basada en la defensa de la dignidad humana de forma incondicionada.
Así, en este texto encontramos a un Kant heredero de los ideales ilustrados y de los movimientos políticos de la época al defender al principio del texto que todo ser humano siempre debe ser considerado como un fin en sí mismo y nunca como un medio para cualquier otra cosa.
Esta tesis no es otra cosa que la segunda formulación del imperativo categórico, que una vez más no explicita el contenido de la norma, sino la estructura que debe guardar toda máxima de acción si esta quiere ser moral. La ética kantiana, pues, no se rige por imperativos hipotéticos que nos someten siempre a la condición de conseguir un bien supremo puesto de antemano, sino sólo por un imperativo que ordena de forma absoluta y categórica el cumplimiento del deber por el deber.
Por otra parte, en este texto se observa que aunque la ética kantiana hace recaer el acento de la moralidad en la voluntad con la que se realiza la acción, su puesta en práctica parece que debe conducirnos a un tipo de fin. Para Kant la moralidad deberá conducir a una comunidad humana donde los hombres sean considerados como fines en sí mismos y nunca como medios, debe conducirnos a un ‘reino de los fines’.
Para argumentar esta idea Kant en el texto diferenciará entre lo que son los objetos de nuestras inclinaciones, que lejos de tener un valor absoluto poseen un valor dependiente de los deseos que despiertan en nosotros y los seres humanos que poseemos un valor absoluto como fines en sí mismos. Así, a los primeros los asociará a seres cuya irracionalidad les hace obtener el calificativo de ‘cosas’ y cuyo valor será fluctuante por ser condicionado y comparativo. Las cosas para Kant son fines relativos que poseen lo que el autor denominó ‘precio’. Pero los seres racionales como fines en sí mismos poseen, por el mero hecho de serlo, dignidad y la dignidad posee un valor invariable, es decir, absoluto e incomparable, puesto que la dignidad de una persona es y debe ser independiente de su status social, de su popularidad o de su ‘utilidad social’. Nunca se puede decir, pues, que una persona tiene más dignidad que otra. Lo que está dotado de este valor absoluto no puede ser intercambiado o sacrificado porque se considere que se puede reemplazar por un bien de igual o superior dignidad. Si ponemos la vida humana en función de otra cosa estamos convirtiendo al ser humano en una cosa, lo estaremos cosificando al tratarle como un medio para satisfacer ciertos intereses particulares.
De esta manera, Kant planteó una ética del máximo respeto hacia la persona, encontrándose el fundamento de esa dignidad en el carácter racional del sujeto que se convierte en legislador de sí mismo. Un ser humano, por tanto, sentirá respeto ante los demás cuando reconozca su racionalidad y, por tanto, su carácter de semejante.
La razón, para Kant hace de las personas seres autónomos y libres, siendo esta libertad moral lo que los convierte en seres valiosos en sí mismos. Cualquier atentado contra la dignidad del ser humano deberá ser éticamente rechazado.