Exploración de la Ética y la Filosofía: Aristóteles, Kant, Locke y Marx
Aristóteles y la Ética de la Felicidad
Aristóteles, en su Ética a Nicómaco, es considerado el padre de la ética. Sostiene que toda actividad tiende a un fin, y que algunos fines son más importantes que otros. Para Aristóteles, el fin último es la felicidad, ya que esta se busca por sí misma. Aunque placer, honores, riquezas y salud son importantes, la felicidad no se encuentra en ellos, pues confundirlos sería tomar los medios por fines. Aristóteles recurre a su concepción de la naturaleza: el fin de cada cosa consiste en la realización de su función propia. Por lo tanto, el fin del ser humano es desarrollar su función de forma adecuada, y en eso consiste la virtud.
La función propia del ser humano es compleja y se analiza desde dos perspectivas. Primero, el ser humano tiene diversas funciones según su edad, sexo o profesión, pero ninguna de ellas es la función propia del ser humano en cuanto tal. Segundo, Aristóteles afirma que el ser humano tiene tres tipos de funciones: vegetativas, sensitivas y racionales. Las más importantes son las dos últimas. La función sensitiva implica que la parte racional controle los impulsos y deseos. La función racional, que se manifiesta en la actividad intelectual y la sabiduría, es la que proporciona la máxima felicidad. Aristóteles excluye de esta vida contemplativa a mujeres, esclavos y personas embrutecidas por el trabajo manual.
Sociabilidad y Moralidad
Las acciones humanas son morales o inmorales cuando repercuten, directa o indirectamente, en otras personas o en el entorno.
La Ética Kantiana del Deber
Kant (1724-1804) participa de los ideales de la Ilustración. Considera que la humanidad ha vivido en una minoría de edad, sin ejercer su libertad y sometida a la opresión política y religiosa. El espíritu de la Ilustración es «atreverse a pensar siempre por sí mismo». Pensar por sí mismo implica buscar el fundamento de todo en la razón. Los valores morales y las normas no pueden imponerse desde fuera. Un ser autónomo obedece a los mandatos de su propia razón. Obedecer a mandatos de «otro» es incompatible con la dignidad humana, es ser heterónomo. La ética kantiana se basa en cumplir el deber por el deber. El deber proviene de la razón, y obrar moralmente consiste en cumplir la ley por respeto a la ley misma. La bondad o malicia de las acciones depende de la intención de la voluntad al actuar. Si la motivación es distinta al cumplimiento del deber, la acción no es moralmente buena. La moral de Kant es formal, donde lo importante es la intención y la forma de actuar. Kant afirma que su moral es universal, común para toda la humanidad.
Libertad y Elección
La libertad es la necesidad de elegir entre diversas posibilidades que se presentan en cada momento. La vida y las circunstancias se imponen, pero el ser humano es libre en cuanto a que posee distintas posibilidades de actuación y debe elegir una de ellas.
El Contractualismo de Locke y la Ciudadanía
Locke parte de que el ser humano es libre y, en el estado de naturaleza, disfruta de sus derechos: la vida, la libertad y la propiedad privada. Cuando alguien lesiona los derechos de otro, el ofendido tiene derecho a castigarle, lo que puede llevar a excesos. Para evitar esta incertidumbre, se realiza un contrato y se comienza a vivir en sociedad. La autoridad resultante del pacto tiene como función salvaguardar la vida, la libertad y la propiedad de los ciudadanos. Los ciudadanos ceden parte de su libertad a los gobernantes, quienes tienen el poder que se les ha otorgado en el pacto. Locke propone la separación de poderes para evitar que los gobernantes se atribuyan más poder del concedido. Sostiene que el pueblo puede cesar a sus gobernantes si estos no cumplen sus funciones o intentan ir más allá de los poderes concedidos.
Marx y la Crítica al Capitalismo
Marx, materialista y monista, define al ser humano por sus necesidades y su capacidad de producir lo necesario para subsistir a través del trabajo. El trabajo desarrolla al ser humano y transforma la naturaleza, pero no siempre de la misma manera. En el capitalismo, los medios de producción están en manos de unos pocos, lo que genera alienación, división de clases sociales e ideología. Marx aboga por la abolición de la propiedad privada de los medios de producción y por una libertad colectiva, donde todos puedan satisfacer sus necesidades básicas y organizar su vida según sus convicciones personales. La libertad, según Marx, llegará tarde o temprano.