Ética y Moral
Diferencia entre Ética y Moral
Etimológicamente, no existe diferencia entre los términos moral y ética. Moral procede de mos-moris y ética del griego ethos. Ambos hacen referencia al carácter o modo de ser que la persona va adquiriendo a lo largo de su vida, a los actos, hábitos y costumbres a través de los cuales el ser humano desarrolla una manera de ser propia.
Para la filosofía, moral y ética son términos con distinto significado. Llamamos moral a una forma de conducta humana específica, regulada por valores y normas presentes en las relaciones entre los individuos, como entre estos y la sociedad en la que viven. La moral está presente en todas las épocas y sociedades y se basa en tradiciones y costumbres que establecen valores y normas como lo bueno y lo justo.
Surgen problemas morales cuando hay conflicto entre distintas normas, o cuando las normas establecidas dan lugar a conductas injustas. Es entonces cuando surge la necesidad de la reflexión ética.
La ética es la disciplina filosófica que tiene por objeto realizar una reflexión crítica sobre la moral. Sus objetivos, entre otros, son:
- Analizar las características de la conducta moral para distinguirla de otros tipos de conducta.
- Estudiar los valores morales y las normas que se derivan de ellos, y plantearse cuestiones como ¿es necesario que existan normas morales?, ¿cuál es su fundamento?, ¿por qué unas y no otras?…
- Determinar en qué consiste la responsabilidad moral, dado que solo es posible la existencia de una conducta moral cuando uno es responsable de sus actos.
- Investigar si el ser humano actúa con libertad, o si está determinado o condicionado.
- Analizar el alcance de la obligación moral (¿qué debo hacer?, ¿por qué?, ¿en qué ocasiones?).
Muchos filósofos han elaborado sus teorías éticas. Aristóteles destaca que el saber moral tiene como finalidad establecer los principios que permitan al ser humano alcanzar la felicidad. Kant señala que la razón es la práctica reflexionada sobre la libertad con el fin de conducir al ser humano hacia la realización de la justicia.
La Acción Moral
Los animales, a la hora de actuar, siguen sus instintos naturales, que son pautas de acción establecidas en sus características genéticas. En el caso del ser humano, la conducta instintiva y prefijada no tiene tanto peso, lo que le permite decidir con libertad cómo va a comportarse en cada momento de su vida.
Esta libertad presenta dos caras: por una parte, hace que el ser humano tenga la posibilidad de elegir su modo de comportarse; por otra, le pone en una situación de fragilidad e inseguridad, ya que lo impulsa hacia un modo específico y seguro de acción. La libertad le hace responsable de sus actos.
La libre elección permite que el ser humano modele poco a poco su modo de ser y de comportarse. Con la repetición de dichos actos adquiere hábitos, o actitudes permanentes de conducta. Los individuos van conformando su carácter moral y se convierten en buenas o malas personas, justas o injustas.
Características de la acción moral
- Es una forma de comportamiento exclusivamente humano.
- Está regulada por un sistema de principios, normas y valores (bien, felicidad…).
- Se da en sociedad, ya que las normas y deberes de conducta que respaldan las acciones morales tienen como objetivo regular las relaciones entre los individuos para que todos puedan conseguir una vida buena.
- Puede ser valorada o sancionada por los demás en función de las normas y valores objetivamente válidos para todos.
Las normas y valores deben ser interiorizados por el individuo a la hora de actuar, no como algo impuesto desde fuera, aunque tengan un carácter histórico y social. Ante todo, debe acatarlos libre y conscientemente. La moral es exclusivamente humana, ya que solo el hombre puede elegir libremente su conducta. A los animales les basta con el instinto.
La Vida como Proyecto Moral
A la hora de elaborar el proyecto de vida, cada persona debe considerar aquellas cosas que se le imponen y que no son fruto de su elección: la vida misma, sus condiciones biológicas, psicológicas y sociológicas. Todas estas cosas no las eligen las personas y, sin embargo, influyen en sus formas de ser.
Ortega y Gasset denomina circunstancias al conjunto de elementos que se le imponen al ser humano, y afirma que esos elementos forman parte de su propio yo. Recalca que «yo soy yo y mis circunstancias».
Ortega afirma que, dado que las circunstancias vienen impuestas, no somos libres para elegir lo que nos pasa, pero sí para responder a lo que nos pasa de una manera u otra, para vivir esa vida que nos ha sido dada de la forma que cada uno elija.
El ser humano necesita de la reflexión ética para responder, con fundamento racional, a preguntas como ¿cuál es la finalidad de mi vida?, ¿cómo debo ser?… Cada uno elabora su proyecto de vida moral, con el fin de llegar al ideal ético.
Aristóteles lo explica con la metáfora del arquero y la diana: en el camino de la flecha hacia la diana solo hay un punto para acertar y muchos para equivocarse.