Ética y Moral: Una Introducción a la Filosofía Moral

1. La Noción de Ética

1.1 Moral Cotidiana y Ética Filosófica

Los términos moral y ética se usan a veces como sinónimos y otras veces con distinto significado:

  • Cuando se utilizan como sinónimos, se refieren a lo que se consideran buenas y malas acciones, justas o injustas, correctas o incorrectas desde el punto de vista de la bondad o maldad.
  • En estos casos se establece una distinción entre el saber moral de la vida cotidiana (la moral) y el saber filosófico sobre esa moral cotidiana (la ética).

a) La moral (= ética cotidiana = moral cotidiana)

Nos proporciona los criterios necesarios para distinguir entre buenas y malas acciones y actitudes de las personas, incluido uno mismo. Orienta la acción de modo inmediato, es decir, nos indica exactamente qué se debe hacer. Por ello, se dice que es un saber de primer orden. Contiene un conjunto de valores y de normas que una sociedad considera acertados y los transmite a la siguiente generación a través de la educación. Los contenidos morales cambian de un pueblo a otro y de una época a otra, la forma de la moral siempre es la misma: señalar qué comportamientos se consideran buenos y malos para toda la comunidad.

b) La ética filosófica

Revisa críticamente los contenidos de la moral cotidiana, evaluando hasta qué punto esta es racional, razonable y ordenada. También trata de sistematizar los contenidos morales para presentarlos como algo razonable y ordenado. Es un saber que orienta la acción de modo mediato, es decir, no nos dice qué debemos hacer y qué debemos evitar, sino que nos proporciona argumentos, buenas razones, para revisar nuestras convicciones morales cotidianas. Es posible que la reflexión ética nos ayude a reforzar algunas convicciones morales que ya teníamos, y que nos empuje a cambiar otras.

1.2 Tareas de la Ética Filosófica

  • Aclarar en qué consiste la moral, proporcionando criterios para no confundir la moralidad con la religión, ni con el derecho, ni con las normas de cortesía y buenos modales, etc.
  • Fundamentar la moral, dar razón de por qué existe la moralidad y por qué debe existir. Esta tarea trata de encontrar uno o varios aspectos, características o casualidades de los seres humanos en los que se basa nuestra condición de seres morales.
  • Aplicar lo aprendido en las dos tareas anteriores a las situaciones de la vida cotidiana, servir a las personas que buscan honestamente soluciones éticas a los problemas de los distintos ámbitos de la vida.

2. Aclarar lo Moral

2.1 Moral, Derecho y Religión

No deberíamos confundir lo moral, lo jurídico y lo religioso. Semejanzas: En los tres ámbitos se presupone que las personas disponen de libre albedrío y que, por tanto, pueden optar por desobedecer, aunque hacer tal cosa les pueda acarrear inconvenientes. También es cierto que algunos contenidos prescriptivos se repiten en los tres ámbitos. Diferencias: Por otra parte, moral, derecho y religión orientan el comportamiento de una forma diferente: la moral apela a la conciencia de la persona, el derecho amenaza con castigo a quien no cumpla la ley, y la religión anima al creyente a que se mantenga en el camino de la felicidad y de la salvación. No todos los contenidos prescriptivos se repiten en los tres ámbitos. Estas diferencias entre los tres ámbitos nos ayudan a entender mejor cuál es la función de cada uno de ellos:

  • La moral orienta la acción con vistas a la felicidad personal (lo bueno) y a la justicia social (lo justo), y aspira a mantenerse en los límites de la racionalidad humana común, apelando únicamente a la conciencia de las personas.
  • El derecho orienta la acción como cuestión de orden público, apelando a la legitimidad de la autoridad del Estado y a la amenaza de castigo que solo dicho Estado tiene derecho a aplicar.
  • La religión orienta la acción con vistas a ajustar el comportamiento del creyente a la fe que se basa en los libros sagrados.

2.2 Bases Biológicas de la Moralidad

Nuestra condición humana lleva consigo el que tengamos una estructura moral: somos constitutivamente morales. Lo cual no quiere decir que todos seamos buenos; no hay humanos adultos y en su sano juicio que se puedan situar más allá del bien y del mal, como pretendía Friedrich Nietzsche.

Estructura Moral del Ser Humano: La Protomoral

Xabier Zubiri y José Luis L. Aranguren plantean que cualquier organismo vivo se ve enfrentado desde su nacimiento al reto de ser viable en relación con su medio, y para ello se ve obligado a responder a las provocaciones que recibe de él, ajustándose para no perecer. (SUSCITACIÓN -> AFECCIÓN -> RESPUESTA). Esta estructura básica es la que le permite adaptarse para sobrevivir. Sin embargo, esta estructura se manifiesta de manera muy diferente en el animal y en el ser humano. En el animal no humano la suscitación procede de un estímulo que provoca en él una respuesta perfectamente ajustada al medio, gracias a su dotación biológica. Este ajuste se denomina justeza y se produce de una forma automática. En el ser humano, en cambio, la respuesta no se produce de forma automática, debido a que disponemos de un cerebro muy desarrollado que nos dota de lo que Zubiri llama hiperformalización, es decir, la capacidad de percibir la realidad y de evaluar las situaciones con cierta distancia, de manera que percibimos diversas posibilidades de respuesta. El proceso por el que los seres humanos respondemos a la suscitación que nos viene del medio sigue los siguientes pasos:

A) A través de la inteligencia, de que los estímulos proceden de una realidad estimulante por la que nos sentimos afectados. Lo que nos afecta no es el medio, sino la realidad, lo cual implica que tenemos un compromiso originario con ella.

B) La respuesta ante la realidad: a la hora de responder, imaginamos un conjunto de posibilidades entre las cuales hemos de elegir la que queremos realizar. Las posibilidades son en sí mismas irreales, pero están enraizadas en la realidad. A partir de ahí nos vemos forzados a elegir, nos vemos obligados a ser libres.

C) Cuando elegimos una posibilidad, renunciamos necesariamente a las demás y por eso la elección ha de ser justificada. Lo que en el animal era justeza automática, en el ser humano es justificación activa, y esta necesidad de justificarse hace que nuestra elección sea necesariamente moral.

Los Contenidos Morales

Los principios, valores, normas o ideales de vida que justifican mi elección son los contenidos morales. Cada una de estas razones tiene detrás un conjunto de referentes morales, es decir, unos principios, valores, normas e ideales de vida que justifican mi acción.

La Moralidad en Nuestro Cerebro

Las técnicas de neuroimagen permiten observar cuáles son las zonas del cerebro humano que intervienen activamente en el análisis y en la toma de decisiones relacionadas con cuestiones morales. Se ha comprobado que cuando se propone a la persona participante en el experimento un problema moral que puede afectarle personalmente, intervienen las zonas cerebrales encargadas de procesar las emociones (el sistema límbico). En cambio, cuando el problema planteado es de los que no afectan personalmente, entonces se activan ciertas zonas del neocórtex. Marc Hauser y Neil Levy mantienen la hipótesis, todavía no del todo comprobada, de que existen ciertas estructuras cerebrales que son depositarias de un órgano moral, que consiste en una capacidad producto de la evolución, que posee toda mente humana y que de manera inconsciente y automática genera juicios sobre lo que está bien y lo que está mal. El más básico de estos principios generales, según Hauser, sería la reciprocidad indirecta, que consiste en suponer que las normas han de ser generales, las mismas para todo el colectivo social, y que se ha de castigar a los infractores.

2.3 La Forja del Carácter

El saber ético nos proporciona referentes para forjarnos un buen carácter, que en gran medida es una conquista personal de cada cual. A través de los genes heredamos un temperamento, un conjunto de predisposiciones que condicionan nuestro modo de ser, pero que no lo determinan por completo. Según Zubiri y Aranguren, los seres humanos tenemos dos tipos de cualidades: unas por naturaleza y otras por apropiación. Forma parte de nuestra condición moral el poder adquirir cualidades por apropiación, repitiendo los actos que consideramos buenos hasta convertirlos en hábitos, que por ser positivos los llamamos virtudes. En cambio, los malos hábitos se llaman vicios y no se precisa ningún esfuerzo para apropiárselos. Las actitudes se definen como predisposiciones aprendidas que adoptamos ante una situación u objeto determinado.

2.4 La Conciencia Moral

La conciencia moral es la capacidad de captar los principios por los que distinguimos entre lo moralmente bueno y lo malo y saber aplicarlos a las situaciones concretas. Una conciencia bien formada nos orienta para actuar del mejor modo posible en cada situación concreta. Estos juicios son el resultado de tener en cuenta los principios generales y los datos de la situación de que se trate. Siempre es posible desatender los juicios prácticos que ella elabora. En tales casos, ejerce la tercera función, la autocrítica: si no ponemos en práctica lo que nos manda hacer, nos lo reprocha con remordimientos; y si lo hacemos, nos lo premia con la satisfacción personal.

2.5 Principios Morales

Un principio moral es una orientación del comportamiento expresada en términos muy generales. La aplicación de un principio moral a un caso concreto requiere aprendizaje y capacidad de razonamiento por parte de las personas que lo ponen en práctica.

2.6 Valores en General y Valores Morales

Los valores en general son cualidades valiosas que descubrimos en las personas y en las cosas.

  • Doble polaridad: hay valores positivos y negativos: bueno-malo.
  • Dinamismo: los positivos nos impulsan a realizarlos y los negativos a superarlos.
  • Materia: hay valores morales, estéticos, económicos, religiosos, utilitarios.
  • Historicidad: a lo largo de la historia vamos descubriendo nuevas facetas de cada valor.

Los valores morales, como la bondad o la justicia, son un tipo de valores que se caracterizan por reunir las siguientes características:

  • Dependen del libre albedrío humano: solamente los pueden poner en práctica las personas cuando tienen desarrollada su capacidad para tomar decisiones libres.
  • En la medida en que actuamos con libertad, somos responsables de lo que hacemos. La moralidad lleva consigo responsabilidad.
  • Estos valores están ligados a sentimientos morales como la compasión ante el sufrimiento ajeno, la indignación ante los abusos e injusticias, etc. Tales sentimientos tienen una base neuronal en nuestro cerebro, que hemos heredado a través del proceso evolutivo y también tienen una base de aprendizaje desde la primera infancia hasta la edad adulta.
  • Son valores que consideramos tan sumamente importantes que tendemos a pensar que deberían ser universales. Cuando pensamos en serio en la libertad, la justicia, etc., suponemos que los valores morales no son cualidades opcionales que dependen de los gustos particulares de cada uno, sino que deben interesar a toda persona, porque son valores que humanizan a quien los tiene y deshumanizan a quien no los aprecia.

2.7 Normas en General y Normas Morales

TIPO DE NORMARELIGIOSAJURÍDICASOCIALMORAL
¿Quién promulga el mandato?Dios, a través de la revelación y el magisterioEl Estado o autoridad legitimada para elloLa sociedadLa razón humana nutrida por la experiencia histórica
Destinatarios del mandatoTodos los seres humanosLos miembros de la comunidad políticaLos miembros de la sociedadCada persona en conciencia
¿Ante quién se responde?Ante DiosAnte los tribunalesAnte la sociedadAnte uno mismo
Tipo de sanciónConciencia de pecadoLa determinada por las leyesVergüenza, ostracismoRemordimiento, pesar
¿De quién se puede esperar obediencia?De los creyentesDe los miembros de la comunidad políticaDe los miembros de la sociedadDe todas las personas en su sano juicio

2.8 Los Juicios Morales

Continuamente llevamos a cabo juicios morales sobre nosotros mismos y sobre los demás. A veces expresamos esos juicios y a veces los pensamos, pero no los expresamos. A menudo nos guiamos por este tipo de juicios a la hora de tomar decisiones importantes. Sin embargo, no es fácil acertar cuando se hacen juicios morales, porque en muchos casos, para hacer un juicio moral con todas las garantías, se necesita conocer muchos hechos y también las intenciones de las personas.

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