Evolución del Pensamiento Científico: Desde la Revolución Renacentista hasta la Gran Ciencia del Siglo XX

1. La Revolución Científica. Lo que hoy en día entendemos por ciencia, implantada en todo el mundo con unos criterios y estándares compartidos, se origina en el Renacimiento. Gozaba de gran arraigo en ese momento y se produjo una ruptura radical con la Edad Media, puro tránsito entre el mundo clásico griego y el mundo que renace a finales del siglo XIV, recuperando el conocimiento que se había perdido durante siglos. Se produce en ese periodo un auténtico cambio de paradigma, en el sentido que expone T. Kuhn, y se modifica completamente la manera de vivir y estudiar la realidad. Se habla de la revolución vernácula o de la inglesa para destacar la importancia y la novedad de las transformaciones producidas entonces:

  • Modelo heliocéntrico: En la teoría de Copérnico, la Tierra deja de ser el centro del universo, que ya no muestra un orden jerárquico.
  • Vesalio, Servet y otros autores abandonan las ideas de Galeno y proponen un modo nuevo de abordar el estudio del cuerpo humano.

Otros historiadores de la ciencia insisten en que esta “revolución” no hubiera podido producirse sin las aportaciones de los clásicos griegos y de la ciencia medieval.


La Ciencia Decimonónica y la Física Clásica

2. La ciencia decimonónica: La etapa anterior llega a un momento culminante con la obra de Newton, quien establece las leyes fundamentales de la física clásica. Además, contribuye, junto con Leibniz, a desarrollar las matemáticas, creando el cálculo diferencial, que será decisivo en el estudio del movimiento. Es la física clásica la ciencia modélica durante este periodo, y se apoya en unos supuestos filosóficos significativos:

  • Objetividad de las magnitudes físicas: Son independientes del observador y poseen un valor definido en cada momento temporal.
  • Determinismo: Si conocemos los valores de las magnitudes físicas en un momento, podemos predecir con exactitud el comportamiento del sistema en el futuro.
  • Mecanismo: Toda realidad natural tiene una estructura similar a la de una máquina. La mecánica es la ciencia de referencia, que interpreta la realidad como materia y movimiento.
  • Ausencia de hipótesis: La ciencia se basa en la observación de los hechos y la formulación de leyes, sin partir de hipótesis metafísicas o religiosas previas.

El modelo aportado por la física se extiende a todas las disciplinas, como la química, e incluso a la biología y la sociología, dos disciplinas muy importantes en la segunda mitad del siglo XIX. Para algunos, la obra de Maxwell sobre el electromagnetismo es la culminación de la física clásica. En esa etapa, Comte, uno de los creadores de la sociología, expone con claridad otro supuesto básico de la ciencia moderna: la ciencia es progreso, que contribuiría a alcanzar una sociedad en la que el ser humano, satisfechas todas sus necesidades, viva feliz. La ciencia es la coronación del siglo de las luces y se supone que superará definitivamente una sociedad regida por la superstición, la metafísica y la religión.


2.3 La Gran Ciencia

A finales del siglo XIX y principios del XX se crea otra nueva revolución. Esto es especialmente claro en el caso de la física. Tras un experimento fallido que intentaba encontrar evidencia empírica de la existencia del éter, y tras la imposibilidad de explicar la radiación del cuerpo negro partiendo de los principios básicos de la física clásica, se inicia una gran transformación que conduce a la teoría de la relatividad por un lado y a la física cuántica por el otro. Los cambios producidos no han terminado, al menos en el sentido de que, más de 100 años después, con un enorme desarrollo en la comprensión de la física, sigue pendiente encontrar una teoría unificada que reconcilie la física relativista y la cuántica. Deja de estar claro el concepto de la verdad y la objetividad, desde el momento en que debe tenerse en cuenta que el observador modifica lo observado.

El determinismo clásico tiene también que ser reformulado, dando paso a la indeterminación y al cálculo probabilístico. El tiempo se introduce como magnitud física fundamental, dando paso a un universo de cuatro dimensiones y modificando los conceptos básicos de espacio y tiempo. Deja de estar claro que sea posible concebir la realidad como una máquina y tampoco se ve con claridad que el destino científico conduzca necesariamente a una sociedad mejor. Se modifican profundamente las estructuras sobre las que se sustenta la práctica científica, dando paso a lo que hoy día podemos llamar “gran ciencia”. Hasta finales del siglo XIX, gran parte de la ciencia la hacían personas individuales, que se movían en pequeños círculos. En el siglo XX se inicia algo distinto, con consecuencias importantes en todos los ámbitos:

  • Institucionalización de la ciencia: Primero en las universidades, pero casi al mismo tiempo en centros de investigación asociados a empresas.
  • Incremento en centros de investigación asociados a empresas.
  • Incremento de la relación estrecha e influencias entre la ciencia y la tecnología.
  • Tendencia al gigantismo: Muchas investigaciones requieren instalaciones muy costosas, en las que se implican cientos o miles de científicos.
  • Militarización e industrialización: Se establecen complejas relaciones entre la ciencia y la industria, y también entre la ciencia y el ejército.

El Método Hipotético Deductivo

3.3 El método hipotético deductivo: Es el modelo básico y más compartido por toda la comunidad científica. Su formulación más precisa ha sido el resultado de discusiones mantenidas a lo largo de la historia de la ciencia, aunque siguen existiendo algunas discrepancias o diferencias en la interpretación exacta de dicho método. Sus rasgos fundamentales son:

  • Observación: El proceso de investigación se inicia siempre con la observación. Se parte de uno o varios casos y se inicia una acumulación de observaciones rigurosas.
  • Formulación de hipótesis: A partir de las observaciones, se plantea un problema y se elabora una hipótesis del fenómeno observado. Existen diferentes tipos de hipótesis y, sobre todo, deben tener potencia deductiva y capacidad de ser sometidas a contrastación.
  • Deducción de consecuencias: A partir de la hipótesis es necesario deducir racionalmente algunas consecuencias que pueden ser verificadas o falsadas en experimentos. Es la deducción la que permite predecir lo que debe suceder en el caso de que la hipótesis sea verdadera.
  • Contrastación de hipótesis: Es precisamente la contrastación de esas previsiones la que determina la aceptación del descubrimiento.
  • Formulación de la ley: Los diversos pasos de este método, que se aplica con cierta felicidad en las ocasiones en que se intentan resolver, dan lugar a la formulación de leyes que poseen un carácter más universal. La ley es una hipótesis verificada que establece una relación constante entre dos o más variables, cada una de las cuales representa al menos una característica del sistema.
  • Elaboración de la teoría científica: Las leyes terminan siendo integradas en una teoría científica que no es directamente verificable, pero que está formada por leyes que sí son verificables.

Heurísticos Orientativos en la Investigación Científica

3.2 Los heurísticos orientativos. En general, todas las personas dedicadas a la investigación científica recurren a unos heurísticos que orientan su actividad. Estas son algunas de las normas orientativas:

  • Buscan siempre la explicación más sencilla. Es conocida como la “navaja de Ockham” y es una regla discutida que debe emplearse con cuidado.
  • La explicación o el descubrimiento tiene que tener coherencia interna, respetar las normas de la lógica.
  • También necesitan que su aportación esté de acuerdo con lo que acepta la comunidad científica en su momento. Además, tiene que ser coherente con el conjunto de conocimientos disponibles.
  • Todo descubrimiento debe ser comprobado por otro investigador.
  • Los descubrimientos son susceptibles de modificaciones posteriores, conforme avance la investigación en ese campo y se modifique el marco general en el que deben insertarse esos descubrimientos.

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