Evolución Humana: Adaptación, Cultura y Desarrollo

Evolución Humana

Adaptación y Cultura

La humanización se debe a la capacidad de aprendizaje de la especie primate de la que procedemos. A diferencia de otros animales, no nos limitamos a un comportamiento fijo e instintivo, sino que aprendimos nuevas técnicas y modos de existencia. Esta capacidad de aprendizaje permitió el cambio y la adaptación, dando lugar a la evolución biológica y cultural.

El ser humano ha ido adquiriendo habilidades que le han permitido adaptarse a diversas condiciones ambientales. La aparición y evolución de la cultura facilitó la adaptación al entorno sin necesidad de transformar el cuerpo.

Factores que favorecieron la evolución psíquica y social:

  • La caza
  • El descubrimiento del fuego
  • El largo aprendizaje
  • La aparición del comportamiento social
  • La aparición del lenguaje

Fijismo vs. Evolucionismo

Antes del evolucionismo, el fijismo era la teoría más aceptada. El fijismo sostenía que las especies son fijas e inmutables desde su origen divino, creadas en un momento único y sin modificaciones posteriores. Según esta teoría, los grupos de seres vivos están aislados, no derivan unos de otros ni están relacionados. Linneo, el mayor representante del fijismo, definió la especie como «lo compuesto por un determinado número de individuos que son una copia a partir de un modelo inmutable».

Desde el punto de vista filosófico, el fijismo se une a la corriente metafísica que afirma la inmutabilidad de la esencia de las cosas. Esta concepción jerárquica de la realidad coloca a cada individuo en su lugar, con el ser humano como protagonista de la creación, alejado y por encima de las características animales.

El concepto de Cultura

La cultura se asocia al conocimiento y al saber. Según Tylor, en un sentido etnográfico amplio, la cultura incluye el conocimiento, las creencias, las costumbres, los hábitos y las capacidades adquiridas por el hombre como miembro de la sociedad, como por ejemplo, las técnicas agrícolas.

Homo Sapiens Neanderthalensis

El Homo sapiens neanderthalensis vivió en Europa desde hace 300.000 años y se extinguió. Pertenece al mismo género y especie que nosotros, formando una subespecie. Su estructura esquelética es similar a la nuestra, aunque su cara presenta aspectos primitivos. Su capacidad craneal es elevada. Creó la cultura lítica Musteriense, caracterizada por el tallado de piezas pequeñas. Habitaba en cuevas, dominaba el fuego y la preparación de pieles, y enterraba ritualmente a sus muertos.

Hominización

El bipedismo implicó importantes adaptaciones anatómicas. La necesidad de supervivencia favoreció la postura erguida, junto con cambios en la estructura del pie (dedo gordo no oponible), lo que permite andar y mantenerse erguido. Esta postura sitúa el centro de gravedad en la pelvis, modificando la columna vertebral para mantener el equilibrio y la cabeza erguida.

La liberación de las manos permitió el desarrollo de funciones técnicas, como fabricar y manejar herramientas. Las mandíbulas se redujeron, mientras que el cráneo aumentó de tamaño. Los dientes disminuyeron, facilitando la movilidad de la lengua, precursora del lenguaje.

El crecimiento del cráneo se relaciona con su mayor capacidad. Se desarrollaron áreas de la corteza cerebral, se agudizaron los sentidos y las áreas cerebrales relacionadas con la percepción manual y el lenguaje. Este proceso fue paralelo al desarrollo de la capacidad teórica de la mente humana. La inteligencia se cree que procede de una mutación en individuos que pudieron aprovecharla favorablemente.

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