La Marcha Bípeda
La marcha bípeda supuso un cambio fundamental en la vida de los homínidos. En primer nivel, porque trajo consigo la liberación de las manos. En otro nivel, el estrechamiento de las caderas, la curvatura diferente de los fémures, la modificación de las rodillas y lentos cambios en la estructura torácica y en la columna vertebral suponen una solución económica al nuevo problema que se plantea al tener que recorrer largas distancias por el suelo. Los beneficios eran notables en rapidez, por si había que emprender la huida, y en eficacia, para la búsqueda de alimentos.
El Desarrollo Cerebral
El desarrollo cerebral En el proceso de hominización, el cráneo de los homínidos ha aumentado de los 750 cm³ del Homo habilis hasta los 1400 cm³ del Homo sapiens. Este crecimiento está vinculado a la progresiva adquisición de capacidades intelectuales, como el lenguaje y el pensamiento simbólico, y con el aumento de la inteligencia y la memoria, fundamentales en el aprendizaje de reglas que permiten la fabricación de herramientas.
La Liberación de Manos
La liberación de manos. La locomoción mediante las extremidades inferiores y la liberación de las superiores trajeron consigo una serie de consecuencias importantes. Por un lado, supuso un impulso demográfico, al permitir la protección más eficaz de las crías y el transporte de alimentos y materias primas. Por otro lado, permitió la fabricación de utensilios.
La combinación de la liberación de las manos con el desarrollo del cerebro marcó las diferencias entre los seres humanos y el resto de animales.
La Infancia Prolongada
La infancia prolongada La manipulación de objetos y la potencial modificación del medio que permite indujeron un proceso de aumento del cerebro. A mayor cultura, mayor desarrollo del cerebro y, con este, mayor avance de la cultura. Esta relación recíproca se complementa con el progresivo alargamiento del periodo de crecimiento (infancia) de los homínidos. Una de las características más singulares del ser humano cuando lo comparamos con otros animales es el largo tiempo que transcurre desde el nacimiento hasta la pubertad.
Durante este largo periodo de dependencia de los padres, las crías están sometidas a un intenso proceso de aprendizaje. Es el momento en el que el individuo adquiere todos los conocimientos necesarios para la vida en sociedad. Este alargamiento de la infancia puede considerarse un elemento más de la tendencia evolutiva a la neotenia. El ser humano maduro mantiene rasgos infantiles durante toda la edad adulta. En los humanos, estos rasgos no son solamente físicos sino también intelectuales como su incesante curiosidad.
La Conducta Sexual
La conducta sexual Uno de los cambios biológicos más importantes que ha condicionado la vida social humana es la sexualidad. En la mayor parte de los primates, la hembra solo se muestra sexualmente receptiva cuando el óvulo puede ser fertilizado. En las hembras humanas no hay signos claros del período fértil, de manera que las relaciones sexuales no se limitan a un periodo concreto con garantías de embarazo. Esta peculiaridad ha determinado el establecimiento de vínculos afectivos de larga duración con una pareja, aunque el modo en el que se crean los lazos está condicionado culturalmente. La estabilidad afectiva ha facilitado el largo periodo de infancia y dependencia de las crías humanas respecto a sus progenitores.
El Lenguaje
El lenguaje Para que aparezca el lenguaje, es necesario, de una parte, el desarrollo de una serie de estructuras neuronales para su producción y comprensión, y, de otra, la adaptación de la anatomía del aparato fonador. La posibilidad de comunicarse, en un medio en el que la vida social va a ser clave para la supervivencia, es uno de los rasgos que garantizan el éxito evolutivo de los humanos. Además, el lenguaje permite construir una imagen del mundo y ayuda a compartirla entre los miembros del grupo, lo que favorece el fortalecimiento de lazos sociales.
Diferentes Tipos de Ciencias
Diferentes tipos de ciencias Se suelen clasificar las ciencias en virtud de su objetivo de estudio y del método utilizado. Cada modelo de ciencia utiliza una clase específica de enunciados a la que corresponden también un criterio de verdad. Veamos las distinciones más claras entre estos tipos de ciencias.
Las Ciencias Formales
Las ciencias formales: la lógica y las matemáticas, fundamentalmente, no se refieren a objetos observables por los sentidos y no ofrecen, por tanto, información sobre el mundo. Son precisamente por ello, universales y necesarias. Encuentran su consistencia en la propia coherencia de la razón que las construye. Sus enunciados se llaman «de razón» o «a priori», porque son construidos por la razón con anterioridad a la experiencia. Un ejemplo es «el todo es mayor que las partes»: no hace falta medir los objetivos para percatarse de su verdad. Estas ciencias proceden por deducción.
Las Ciencias Empíricas
Las ciencias empíricas: la física, la biología, etc., parten de la observación de los hechos y, por lo tanto, aportan información sobre el mundo. Por lo mismo, no son universales ni necesarias; son generalizaciones de la experiencia. Sus enunciados se llaman «a posteriori», pues se forman a partir de los hechos de la experiencia. La verdad consiste en la correspondencia de lo que se afirma con la realidad y su método propio es el método hipotético-deductivo.
Las Ciencias Sociales
Las ciencias sociales: la historia, la psicología, la economía, etc., son un grupo particular dentro de las ciencias empíricas. Su objeto de estudio son los hechos humanos, caracterizados por la intencionalidad, algo que no es observable. Además, en casi todas estas ciencias, uno mismo es a la vez observador y objeto observado. Por tanto, son ciencias con una capacidad de generalización y de predicción menor y una neutralidad y una objetividad relativas. En algunas de estas ciencias no se busca tanto una explicación cuanto una comprensión. La explicación busca las causas de los fenómenos, mientras que la comprensión intenta captar su sentido. La hermenéutica es el método propuesto con esta finalidad comprensiva.
Método Hipotético-Deductivo
Método hipotético- deductivo
- La investigación científica suele comenzar con la observación de los hechos. Esta consiste en la constatación de los aspectos más relevantes de un fenómeno. Se expresa mediante enunciados protocolarios.
- A partir de las observaciones se formula una hipótesis o explicación posible que servirá de guía en las investigaciones. Las hipótesis surgen, generalmente de teorías anteriores, aunque también pueden ser elaboradas directamente mediante la razón. En ocasiones son sugeridas por la imaginación o son fruto de la casualidad.
- Mediante la lógica y las matemáticas se deducen consecuencias contrastables de esa hipótesis. Se trata de establecer el argumento lógico que prepare la contrastación.
- La contrastación se realiza generalmente mediante un experimento en el que se someten a prueba un número de variables que sean controlables. También y a diferencia del experimento, cuando las condiciones no se pueden preestablecer se acude a la simple observación o experiencia. Si el resultado es favorable, se considera parcialmente comprobada la hipótesis. Si es desfavorable, se rechaza.
- Es preciso criticar la contrastación. Tanto la confirmación como la refutación pueden ser debidas a supuestos ajenos a la hipótesis.
- La hipótesis confirmada con suficiente apoyo inductivo se eleva a la categoría de ley. Las leyes son enunciados que tienen forma universal. La leyes son válidas provisionalmente en tanto no se refuten con un nuevo experimento u observación. A partir de las leyes, la ciencia formula predicciones que han de ser igualmente contrastadas.
- Las leyes se articulan en una teoría. La ciencia busca sistematizar el conocimiento elaborando teorías que unifiquen las leyes de forma coherente. Estas teorías son sistemas de leyes que proporcionan una comprensión más general y ayudan a elaborar nuevas hipótesis.
Especie: es la unidad evolutiva. Incluye a todos aquellos individuos capaces de cruzarse entre sí, pero no con los miembros de otra especie, en tanto que comparten un mismo acervo genético.
Evolución filogenética: se trata de los cambios que se producen dentro de un linaje a través del tiempo. Por ejemplo, la reducción de cuatro dedos a uno en la pata del caballo, desde su antepasado el Hyracotherium, que vivió hace 50 millones de años.
Clasificación taxonómica: en ella se sitúan en la misma categoría, o taxón, todos los organismos que tienen un antepasado común y que por lo tanto guardan similitudes morfológicas y anatómicas.
Principio de falsabilidad: un enunciado es científico si puede ser falsado por la experiencia. Es una postura contraria a todo dogmatismo.
Inducción: razonamiento en que a partir de hechos particulares observados se establece una ley general que vale también para los casos no observados. Es el procedimiento inverso a la deducción
Cuando se analiza lo que es el ser humano aparece un problema fundamental: somos una relación entre un cuerpo material y un conjunto de actividades mentales la física, la química, la biología y la medicina profundizan en el conocimiento de nuestro cuerpo. La psicología, la psiquiatría y las nuevas ciencias del cerebro analizan la estructura de la mente. Pero, más allá de los resultados de estas ciencias, hay muchas preguntas que son propias de la filosofía.
El cuerpo: materia prima
La física y la química muestran que los componentes últimos del cuerpo son los átomos y las moléculas, que se encuentran presentes en todos los cuerpos. Por ello, somos una parte de la naturaleza material. El cuerpo humano no es materia inerte, sino materia viva. Como organismo vivo que es, el cuerpo desarrolla unas funciones que le permiten subsistir de modo autónomo, alimentarse, reproducirse, etc. Estas funciones tienen diversos grados de complejidad, que van desde la aparente simplicidad de la célula a la complejidad, que van desde la aparente simplicidad de la célula a la complejidad del sistema nervioso. Vivimos, sentimos y conocemos a través del cuerpo.
La mente y el cerebro
Pero el ser humano no solo es un cuerpo, sino que también tiene lo que denominamos mente. El termino mente designa el conjunto de actividades propias de la inteligencia y de la afectividad humanas, que procesan la información del mundo exterior y dirigen las funciones vitales. Este es el órgano más complejo del ser humano y hace posible ejercer las funciones intelectuales, efectivas y motoras de nuestra vida. La investigación del cerebro es el objetivo de las neurociencias, que analizan como se produce el proceso de razonamiento que el cerebro realiza. Para ello, crean maquinas y autómatas que simulan el comportamiento racional de los seres humanos, resolviendo problemas y respondiendo a preguntas sencillas, es decir, procesando información. Sus resultados son muy variados y han abierto uno de los frentes más interesantes de la ciencia contemporánea.
El problema de las relaciones entre el cuerpo y la mente
Las relaciones entre el cuerpo y la mente constituyen un antiguo problema para la filosofía. Este problema se encuentra en el centro de la llamada “ filosofía de la mente”, una reciente disciplina filosófica que tiene en cuenta los avances de las neurociencias. Pueden distinguirse tres grupos de respuestas con distintas variantes:
El monismo: desde este punto de vista, se afirma que la mente y el cuerpo no son realidades separadas, sino aspectos distintos de una misma realidad.
El dualismo: se remonta a Platón y a descartes. Esta respuesta establece que la mente y el cerebro son dos realidades diferentes, cada una de ellas con sus reglas propias.
El fisicalismo: desde este grupo de posturas se sostiene que la actividad mental depende del cerebro y puede explicarse mediante causas físicas.
El enigma de la conciencia
La conciencia es uno de los rasgos específicos del ser humano. Nos permite darnos cuenta de algo y hace posible mantener una especial relación con el mundo exterior y con nosotros mismos. Por otro lado, la conciencia hace posible que nos concibamos como sujetos independientes: somos algo en cuanto tenemos conciencia de aquello que somos. Como toda actividad mental, la conciencia tiene una base fisiológica en el cerebro y se desarrolla evolutivamente a lo largo de la vida. En ella influyen el ambiente, las condiciones materiales de nuestra vida, el lenguaje y nuestras relaciones con otros seres humanos.
La reflexividad: la conciencia es una actividad mental que permite una reflexión. Tener conciencia implica volver sobre uno mismo. Supone darse cuenta, es decir darse una razón a sí mismo de algo, explicarse algo, o cuando menos, plantearse esa explicación. Es posible distinguir dos formas de conciencia:
-La conciencia inmediata :posibilita conocer y advertir nuestra propia presencia.
-La conciencia mediata: exige intermediarios, entre otros, la realidad exterior y la actividad de otros seres humanos.
Ambos tipos se encuentran relacionados: nos conocemos a nosotros mismos porque pensamos y juzgamos lo que son las cosas y las personas que nos rodean.
El carácter internacional de la conciencia:Toda conciencia posee siempre una intención a la que apunta: es una conciencia “de algo”; se dirige a un objeto diferente a ella misma. La conciencia es entre otras cosas, la capacidad de crear relaciones. tenemos conciencia propia cuando mantenemos relaciones con nosotros mismos, con otras personas y con el mundo exterior. La intencionalidad amplia el significado de la reflexividad de la conciencia y no permite que esta sea una sustancia cerrada.
Las ilusiones de la conciencia y la actividad del subconsciente
Lo que denominamos conciencia se basa en todo un conjunto de sentimientos e ideas inconscientes que solo aparecen en los sueño y en los actos fallidos. El inconsciente reúne todo aquello que ha sido prohibido por la religión, la sociedad o la educación y que permanece siempre oculto. Solamente si se entiende el inconsciente podrá analizarse la conciencia. El método de análisis del inconsciente se denomino psicoanálisis.