La Gran Ciencia: Una Nueva Revolución
A finales del siglo XIX y principios del XX, se producen cambios profundos en las ciencias que permiten hablar de otra nueva revolución. Quizá, el más importante sea el caso de la física: un experimento demostró que el éter no existía, lo que llevó a Einstein a desarrollar la teoría de la relatividad. Dejan de estar claros los conceptos de verdad y objetividad desde el momento en que debe tenerse en cuenta que el observador modifica lo observado. Se desmantela la concepción de la realidad como una máquina y se duda de que el desarrollo científico conduzca necesariamente a una sociedad mejor.
Hasta finales del siglo XIX, gran parte de la ciencia la hacían personas individuales. En el siglo XX, se inicia algo distinto, con consecuencias importantes en todos los ámbitos:
- Institucionalización de la ciencia en las universidades y en centros de investigación asociados a empresas.
- Tendencia al gigantismo: muchas investigaciones requieren instalaciones muy costosas, con cientos o miles de científicos e inversiones millonarias.
- Intensa relación entre ciencia y tecnología que se hace cada vez más estrecha, con influencias mutuas.
- Militarización e industrialización: se establecen complejas relaciones entre la ciencia y la industria, así como entre la ciencia y los militares.
Los Heurísticos Orientativos en la Ciencia
En general, todas las personas dedicadas a la investigación científica recurren a unos heurísticos (reglas) que orientan su actividad:
- Simplicidad: Se busca siempre la explicación más sencilla, la que requiere menos elementos.
- Coherencia: La explicación o descubrimiento ha de tener coherencia interna y respetar las normas de la lógica.
- Consenso: Tiene que estar de acuerdo con lo que acepta la comunidad científica en su momento, aunque estos acuerdos varían. También debe ser coherente con los conocimientos disponibles.
- Falsabilidad: Todo descubrimiento debe ser comprobado o reproducido por otros investigadores. O, en su caso, tiene que poder falsarse, mostrar que se puede refutar y, por tanto, rechazar.
- Adaptabilidad: Los descubrimientos son susceptibles de modificaciones posteriores a medida que avance la investigación y se modifique el marco en el que deben insertarse esos descubrimientos.
Supuestos Epistemológicos de la Ciencia
La epistemología estudia los fundamentos y métodos del conocimiento científico. La ciencia clásica mantenía como principio indiscutible (en el que, en gran parte, basaba su «superioridad» explicativa respecto a la que ofrecían otros saberes) que se atenía a los hechos observables. Atentos a los hechos, por tanto, pero ¿qué son los hechos?
- La ciencia solo describe fenómenos: Los científicos describen lo que se nos aparece, sin tomar partido sobre la existencia real de esos fenómenos.
- La ciencia es realista: Las leyes y teorías describen conceptualmente cómo son las cosas, así como las relaciones que guardan entre ellas.
- No tiene sentido hablar de verdad: La ciencia funciona o no funciona. Se entiende la ciencia desde una concepción instrumentalista.
El problema de la adecuación guarda estrecha relación con un problema crucial del método científico: la verificación o contrastación. La potencia explicativa de la ciencia se basa en gran parte en que sus leyes y teorías pueden ser verificadas o refutadas, o incluso reinterpretadas, acotando el campo en el que son refutables y verificables. Ahora bien, ¿cómo verificamos o comprobamos que una hipótesis es verdadera y puede convertirse en ley científica?
Un Código Ético para la Ciencia
Uno de los primeros sociólogos de la ciencia, Robert Merton, enumeró unos imperativos institucionales de la ciencia, lo que podemos llamar un código ético de la ciencia, que debe regular la actividad de los científicos:
- Universalismo: «La afirmación de que algo es verdad debe ser sometida a criterios impersonales preestablecidos».
- Comunismo: «Los hallazgos de la ciencia son un producto de la colaboración social y son atribuidos a la comunidad».
- Desinterés: No buscar el beneficio particular, sino el bienestar común y la contribución a la tarea científica, con una «firme base en el carácter público y verificable de la ciencia».
- Escepticismo organizado: «La suspensión del juicio hasta ‘disponer de datos’ y el examen no comprometido de las creencias sobre la base de criterios empíricos y lógicos».
Rasgos Fundamentales de la Investigación Científica
Muchos temas y problemas pueden ser estudiados científicamente, y muchos de esos problemas pueden ser también explorados o investigados sin recurrir a la ciencia. Una manera de exponer algunos de los rasgos fundamentales de la investigación científica puede consistir en responder a cuatro preguntas básicas:
¿Qué se investiga? Casi todo puede ser objeto de una investigación científica, que siempre parte de un problema (ahorrar energía) o de la pura curiosidad (¿por qué el Sol se ve más rojo y más grande al atardecer?).
¿Quién investiga? La respuesta parece obvia: la comunidad formada por las personas dedicadas a la ciencia.
¿Cómo se investiga? En la ciencia se exige un método riguroso, basado en el uso de la razón y en los datos proporcionados por la experiencia.
¿Para qué se investiga? Son dos los grandes objetivos: por un lado, lograr un conocimiento mejor de lo que nos rodea, satisfaciendo nuestra curiosidad; por otro, aplicar ese conocimiento para controlar lo que ocurre en la naturaleza.