Existencia, Conocimiento y Sociedad: Reflexiones de Ortega y Gasset

El Ser Humano según Ortega y Gasset

La Vida como Punto de Partida

Para Ortega y Gasset, el punto de partida del pensamiento filosófico es la coexistencia del yo con el mundo. Esta coexistencia, que se da en el mundo, no es otra cosa que la vida, la vida de cada cual. La filosofía, por tanto, debe ser una reflexión sobre «mi vida», partiendo de una realidad concreta. Aunque la vida es concreta, existen ciertos rasgos presentes en toda vida, a los que Ortega denomina categorías de la vida. Las principales son:

  • Vivir es sentirse vivir: El ser humano es consciente de sus acciones y experiencias, se ve a sí mismo viviendo. Este es un atributo esencial y primario de la vida.
  • Vivir es encontrarse en el mundo: El hombre se relaciona con el mundo a través de su circunstancia, que es parte inseparable de él.
  • La vida es fatalidad y libertad: Al hombre se le impone una circunstancia que forma parte de su persona, con componentes que no puede variar. Sin embargo, la vida también es un problema a resolver, una constante toma de decisiones sobre cómo vivir esa vida nunca prefijada. La vida humana es, en esencia, libertad.
  • La vida es lucha y esfuerzo: El ser humano nunca es plenamente feliz porque nunca cumple plenamente sus aspiraciones. Estas resistencias estimulan y despiertan nuestras capacidades.
  • La vida es proyecto, futurición: El ser humano es su propia vida, pero la vida es una realidad paradójica: es lo que aún no es. La vida humana es proyecto o futurición.

El Conocimiento en la Filosofía de Ortega

Perspectivismo y Raciovitalismo

La búsqueda de la verdad lleva a Ortega a rechazar tanto el escepticismo como el relativismo, ya que la vida exige la verdad y suprimir esa exigencia convertiría el pensamiento en algo sin sentido. También rechaza el dogmatismo, porque no capta lo histórico y vital del hombre.

Ni el escepticismo ni el dogmatismo responden a las exigencias de la vida y del pensamiento. El hombre necesita pensar la verdad para sus fines últimos, pero la verdad solo existe si es pensada por un sujeto. Esto lleva a concebir la vida como perspectiva. La perspectiva individual es la única forma de aprehender la realidad. En principio, todas las perspectivas son verdaderas, excepto aquella que pretende ser la única.

Además del perspectivismo, Ortega propone el raciovitalismo como una reconciliación entre razón y vida, ampliando el concepto de razón. Frente a la razón pura o físico-matemática, se encuentra la «razón vital» o «razón histórica», que es la que los hombres utilizan para conocer la vida, esa vida que tenemos que inventar. El raciovitalismo afirma que la razón está siempre arraigada en la vida humana, siendo la vida el tema central para la razón.

Creencias e Ideas

La vida necesita de la razón. El ser humano necesita justificar sus acciones. El principio cartesiano «pienso, luego existo» se transforma en «pienso porque vivo». Cada ser humano se encuentra en un mundo ya dado, lo que lleva a distinguir entre «creencias» e «ideas».

  • Creencias: No son elaboradas ni formuladas por la persona. Son presupuestos intelectuales que subyacen a nuestras decisiones. Estamos convencidos de ellas y no las cuestionamos.
  • Ideas: Son producto del individuo. Aparecen en nuestra vida en la medida en que pensamos en ellas explícitamente. El ser humano debe arriesgarse a pensar y actuar libremente con ideas nuevas, al margen de creencias impuestas.

Filosofía Práctica: Sociedad y Generaciones

La Dinámica de las Generaciones

En un momento dado de la historia, coexisten varias generaciones: jóvenes, adultos y ancianos. Son generaciones contemporáneas pero no coetáneas. La sucesión de estas generaciones en la dirección de la sociedad es lo que llamamos historia. Cada generación tiene un proyecto a realizar, lo que explica el sentido de la historia. Todas las generaciones reciben una herencia de la anterior e introducen innovaciones.

Minorías Selectas y Masas

Ortega divide las sociedades en dos clases: las minorías selectas (nobleza) y la masa. La nobleza se compone de hombres esforzados e intelectuales que han construido la historia, aquellos que creen en sus posibilidades. La masa, por otro lado, se compone de aquellos que viven de forma gregaria y conformista.

Ortega defendía que los hombres selectos deben dirigir la sociedad. Si la masa no se deja dirigir y decide mandar, se produce la «enfermedad de nuestro tiempo»: la rebelión de las masas. Para Ortega, este era el problema de España y de Europa en su época.

Ética y Autenticidad

El Héroe Realista

Ortega defendió un imperativo de autenticidad, de ser fieles a nosotros mismos, de hacer de nuestra vida una biografía que sea, en la mayor medida posible, elección nuestra y no configuración externa. Un ejercicio de vocación personal.

Estas ideas se simbolizan en la figura del héroe como modelo de comportamiento moral. Este héroe es realista, con ideales de comportamiento siempre acordes a la circunstancia, alejado tanto del utilitarismo como del utopismo. El héroe orteguiano es un humano consciente de sus limitaciones.

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