Existencialismo, Nietzsche y el Ser: Una Exploración Filosófica

Existencialismo

Existencialismo: Introducido en la terminología filosófica por Kierkegaard, se entiende por existencia el ser interno, por la conciencia, del hombre. Un ser distinto de la existencia empírica, dado por la visión racionalista y científica, que no es la real. La existencia como posibilidad del ser está determinada por el hombre mismo, por su deseo, pero tiene sus raíces en cierta «trascendencia», es decir, Dios. La existencia no llega a conocerse, sino que se ilumina o se revela en momentos críticos. En los existenciales, esta categoría sirve para fundamentar el irracionalismo y el relativismo moral. Debido a estos irracionalismos, puede entenderse como uno de los antecesores de la filosofía existencial a Schopenhauer, para quien la realidad, el factor unificador de todos ellos, no era ningún ente abstracto, sino la voluntad vital. Eso hace que en el existencialismo el problema de la existencia conecte con los vitalismos, tal como el de Nietzsche, que propone como principio vertebrador de la vida la voluntad de poder, entendiendo la vida como realidad absoluta. Para Kierkegaard, el hombre como ser dividido, sometido a tensiones y a tendencias contradictorias, le obliga a estar condenado a la insatisfacción y la angustia.

En resumen, el existencialismo hereda la antigua disputa entre esencia y existencia, pero la resuelve fusionándola, afirmando que la esencia del hombre está en su existencia, que Heidegger define como ser en el tiempo.

Existencialismo francés

Hay una visión trágica del hombre: la existencia encierra una carencia de sentido. Las cosas, por estar ya, existen, no hay ninguna razón por la que tengan que existir. En el hombre, su conciencia le hace captar la diferencia entre vivir y existir. Nadie como el existencialismo ha sido capaz de expresar y explicar la angustia y el aburrimiento del hombre contemporáneo.

Nietzsche

1: La libertad, tal como la entiende Nietzsche, está vinculada a la vivencia de la verdad; pero las analogías acaban aquí. Los motivos son los siguientes: la verdad es situada por el individuo; la misma sociedad, los grupos sociales, las clases sociales, pueden perturbar y desviar al individuo de su verdad. De hecho, Nietzsche desprecia tanto el comunismo como el estatalismo de derechas y de izquierdas, así como sus vertientes nacionalistas, a los que Nietzsche llama movimientos de masa.

2: Cuando Nietzsche coloca la libertad en una vivencia de la verdad, la está centrando en la vida misma, y empieza a recuperar las formas irracionales: las pasiones, la fantasía, la intuición, que no forman parte de la estricta racionalidad. De hecho, en su primera obra, que fue su tesis doctoral titulada El origen de la tragedia, reivindicó a Dionisio, el dios Baco de los romanos, como representante de la energía vital de la naturaleza, de la pasión sexual y de lo orgiástico, de la manera y de la lucha por la vida y el placer, por la ausencia del sentido, la borrachera. Nietzsche sitúa la voluntad de poder en el núcleo fundamental de la pasión por la vida y de la vida.

La voluntad de poder

Con este término, Nietzsche menciona el deseo de mandar o dominar, como el de superarse a sí mismo, el de superar obstáculos. Nietzsche afirma en muchos textos que mandar a los demás es relativamente fácil, lo difícil es mandarse a sí mismo. Por eso da tanta importancia a la voluntad.

Ser como existencia

La existencia se puede plantear como la primera condición para que alguna cosa sea ella misma. Para que un bolígrafo sea un bolígrafo, lo primero que tiene que ocurrir es que exista, es la primera condición y primera categoría de las cosas. Para algunos filósofos, la existencia no es fundamental del ser, sino algo que se llama la esencia. La existencia se puede plantear al menos de tres formas:

  1. Lo que se percibe y captamos con los sentidos y reconocemos nosotros.
  2. Una cosa existe en la medida en que ocupa un lugar, independientemente de que nuestros sentidos lo capten y nuestra inteligencia lo reconozca.
  3. La existencia está más allá de lo que captamos, es una realidad profunda, oculta a nosotros mismos, pero no por ello menos real.

El Ser absoluto

Una forma del ser es el Ser absoluto que se representa como Ser. Las características de este Ser, que en ontología se le relaciona con Dios, en la presocrática se denomina como el Uno y en la filosofía oriental, o en la filosofía panteísta (todo es Dios), se le llama como el Todo. Las características de este Ser son las siguientes:

  1. Es perfecto.
  2. Es eterno.
  3. Es homogéneo: esto es, no tiene partes.
  4. Para algunos, como el cristianismo, el judaísmo y el islamismo, este Ser es infinito.
  5. Es necesario: que tiene en él el principio de la existencia, existe por sí mismo.
  6. Es el principio y el origen de todas las cosas.
  7. En el caso especial del cristianismo y el judaísmo, Dios es un ser inteligente, personal y con voluntad. En el caso especial del cristianismo, Dios, además, es fuente de amor.

Ser como Uno: la mística

Procede de un verbo griego que significa cerrar; de esta manera, la mística alude a una vida espiritual secreta y distinta de la del resto de los cristianos. Esta solo deberá aplicarse a las relaciones del alma con Dios, que representa lo absoluto. Ese absoluto muestra las limitaciones de la naturaleza humana y la hace conocer un mundo superior al que es imposible llegar por las fuerzas naturales. De manera que el misticismo es un conocimiento experimental que tiene el hombre de la presencia divina. El alma tiene un sentimiento de contacto con Dios. No obstante, el alma puede colaborar para alcanzar ese estado de perfección a través de la ascética. La ascética depende solo de la voluntad humana, pues es un periodo de la vida humana en que, por medio de ejercicios espirituales, mortificaciones y oración, el alma logra purificarse y entra en contacto con Dios. Existen tres vías que ejemplifican el camino que recorre el hombre hasta alcanzar el contacto con lo divino:

  • Vía purgativa: El alma se libera de sus pasiones poco a poco y se purifica de sus pecados.
  • Vía iluminativa: El alma se ilumina con la consideración de los bienes externos.
  • Vía unitiva: Se llega a la unión con Dios, por lo que se produce la unión entre la esencia del ser divino y la esencia del alma humana. Juan de la Cruz lo define como matrimonio espiritual.

La ascética es puramente racional; la mística, por el contrario, es intuitiva. De todos modos, no se puede llegar a la cima mística sin pasar por la ascética.

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