Exploración de la Antropología Filosófica de Immanuel Kant

Immanuel Kant: Exploración de su Antropología Filosófica

Contexto Histórico y Corrientes de Pensamiento

Para entender la antropología de Immanuel Kant, primero debemos conocer su contexto histórico y ubicarlo en las corrientes a las que perteneció. Kant nació en 1724 y murió en 1804, época que coincide en gran parte con el pensamiento ilustrado. Sin embargo, en su pensamiento también influyen las dos corrientes dominantes desde el siglo XVII: empirismo y racionalismo. Aunque la Ilustración se sitúa después del racionalismo y antes de la gran obra de Kant, Crítica de la razón pura (1781), este gran filósofo pertenece y se encuentra inmerso en el espíritu de la Ilustración. Estudiar la filosofía kantiana no es de interés solo histórico, ya que el autor señala en su tiempo elementos que las ciencias siguen reconociendo como fundamentales en el comportamiento humano.

La Razón y la Acción Humana

Kant utiliza el término “razón”, que tiene un sentido específico en la Ilustración alemana, para fundamentar los conceptos, la forma de explicarlos y el modo de conocer el mundo exterior. En 1788, Kant publica la Crítica de la razón práctica, en la que trata del análisis de la razón como fundamento de la acción humana. El camino que sigue en ella es similar al llevado en la Crítica de la razón pura.

El Hecho Moral y la Universalidad

Kant llama «hecho moral» a la manera como explica el comportamiento humano, observando que la conciencia moral se expresa en principios a los que los hombres ajustan su modo de actuar y, en función de estos, emiten juicios morales sobre su conducta y sobre la de los demás. Afirma que los términos «bueno» o «malo», en sentido moral, no pueden ser aplicados a las cosas, ni siquiera a aquellas que constituyen objeto de las acciones humanas, sino a la propia acción humana. El fundamento de la moral, al igual que el del conocimiento, por basarse en la misma razón, tiene que ser a priori, «pura forma», algo vacío de contenido y, por lo tanto, independiente de lo empírico. En esto consiste el carácter universal que Kant exige a toda clase de juicios morales.

Únicamente si encontramos aquello que es capaz de determinar a la voluntad a obrar a partir de sí misma y en virtud de sus propios principios, habremos dado con la raíz de un auténtico principio moral a priori. Esta es la base de una moral universal que afecta a todos los hombres por igual, en virtud de la estructura misma de la facultad que lleva al hombre a la acción: la voluntad.

La Moral Kantiana y el Deber

La moral kantiana supone una inversión del esquema de la moral tradicional, pues no es el concepto del bien como objeto el que determina y hace posible la ley moral, sino al revés, la ley moral es la que determina y hace posible el concepto del bien. Considera al deber por el deber mismo y no por la felicidad ni el interés.

Las Cuatro Grandes Preguntas de Kant

Kant elabora cuatro grandes preguntas en diferentes aspectos: ¿Qué puedo saber? (desde la teoría del conocimiento), ¿Qué debo hacer? (desde la ética), ¿Qué me está permitido esperar? (desde la política y la religión) y ¿Qué es el hombre? (desde la antropología). Kant califica al hombre como un ser terrenal dotado de razón por su esencia específica. Es decir, para él, encontramos en todos los hombres las mismas disposiciones originarias, pero lo que los distingue son las capacidades de cada uno para ponerlas en práctica.

Antropología en Sentido Fisiológico y Pragmático

Dice que la antropología en sentido fisiológico describe lo que la naturaleza ha hecho en el hombre, y en un sentido pragmático investiga lo que el hombre, como ser libre, hace, puede o debe hacer de sí mismo. Kant, con el calificativo pragmático, quiere dar a entender el punto de vista desde el cual enfoca al hombre en su antropología. Pragmático significa “perteneciente al bienestar”, lo que lleva al hombre a sentirse bien.

El Egoísmo Según Kant

Son muchos los aspectos que aborda Kant en la antropología, uno de ellos es el egoísmo. Kant dice que es sinónimo de arrogancia, y esta puede ser de tres clases:

  • Del entendimiento: Egoísmo lógico.
  • Del gusto: Egoísmo estético.
  • Del interés práctico: Egoísmo práctico.

Quien padece de egoísmo lógico considera innecesario confrontar sus juicios con los de los demás, con lo cual queda expuesto a toda clase de errores. Igualmente sucede con el egoísta estético, que es aquel que se basta con su propio gusto en el campo estético y, al aislarse en su arrogancia, es él quien pierde, ya que se priva de progresar y mejorar mediante los criterios de los otros. Por último, tenemos el egoísta moral, que es «aquel que reduce todos los fines a sí mismo, que no ve más provecho que el que hay en lo que le aprovecha a él». El único remedio efectivo para combatir los egoísmos es el mismo con el que se combate la arrogancia: «el pluralismo, esto es, aquel modo de pensar que consiste en no considerarse como encerrando en el propio yo el mundo entero, sino como un simple ciudadano del mundo».

Las Enfermedades Mentales

Otro tema de interés de la antropología de Kant son las enfermedades mentales. Considerando los dos escritos en los que Kant se refiere a él, Antropología en sentido pragmático y Versuch über die Krankheiten des Kopfes, en especial este último por contener una clasificación y un análisis más detallado. La naturaleza, dice Kant, no hace charlatanes, locos ni impostores. Al contrario, ella, como sencilla y sobria que es, ha dotado al hombre de conceptos comunes y de honradez en su corazón. Sin embargo, lo artificioso de la sociedad civil altera estos estados naturales y produce toda clase de trastornos en los ciudadanos. Además, entre los trastornos de la razón y los de la voluntad, los hombres prefieren los de la voluntad, porque les preocupa más ser tenidos por tontos que por sinvergüenzas; aunque en realidad eso es lo que corresponde cuando se trata de ser antinaturales, en lo cual la maña es una necesidad y la honradez, por el contrario, un estorbo.

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