Exploración de la Ética Aristotélica, Kantiana y la Evolución de la Comunidad Política

Ética Aristotélica

A lo largo de la historia, diversas éticas han postulado que el fin último del ser humano es la felicidad. Estas éticas establecen un ideal que comprende lo que el ser humano debe hacer para alcanzar su plenitud y perfección. Aristóteles, filósofo del siglo IV a. C., fue el primero en escribir una obra exclusivamente dedicada a la ética: Ética a Nicómaco. En esta obra, Aristóteles argumenta que cada acto tiende a un fin que constituye su bien. También señala que los fines que los hombres buscan con sus acciones se jerarquizan según su importancia. El fin último del hombre, según Aristóteles, no puede ser otro que la felicidad, ya que esta se busca por sí misma. No existe un consenso sobre la naturaleza de la felicidad; algunos la relacionan con el placer, las riquezas, etc. Sin embargo, para Aristóteles, la felicidad no reside en ninguna de estas cosas. Para responder a la pregunta sobre la felicidad, Aristóteles recurre a la naturaleza: el fin de cada cosa consiste en la realización de la función que le es propia. Por lo tanto, el fin del ser humano consiste en desarrollar adecuadamente las actividades que suponen la realización de su función propia. Pero, ¿cuál es la función propia del ser humano? En primer lugar, el ser humano posee diversas funciones dependiendo de su edad, sexo, etc., y la realización adecuada de estas funciones contribuye a su felicidad. En segundo lugar, debido a la complejidad del ser humano, este tiene diversos tipos de funciones: vegetativas, sensitivas y racionales. La mayor felicidad se obtiene con la realización de la función racional, que se da cuando el ser humano se dedica a la sabiduría.

Ética Kantiana

Otro tipo de éticas presentes a lo largo de la historia son las éticas de la buena voluntad, para las cuales lo bueno y lo malo dependen del modo en que se realizan las acciones. En estas éticas, la intención tiene mayor peso que la acción misma. Immanuel Kant, filósofo del siglo XVIII, participó en los ideales de la Ilustración. Consideraba que la humanidad había vivido hasta entonces sin ejercer su libertad, sometida a la presión política y religiosa. Pensar por sí mismo consiste en buscar el fundamento de todo en la razón. Solo así el ser humano se liberará de la superstición y podrá ejercer su libertad. Es el ser humano quien debe darse a sí mismo su propia ley, y solo obrará bien cuando obedezca los mandatos que proceden de su propia razón, cuando sea autónomo. El deber proviene de la razón. La bondad o maldad de las acciones depende de la intención. Si al actuar el ser humano posee una motivación distinta del puro cumplimiento del deber, su actuación no será moralmente buena, por no ser racional, aunque cumpla la ley. Las motivaciones no racionales corrompen el orden moral, haciendo surgir imperativos hipotéticos donde deberían darse imperativos categóricos. En consecuencia, la moral kantiana es una moral formal en la que lo importante es la intención. Solo una ética autónoma es compatible con la dignidad humana. Al obedecer a otro, el ser humano se convierte en un instrumento, y el ser humano, por su naturaleza, posee dignidad.

La Comunidad Política en el Mundo Moderno

A finales del siglo XVII, los pensadores contractualistas conciben el orden social como un pacto entre seres libres. Quienes constituyen la comunidad política dejan de ser súbditos y se convierten en ciudadanos. El pacto, el contrato social, supone una garantía frente a los poderes públicos y regula los derechos y deberes de los ciudadanos, permitiendo un marco de convivencia en libertad. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano recoge con claridad esta situación. Quizá el artículo más significativo sea el VI, que establece: «La ley es expresión de la voluntad general; todos los ciudadanos tienen derecho a colaborar personalmente, o por medio de sus representantes, en su formación. Debe ser la misma para todos, ya sea que proteja, ya sea que castigue. Siendo todos los ciudadanos iguales ante ella, son igualmente admisibles a todas las dignidades, puestos y empleos públicos, según su capacidad y sin otra distinción que la de sus virtudes y talentos.» Sin embargo, el contractualismo es insuficiente. Representa un gran paso, pero un paso que deberá ampliarse gracias al pensamiento socialista. Quienes llevaron a cabo la revolución liberal pertenecían a la burguesía.

La Comunidad Política en el Mundo Contemporáneo

Las luchas obreras del siglo XIX y los diversos pensamientos socialistas impulsaron la evolución del concepto de ciudadanía. Inicialmente, este concepto incluía la libertad individual de los ciudadanos y la igualdad de todos ante la ley, pero esa libertad e igualdad se limitaban a los miembros de una clase social: la burguesía, y solo a los hombres. Durante los siglos XIX y XX, el concepto de ciudadanía se expandió a todas las clases sociales y exigió que todos los ciudadanos disfrutaran de derechos económicos, sociales y culturales que les permitieran vivir con dignidad. Mientras que la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 recogía solo derechos jurídicos, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 incluye también derechos económicos, sociales y culturales.

Términos

  • Imperativo categórico: Pertenece a la ética kantiana. Máxima universal elaborada por la razón. Mandato que obliga, desde una moralidad autónoma, como fin en sí mismo.
  • Ética: La ética es la parte de la filosofía que reflexiona sobre la conducta moral del ser humano, buscando comprenderla y explicarla, determinar por qué se considera, o no, «buena», y cuál es el fundamento de «lo bueno».

Verdadero y Falso

  • a) ¿Solo obligan moralmente…? / F. Las normas morales deben provenir de nosotros mismos, convencernos y atraernos.
  • b) ¿Aristóteles pensaba…? / V. Para este filósofo, la felicidad se obtenía desarrollando la naturaleza humana, y como esta es sobre todo racional, en el cultivo de la razón se encontraba la máxima felicidad.
  • c) ¿Para Kant solo…? / V. Para este pensador, solo actuamos bien cuando cumplimos el deber por ser deber, cuando lo cumplimos porque nos lo impone nuestra conciencia. Es un ideal moral muy elevado, pero es el único que Kant considera racional.
  • d) ¿Las éticas dialógicas…? / V. Pero con matices. El deber debe tener su origen no en una reflexión individual, sino que debe ser fruto del diálogo racional entre todos los implicados en el tema.

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