Objetivo: La libertad del hombre guiada por la razón, tanto en lo individual como en lo social. Kant realiza una crítica de la razón para determinar sus límites y alcance. La filosofía debe responder a tres preguntas fundamentales: ¿Qué puedo conocer? (metafísica), ¿Qué debo hacer? (moral), ¿Qué me cabe esperar? (religión). Estas se resumen en una cuarta: ¿Qué es el hombre?
Crítica de la Razón Pura
Su objetivo es realizar una crítica de la razón con el fin de establecer si es posible la metafísica como ciencia (conocer a Dios, el yo y el mundo de manera científica). Analiza las características de la ciencia y se pregunta si es posible aplicarlas a la metafísica. Encuentra que el conocimiento científico se caracteriza por ser universal, necesario y progresivo. Los juicios han de ser sintéticos (extensivos a partir de la experiencia) y a priori (producto de la razón para que sean universales y necesarios). Kant analiza cómo son estos juicios en las ciencias y si son posibles en la metafísica, dividiendo su crítica en tres partes relacionadas con los tres conocimientos del ser humano.
Estética Trascendental
Analiza la sensibilidad (facultad con la que el hombre produce conocimiento matemático). La sensibilidad aplica el espacio y el tiempo (que son formas a priori) a los datos sensoriales, produciendo el fenómeno. Espacio y tiempo son intuiciones que pertenecen al sujeto, vacías de contenido; la sensibilidad ordena todas las impresiones sensibles. Kant realiza una síntesis entre empirismo y racionalismo: hay algo a posteriori procedente de la experiencia (datos sensibles) y algo a priori procedente de la razón (espacio y tiempo). El fenómeno conocido no es una copia de la realidad; el sujeto impone unas formas a priori a la información procedente del exterior. Ahora, el sujeto se rige por las leyes del sujeto. En matemáticas (geometría se ocupa del espacio y aritmética del tiempo), por ello son universales y necesarios.
Fenómeno y Noúmeno
De la realidad solo podemos conocer el fenómeno (lo que se manifiesta de forma sensible) y el noúmeno (la cosa en sí, tal y como existe independiente del sujeto), que es incognoscible para el sujeto. El fenómeno es el límite de nuestro conocimiento, por eso Kant denomina a su teoría idealismo trascendental. En conclusión, el conocimiento científico es fenoménico.
Dialéctica Trascendental
Su objetivo es estudiar la facultad de razonar para determinar la posibilidad de la metafísica como ciencia. No es posible, ya que sus enunciados no son juicios sintéticos a priori: el yo no puede ser experimentado como sustancia única, solo tenemos experiencia de múltiples vivencias; pretender conocer al yo lleva a razonamientos falsos. Del mundo tampoco tenemos experiencia sensible y no podemos demostrar científicamente su existencia. De Dios tampoco tenemos experiencia sensible y no podemos demostrar científicamente su existencia. Por lo tanto, yo, mundo y Dios para Kant son ideas de la razón (realidades con sentido pero no cognoscibles), existen pero no pueden ser conocidas científicamente.
Estas ideas son producto de la vocación unificadora de la razón:
- En la idea de yo, unifica los estados psíquicos del tiempo.
- En la idea de mundo, sintetiza toda la experiencia externa.
- En la idea de Dios, unifica fenómenos internos y externos.
Para Kant, aunque la metafísica no sea ciencia, existe como tendencia natural en el hombre.
Crítica de la Razón Práctica
Afirma que la razón es solo una, pero tiene dos funciones: como razón teórica se ocupa del ser (saber cómo son las cosas, ciencia), y como razón práctica se ocupa del deber ser (establecer la conducta humana, moral). La razón teórica se dirige a la naturaleza, y la razón práctica a la libertad. En el hombre existen ambos mundos: como yo empírico está determinado por las leyes de la naturaleza, y como persona racional está indeterminada y se autodetermina por su propia conciencia.
Formalismo Moral
La ética kantiana es una ética formal frente a anteriores éticas materiales. Las éticas materiales establecen un bien supremo y establecen normas morales para alcanzarlo. Kant critica estas éticas porque son empíricas y no pueden extraerse principios universales, se basan en imperativos hipotéticos, son éticas heterónomas (leyes impuestas de fuera), ya que la voluntad es determinada a obrar por un fin exterior al sujeto. La ética formal debe ser a priori (para tener principios universales), debe basarse en imperativos categóricos, debe ser una ética autónoma (el sujeto se da a sí mismo la ley). La ética formal kantiana no tiene contenido (no nos dice qué hemos de hacer, sino cómo hemos de actuar). Distingue tres tipos de acciones: contrarias al deber, conformes al deber, hechas por deber. Un hombre actúa moralmente cuando actúa por deber, no por utilidad o satisfacción.
Imperativo Categórico
Kant descubre en la razón del sujeto un imperativo categórico que le impone cómo ha de comportarse: obra de tal modo que tu máxima sea tomada como ley universal; obra de tal modo que uses siempre a la humanidad como fin, nunca como medio; considérate a ti mismo el autor de leyes morales universales. La ética kantiana es autónoma, ya que es la razón del sujeto la que se da a sí misma una ley moral.
Postulados de la Razón Práctica
En la Crítica de la Razón Pura negó la posibilidad de la metafísica como ciencia, ahora mantiene que a través de la razón práctica y sus principios morales se puede llegar a los objetivos de la metafísica. Para Kant, libertad, Dios y la inmortalidad del alma se imponen al hombre como postulados de la razón práctica: libertad (obrar respecto al deber supone la existencia de libertad), inmortalidad del alma (la razón nos ordena aspirar a la virtud, pero es inalcanzable en una existencia limitada, por ello es necesario que el alma sea inmortal), Dios (existe porque la disconformidad que encontramos entre el ser y el deber ser exige la existencia de un ser supremo en el cual se da la unión de virtud y felicidad).