Teoría Ontológica de Platón
Platón (Atenas, c. 427 a.C. – 347 a.C.) desarrolló su filosofía en un período de crisis para la polis ateniense, marcado por la decadencia tras la Guerra del Peloponeso. En este contexto de efervescencia filosófica del siglo IV a.C., junto a Aristóteles, Platón buscó reconstruir la realidad. Fundó la Academia en Atenas, centro de su actividad intelectual, y formuló cuatro teorías fundamentales: ontológica, antropológica, epistemológica y política.
Fundamentos de la Ontología Platónica
La teoría ontológica es la base del pensamiento platónico, influenciada por los pitagóricos, Parménides y Sócrates. Su objetivo principal era una reforma del sistema político fundamentada en las ideas, lo que impactaría profundamente en la filosofía posterior y marcaría una crítica al pensamiento sofista.
La Naturaleza y el Demiurgo
Platón retoma la pregunta presocrática sobre la naturaleza en el Timeo, donde introduce tres principios: la materia (eterna, caótica y en movimiento), el Demiurgo (inteligencia ordenadora o artesano) y las Ideas (modelos eternos e inmutables). El Demiurgo, inspirado en el nous de Anaxágoras, moldea la materia tomando como referencia las Ideas, dando forma al cosmos como un organismo vivo dotado de alma. Este proceso se explica a través de la armonía de las esferas pitagórica y los cuerpos sensibles. Las almas humanas, hechas de la misma sustancia que el alma cósmica, participan de ambos mundos, lo que les confiere un carácter divino.
El Mundo de las Ideas y el Mundo Sensible
Platón introduce una explicación teológica donde el Demiurgo actúa con la finalidad de trasladar el orden y la belleza de las Ideas a la materia. Las Ideas son la auténtica realidad, entidades eternas, inmutables y únicas, retomando características de Parménides. No son meros conceptos, sino realidades que actúan como modelos, presentes en la cultura griega a través del canon en la escultura y la geometría.
La acción del Demiurgo sobre la materia, siguiendo el modelo de las Ideas, genera una visión dualista de la realidad: el mundo sensible, reflejado en el mito de la caverna, es el mundo de las apariencias captado por los sentidos (según Heráclito, en constante cambio); y el mundo inteligible, accesible solo a través del pensamiento, donde reside la realidad eterna e inmutable (característica que Platón toma de Parménides). Entre ambos mundos existe una relación de participación e imitación.
Jerarquía de la Realidad y Problemas Derivados
Platón jerarquiza la realidad en el símil de la línea, dividiendo el mundo sensible en imágenes/reflejos y cosas físicas, y el mundo inteligible en objetos matemáticos e Ideas (éticas, estéticas, matemáticas y de las cosas físicas). Esta jerarquía plantea problemas, como la existencia de Ideas para cosas como el barro o la mugre, y la naturaleza de la participación entre Ideas y cosas (la cuestión de la unidad e indivisibilidad de las Ideas).
Legado e Influencia de la Ontología Platónica
La teoría de las Ideas de Platón tuvo una profunda influencia en la historia del pensamiento, marcando el nacimiento de la metafísica como concepción de la realidad. A la pregunta sobre la esencia de las cosas, Platón responde que las Ideas son entidades metafísicas, que trascienden el mundo físico y sensible. De esta manera, Platón se establece como el iniciador del idealismo, al concebir las Ideas como fundamento de la realidad e ideales de perfección.