Justificación de la Ética como Búsqueda de la Verdad
Uno de los grandes interrogantes que plantea la reflexión ética es saber en qué consiste la vida buena y qué camino se debe seguir para conseguirla. Diferentes corrientes filosóficas la han identificado con la conquista de la felicidad. Podemos encontrar relacionada la felicidad con el placer, con la ausencia de dolor, etc. En definitiva, se ha entendido la felicidad como la posesión de un determinado bien. Las teorías éticas que identifican el sumo bien con la felicidad se denominan eudemonistas. Este tipo de éticas se llaman también éticas de fines porque la acción moral persigue un fin muy concreto. Estas posturas se caracterizan también por identificar la virtud con el bien supremo y con la felicidad. La acción moral se convierte en el camino para alcanzar el bien supremo.
La Ética Aristotélica
El pensamiento ético aristotélico relata que el ser humano busca siempre un fin que se atiende como un bien. Estos fines pueden ser de dos tipos:
- Fines relativos: Los que perseguimos para conseguir fines y bienes últimos. Ejemplo: un trabajo para conseguir dinero.
- Fin absoluto: Fin último y supremo al cual tiende toda acción humana. Persigo la felicidad porque quiero ser feliz, no porque me sirva para otra cosa.
Aristóteles considera que el bien supremo y el fin absoluto de toda acción es la felicidad. Consideraba que para ser feliz necesitamos:
- El vulgo y los más groseros identifican la felicidad como placer. El amor por una vida plagada de placeres corporales y goce es identificado por muchos como una vida feliz. Poco o nada nos diferenciaría de las bestias, aunque sucumban a dicha actitud muchos individuos de posición socialmente elevada.
- Las personas más desarrolladas y cultas, que se dedican a la política, consideran que el bien supremo y la felicidad residen en el honor. Para Aristóteles es un bien individual.
- Aristóteles analiza el tipo de vida dedicada a amasar riquezas. Para este pensador, los bienes materiales solo sirven como medio para conseguir otras cosas.
El Bien Supremo
Todo ser posee una función que le es propia, que viene determinada por su naturaleza. El hombre posee una naturaleza propia que le distingue del resto de los seres: la actividad y el cultivo de la razón. Solo aquí podemos encontrar la felicidad.
Las Virtudes Éticas
Las virtudes éticas tienen como función principal orientar nuestra conducta hacia el bien y son catalogadas en:
- El valor: Justo medio entre la temeridad y la cobardía.
- La templanza: Situada entre el libertinaje y la insensibilidad.
- La generosidad: Entre la prodigalidad y la avaricia.
- La justicia: En un sentido, puede entenderse como respeto a las leyes del Estado. En el sentido específico de la ética, Aristóteles la vincula al reparto equitativo. Así, las ventajas, los bienes, las cargas y las obligaciones deben ser repartidos siguiendo el criterio del justo medio.
Virtudes Dianoéticas
Están relacionadas con la actividad racional del hombre. Son propias de la razón y son aprendidas mediante el ejercicio intelectual. Se clasifican en:
- La sabiduría: Es el aprendizaje de los primeros principios y de los efectos que se derivan de ellos.
- La prudencia: Es la habilidad intelectual para distinguir las cosas necesarias de las innecesarias, así como para elegir entre lo bueno y lo malo.
Límites de la Ética Aristotélica
La ética aristotélica plantea algunos problemas. El hombre debe orientar su acción hacia fines buenos. Solo puede reconocerlos como tales si previamente el propio hombre es bueno. El hecho de que la felicidad y la moral dependan del conocimiento hace que su propuesta se sitúe en un círculo vicioso de difícil solución.
La Ética Helenística: Cínicos, Epicúreos y Estoicos
La caótica situación social en la que se encuentra el mundo helénico tras la muerte de Alejandro Magno propicia que la reflexión ética se centre en el concepto de naturaleza. De entre todas veremos: la cínica, la estoica y la epicúrea.
Los Cínicos
Los cínicos eran un grupo de pensadores que integraban la escuela filosófica fundada por Antístenes en el gimnasio Cinosarges. El cínico busca una vida virtuosa y completamente libre como fuente absoluta de felicidad. Para ello, desprecia las normas sociales y busca la virtud viviendo conforme a la naturaleza.
El Estoicismo
Todo el sistema filosófico estoico gira en torno a la ética. Para esta corriente existen unas leyes naturales que actúan de forma inexorable sobre todos los seres, incluido el ser humano. La ética estoica puede resumirse en la siguiente sentencia: vive de acuerdo con la naturaleza.
Epicureísmo
El epicureísmo es la doctrina filosófica inspirada en los escritos de Epicuro de Samos. Fue sistematizada y ampliada con posterioridad por el pensador romano Lucrecio. Conocida también como hedonismo, esta corriente defiende que la felicidad reside en el goce y el placer, tanto del alma como del cuerpo.
La Ética Utilitarista
El utilitarismo surgió a finales del siglo XVIII en Inglaterra. Sus principales representantes son Jeremy Bentham, John Stuart Mill y Henry Sidgwick. Estos pensadores trataron de solucionar los problemas que dejaron sin resolver las éticas hedonistas y las éticas formales. Los utilitaristas identifican la felicidad y la justicia con el bien social (Ej.: el que todo el mundo tenga una educación es mejor que si solo la tiene uno). Así, para estos pensadores, nuestros actos deben realizarse teniendo en cuenta cuál de ellos producirá, o puede esperarse que produzca, el mayor bien posible, minimizando el mal para el mayor número de personas. Este fin moral es llamado principio de utilidad. En todo lo que hacemos ha de perseguirse el mayor excedente de bien sobre el mal. Según Bentham, el interés general de la comunidad se mide por la suma de los intereses individuales. No importa la situación social o económica de las personas; cada uno de los intereses individuales tiene que tener el mismo peso en la medición del bienestar general. La felicidad que una norma o ley produce debe resultar de la suma del estado de los afectados por la ley. Ahora bien, con independencia de lo que sean el bien y el mal, este principio necesita que puedan medirse y compararse el uno con el otro por algún método cuantitativo.
Clases de Utilitarismo
La filosofía utilitarista, en su afán por encontrar una guía que oriente nuestras acciones en busca del mayor bien para el mayor número de personas, ha experimentado diferentes transformaciones. La distinción más común se realiza según se analice el acto o la norma. Surgen así dos tipos fundamentales de utilitarismo:
- El utilitarismo del acto:
- No existen normas generales que regulen la acción humana.
- Debemos evaluar las consecuencias de cada acción.
- Cataloga como bueno todo acto que produzca el mayor excedente de bien.
- El utilitarismo de la norma:
- Existen normas de aplicación general que regulan la acción en sociedad.
- La evaluación de cualquier norma se realiza en función de su utilidad.
- Cataloga como buenas todas aquellas normas que mayor bien pueden producir.
Límites del Utilitarismo
El utilitarismo soluciona en buena medida el problema del individualismo que planteaban tanto el cinismo como el hedonismo. Sin embargo, presenta limitaciones a la hora de aplicar el principio de utilidad:
- El problema de encontrar un criterio objetivo con el que medir los placeres o el dolor.
- La falta de acuerdo sobre cuáles deben ser los placeres que deben medirse: físicos, intelectuales…
Probablemente la mayor limitación de la filosofía utilitarista es que el principio de utilidad resulta insuficiente para orientar nuestras elecciones a la hora de actuar.