La Filosofía de Aristóteles
1. La Epistemología Aristotélica y el Problema del Conocimiento: La Ciencia y los Gastos del Saber
En Aristóteles, no hay más realidad que la de los seres singulares, y el conocimiento se explica a partir de los elementos del mundo sensible. El conocimiento es un proceso de inducción o abstracción.
El grado en el que se inicia el conocimiento es la sensación.
Con el uso de la memoria, organizamos un orden que permite la familiaridad de estas sensaciones; se trata de la empeiria.
Hay otro modo de saber más alto, la tékhene, un saber hacer de quien conoce los medios necesarios para conseguir ciertos fines. Con la técnica, la experiencia adapta una visión más universal. Por encima de los conocimientos anteriores se encuentra la episteme, es decir, la ciencia. Lo cual implica también la existencia de estudios relativos al objeto de estudio.
La demostración tiene lugar en la lógica del llamado silogismo, donde la relación entre ciertas premisas proporciona deductivamente una conclusión. Aunque el ideal deductivista de la episteme aristotélica supone ingenuamente que toda verdad es demostrable.
El mayor problema, pues, para conseguir este ideal deductivo de la episteme, es conocer la verdad de los principios de toda ciencia. Los últimos grados de conocer, el nous y la sophia, son la confusa respuesta de Aristóteles al respecto. Se trata de una intuición de esos principios de la ciencia, que es la ciencia del ser en cuanto es (ontología) y del ser supremo por excelencia, Theo (teología).
2. Física y Metafísica: El Problema de la Realidad y del Ser
Sustancia y accidente, potencia y acto, materia y forma tienen por misión hacer “inteligible” el movimiento, poder conocer el ser físico sin necesidad de recurrir a un mundo trascendente.
¿Qué es el ser para Aristóteles? El ser se dice de muchas maneras:
- El “ser” desde sus categorías: el ser análogo. Es la sustancia (ousia), el sujeto al que se refieren todos los predicados. El ser concreto al que Aristóteles llama accidentes. Sustancia y accidentes complementan las llamadas categorías del ser. La sustancia se diferencia de los accidentes como lo uno de lo múltiple, la esencia de la apariencia y la permanencia del cambio.
- El “ser” como compuesto hilemórfico: toda sustancia es un compuesto de materia (hyle) y forma (morphé). La materia a la que se refiere Aristóteles es indeterminada. Materia y forma solo son separables por el pensamiento. Para el filósofo, la materia expresa el principio de individuación del ser concreto.
La forma es el elemento metafísico; es el principio que determina lo que algo es. Aquella estructura interna que hace que algo sea lo que es y no otra cosa diferente. Es la expresión de la perfección, pues permite que pueda realizar la función o el fin (thelos) que le es propio.
Dos tipos de sustancia: una sustancia primera, concreta, individual, hilemórfica (este “hombre” particular), y una sustancia segunda, universal, relativa exclusivamente a la forma (el “hombre”), se aplica esa noción reconociendo la sustancia primera a partir de la segunda.
- El “ser” en movimiento: la teoría de la potencia y el acto.
Con el fin de comprender la naturaleza misma del cambio y el movimiento, Aristóteles introduce la distinción entre potencia y acto. Separación entre el ser (lo que permanece) y el no ser (lo que cambia).
Los seres físicos no podrían cambiar si antes del cambio no tuvieran la capacidad para cambiar. Esa capacidad (potencia), el movimiento (cambio): el tránsito de la potencia al acto. Si la potencia indica carencia pero posibilidad, el acto indica plenitud. El movimiento es, entonces, un hecho intermedio entre el ser y el no-ser, pero siempre con sentido y finalidad (thelos): el poder ser.
La materia es a la potencia lo que la forma es al acto, principio determinable y determinado respectivamente.
Los cambios sustanciales donde varía la forma del compuesto hilemórfico, y los cambios accidentales donde varían, en todo caso, las “formas” accidentales.
- El “ser” desde sus cuatro causas: Las causas son los posibles sentidos en que se puede preguntar por qué. Causa material (aquello de que algo está hecho), causa formal (aquello que la cosa es y llega a ser, teoría hilemórfica), una causa eficiente (el agente del cambio) y una causa final (el para qué, thelos).
La teoría de que todo cuanto existe tiene una causa le sirve a Aristóteles para postular la existencia de una causa incausada y principio de todo movimiento: un acto puro sin potencialidad, es decir, Dios (theos).
Como tiene que ser inmóvil, todo en él ha de ser acto y nada potencia. Es el llamado Primer Motor, de talante especialmente cosmológico.
No obstante, como ser supremo absolutamente suficiente e incausado, el Primer Motor figura en la historia de la filosofía como la primera divinidad razonada para cubrir las exigencias metafísicas de todo sistema que se precie. Se inicia así en la filosofía el primer análisis serio sobre el problema de Dios.
3. La Antropología Aristotélica y el Problema del Alma
El alma sería el principio de la vida, sería la actualidad de un cuerpo vivo. El cuerpo sería, entonces, la materia o potencia del ser vivo. El alma es al cuerpo lo que la función es al órgano. El cuerpo nada es sin el alma, ni tampoco el alma puede ser sin el cuerpo: su unión es sustancial y necesaria.
Aristóteles distingue tres tipos de alma: un alma vegetativa, cuyas funciones son la nutrición, el crecimiento y la reproducción; un alma sensitiva, que comprende la percepción, las apetencias y los deseos; y un alma racional, de la que es específica la capacidad de pensar, entender y decidir.
El alma no es inmortal y carece de sentido la transmigración, siendo ahora el alma forma sustancial del cuerpo.
4. El Problema de la Moralidad: La Ética Aristotélica
La ética aristotélica es aquello que define la esencia misma del individuo.
El bien en Aristóteles es aquello a que tienden todas las cosas, el cumplimiento de aquello que le es propio a cada ser.
¿Cuál ha de ser el fin o bien supremo del hombre? Según nuestro autor, es la felicidad (eudeimonia).
En qué consiste esta felicidad: el hombre será feliz si cumple con las virtudes propias de esa capacidad.
Aristóteles considera que vivir dedicado a la razón es un modo excelente de conducta, cumpliendo con las virtudes dianoéticas.
Sin embargo, el hombre necesita de la interacción moral para vivir en sociedad. Por eso, Aristóteles introduce las llamadas virtudes éticas. La virtud, en este sentido, es un hábito en el que se persevera hasta adquirir un carácter. ¿Cómo se actúa conforme a la recta razón? Mediante el justo medio, un término que equilibre los excesos y los defectos en la conducta.
5. El Problema de la Sociedad y su Fundamento: La Política Aristotélica
En Aristóteles, el hombre es por naturaleza un animal político. La sociedad es un ser natural. Es ésta una concepción organicista de la sociedad, donde se expresan sus partes: la familia, la aldea y la polis (estado). El estado, con sus leyes, derechos y deberes, realiza nuestra propia naturaleza, alcanzando con justicia la felicidad.
Para Aristóteles, la propiedad privada es superior a la propiedad común porque el beneficio productivo y social es mayor. La propiedad permite a los ciudadanos practicar ciertas virtudes, potenciando la sociabilidad.
Lástima que el autor defienda la esclavitud o excluya a las mujeres de los derechos de la ciudadanía al considerarlos inferiores y limitados por naturaleza. Los esclavos deben cumplir con las tareas productoras para que los ciudadanos libres queden libres de toda ocupación y puedan dedicarse a la contemplación.