1. El Saber Filosófico
La experiencia filosófica se adquiere pensando. Filosofar es pensar, pero no de cualquier manera, sino utilizando la razón para argumentar de manera crítica y rigurosa, con el fin de entender la estructura fundamental de la realidad y de la propia razón.
2. Evolución del Término «Ciencia»
La noción moderna de ciencia se elabora en el Renacimiento, cuando se produce la llamada Revolución Científica. Es entonces cuando ciencia y filosofía se diferencian. Y esto ocurre porque determinadas ciencias particulares (sobre todo, algunas de las ciencias empíricas de la naturaleza, como la física y la astronomía) se organizan, determinan sus características específicas y diseñan su método propio. Los dos elementos que diferenciaron el saber científico del filosófico fueron la experiencia, entendida como experimentación, y la aplicación de las matemáticas al estudio de la realidad. Se entiende por experimento un conjunto de actividades convenientemente planificadas con ayuda de fórmulas matemáticas, con las que se pretende descubrir cómo se comportan las cosas.
3. Método de las Ciencias Formales
Las ciencias formales no se refieren a hechos de la experiencia, sino a la forma de los razonamientos. Se rigen por su propia coherencia interna, y a la vez tienen gran aplicación. Los dos tipos de demostración más frecuentes en las ciencias son la deducción y la inducción. La deducción se utiliza tanto en las ciencias formales que la utilizan como procedimiento casi exclusivo. Se entiende por deducción el proceso de razonamiento que permite derivar de una o varias proposiciones dadas, llamadas premisas, otra, que es su consecuencia lógica necesaria y que se llama conclusión. Un ejemplo de sistema deductivo es el ajedrez.
- Axiomas: Son principios fundamentales indemostrables dentro del sistema. Se seleccionan por su evidencia. Por ejemplo, «el todo es mayor que la parte» y «por un punto exterior a una recta sólo se puede dibujar una paralela».
- Reglas de formación y de transformación: Son las que permiten extraer nuevos enunciados válidos para ampliar el sistema. Por ejemplo, las reglas a seguir para sumar.
- Teoremas: Son los enunciados obtenidos deductivamente a partir de axiomas o de otros teoremas ya demostrados. Un ejemplo sería el teorema de Pitágoras.
4. Método Hipotético-Deductivo
- Los enunciados protocolarios expresan fenómenos del mundo susceptibles de ser constatados empíricamente. Son enunciados objetivos y comunicables unívocamente. Por ejemplo: «los bolígrafos suspendidos en el espacio gravitatorio caen».
- Las leyes son enunciados universales que expresan el comportamiento o la relación que mantienen unos fenómenos concretos de una manera regular e invariable. Antes de que un enunciado universal pueda ser considerado como verificado, debe ser contrastado con la experiencia. Si la experiencia lo confirma, pasa a ser ley. Un ejemplo clásico es la ley de la gravedad: «Todas las masas del universo se atraen recíprocamente con una fuerza que es directamente proporcional a su producto e inversamente proporcional al cuadrado de sus distancias».
- Las teorías son enunciados universales de los que pueden deducirse todas las leyes de una ciencia particular. Dan unidad a una ciencia y permiten encontrar nuevas leyes. Un ejemplo es la teoría de la relatividad.
5. Origen Histórico de la Filosofía: Mythos y Logos
La filosofía occidental nace en Grecia, concretamente en Mileto (Asia Menor), en el siglo VI a.C. Su nacimiento se relaciona con un cambio en la manera de explicar los fenómenos cotidianos que se conoce como paso del mito al logos. Mythos y logos son expresiones griegas que pueden traducirse por «palabra». Sin embargo, la palabra entendida como mythos se refiere a narraciones fantásticas que intentan explicar el origen y la regularidad del cosmos recurriendo a fuerzas sobrehumanas, como dioses o poderes cósmicos personificados.
La admiración, la sorpresa, se produce ante un mundo enigmático, que plantea todo tipo de interrogantes.
6. Método Empírico-Racional
El primer nivel de la realidad está constituido por los datos que nos proporcionan los sentidos; según estos datos, la realidad es múltiple y cambiante. Pero a partir de los cambios, el entendimiento concibe algo permanente en la realidad por medio de la intuición y el razonamiento. El segundo nivel de la realidad es el de aquello que son las cosas y lo que hace que sean. Nuestro entendimiento lo expresa mediante conceptos o formas de ser y de decir lo que es, llamadas categorías, entre las cuales tiene primacía la de sustancia, que es el sustrato básico de cada cosa concreta. Es decir, el entendimiento capta que hay algo permanente, algo que no cambia y que actúa como soporte (sustrato, sustancia) de todos los cambios que experimenta algo.