Exploración Filosófica de la Justicia y la Naturaleza Humana

Éticas de la Justicia

La justicia es la virtud moral que consiste en la constante y firme voluntad de dar a cada uno lo que le corresponde.

Tipos de Justicia

Justicia Conmutativa: Rige las relaciones entre personas particulares. Es la virtud que inclina a una persona a ceder a otra lo que le pertenece. Se aplica en contratos y compraventas.

Justicia Distributiva: Consiste en el reparto de las cargas, empleos y beneficios, en razón de las capacidades objetivas y méritos de los gobernados. Su finalidad es la defensa de los derechos de los ciudadanos. Consiste en “distribuir” de acuerdo a las capacidades de cada uno, ya sean bienes o cargas.

Justicia Social: Comprende el conjunto de decisiones, normas y principios relacionados con el tipo de organización de la sociedad o de un colectivo social determinado. Esta clase de justicia obedece a un criterio: lograr aquello que se considera más razonable de acuerdo con una situación dada. Se relacionan con este tipo de justicia la igualdad social y la igualdad de oportunidades, el estado de bienestar, la erradicación de la pobreza, etc.

Teoría de la Justicia de Rawls

Rawls presenta dos principios fundamentales para la noción de justicia social. La idea del contrato social explica que debemos obedecer aquellas normas con las que nos hemos comprometido. El contrato es un recurso teórico para afirmar la igualdad moral de las personas y así construir unos principios de justicia que nos permitan juzgar las instituciones fundamentales de la sociedad. En la teoría del contrato social, se acentúa la idea de autonomía de los individuos. El centro del pensamiento de Rawls gira alrededor del juego del regateo, que se basa en una negociación entre sujetos sobre los principios para valorar sus instituciones y costumbres. Los participantes pueden comportarse de forma egoísta o más habilidosa. Esta situación se denomina “velo de ignorancia” o “posición original”. Estos dos principios son de libertad y de diferencia. Son los más adecuados para garantizar el correcto funcionamiento de las instituciones bajo los valores de libertad y de igualdad. De esta manera, será posible la cooperación social.

Teoría Libertaria de Justicia de Nozick

Nozick ofrece una teoría de los derechos presidida por el principio de justicia en las pertenencias, compuesta por:

  • Principio de Justicia en la Adquisición: Distribución de bienes en términos de justicia e igualdad.
  • Principio de Justicia en las Transferencias: Se adquiere el derecho de la propiedad de los bienes.
  • Principio de Rectificación: Se deben resolver las injusticias en las pertenencias producidas por actuaciones pasadas.

Los derechos individuales sobre los bienes no dejan lugar a ningún otro derecho más general. La igualdad está en el intercambio libre y voluntario entre personas. En la teoría de la justicia, domina una cierta justificación del individualismo: la distribución de los bienes será positiva siempre que haya consentimiento del individuo. El denominado Estado ultramínimo se caracteriza por la existencia del monopolio, no garantiza la justicia distributiva, y considera erróneo el ideal de igualdad con una distribución igualitaria de los recursos materiales escasos y necesarios. Entiende que la igualdad en estos términos implica que no podemos disponer de nuestros derechos sin el consentimiento de los otros.

Concepciones Filosóficas

Origen de la Pregunta por el Ser Humano

Las principales representaciones antropomórficas del arte rupestre ya indican una cierta conciencia de la condición de la vida humana. En la cultura china, se desarrolla una exquisita y profunda sabiduría moral. De las regiones orientales llega a Occidente una visión dualista del ser humano. Con la filosofía griega se inicia un largo proceso de reflexión racional acerca del sentido y significación del ser humano. Desde el enfoque teórico, cabe señalar la extraordinaria intuición acerca de la evolución de las especies ofrecida por Anaximandro. Desde el enfoque práctico, Pitágoras y algunos de los aforismos de Heráclito. Habitualmente, ese inicio de reflexión teórica se sitúa en el siglo V a. C., se denomina “periodo antropológico” y se marca en función de dos consideraciones:

  • El intento de Sócrates por definir de modo objetivo lo humano, y algunas de sus preocupaciones éticas, así como lo bueno o lo justo.
  • La posición subjetivista de los sofistas, en especial la de Protágoras, para quien el hombre es la medida de todas las cosas.

A este respecto, existen básicamente dos interpretaciones:

  • Naturaleza: Algunos autores sostienen que, a pesar de algunas agudas observaciones de los presocráticos referidas a los seres humanos…
  • Asuntos humanos: Otros autores, como Jaeger, hablan bien a las claras acerca de su preocupación por definir las claves del ser y del deber ser humano.

El deseo de autoconocerse es, sin duda, el motor de cualquier especulación o de cualquier intento de explicación antropológica, hasta las actuales teorías biopsicológicas o a las más recientes y actuales teorías genéticas. En definitiva, la preocupación por definir lo humano siempre ha respondido tanto a una actitud meramente teórica y objetiva como a una inquietud eminentemente práctica y subjetiva.

Desarrollo Histórico de la Pregunta por el Hombre

Tradición Oriental: Según esta concepción dualista, el hombre sería un ser trascendente que se caracteriza por contar con un elemento sobrenatural (el alma inmortal) que lo distingue esencialmente del resto de la naturaleza.

Tradición Griega: Los griegos apuntaron la idea de un ser humano que se diferencia del resto de los animales por su conducta racional, es decir, por su logos. Al mismo tiempo, destacan su carácter naturalmente social a través del lenguaje.

Tradición Judeo-Cristiana: El ser humano es una criatura de Dios. Se insiste en el carácter dualista del ser humano.

Tradición Positivista: Se observa al ser humano como un ser más dentro del conjunto de la naturaleza, que se debe explicar desde un punto de vista exclusivamente científico.

En conclusión, la filosofía antigua estuvo centrada en torno al concepto del ser, mientras que la medieval se preocupó por el concepto de Dios. Por su parte, la filosofía moderna hizo hincapié en el concepto del conocimiento, mientras que la contemporánea es el reino de la preocupación antropológica.

El Dualismo Platónico

Para Platón, el ser humano está constituido de cuerpo y alma. Dicha alma es de naturaleza inmaterial y espiritual, y tiene gran semejanza a las cosas divinas; así pues, es inmortal y existe previamente al cuerpo. Para apoyar estas observaciones sobre la existencia del alma unida al cuerpo, Platón parte de la existencia de conocimientos innatos en él; debemos recordar siempre que, para Platón, conocer es siempre recordar.

Mito del Carro Alado

El auriga representa la parte racional, destinada a la dirección de la vida humana, al conocimiento y a lo más divino que se encuentra en nosotros. El caballo bueno representa la parte irascible, aquello que permite al alma la realización de acciones buenas y bellas. El caballo malo y rebelde representa la parte concupiscible, aquello que fomenta en nosotros deseos y pasiones, y que nos impulsa hacia el ámbito de lo sensible. Este mito resume perfectamente la propuesta que recorre la totalidad de la filosofía platónica: realizar en esta vida, y de forma radical, la belleza, la verdad y la bondad.

Mito de la Caverna

Es una alegoría de la situación en la que se encuentra el ser humano respecto al conocimiento. Los prisioneros y su estado inicial simbolizan a los seres humanos y su errado conocimiento de la realidad. Lo que suponen como verdadero es aquello que captan por los sentidos, pero esas imágenes no son más que sombras (apariencias) de la verdadera realidad. Ésta se sitúa fuera de la caverna. La verdadera realidad estaría representada por el mundo de las ideas, imagen de la idea de bien, y captadas por la razón. El prisionero liberado, con intenciones de libertador, simboliza al filósofo.

Mito de Er

El relato narra cómo, diez días después de una batalla, el cuerpo de Er no muestra signos de corrupción y vuelve a la vida para relatar lo acontecido. Su alma había abandonado su cuerpo y, en un bello lugar, se encontraba con dos aberturas en la tierra y dos en el cielo. Tres jueces pronunciaban las sentencias correspondientes a cada alma. Se elegían nuevas vidas: desde la de tiranos poderosos a la de animales o a la de gente común. La cuestión problemática era qué vida elegir. En el relato, se simboliza la idea de que la muerte es un tiempo de justicia. Además, representa una nueva oportunidad para poder elegir una vida virtuosa. Finalmente, se apunta que el destino futuro de las almas depende de su libre elección.

El Finalismo y la Sociabilidad Aristotélica

Para Aristóteles, el ser humano es una sustancia natural compuesta de materia (cuerpo) y de forma (alma). El alma es la forma sustancial del cuerpo; el ser humano surge de la unión de ambos principios. El alma es una sola en cada ser viviente y, por supuesto, en el ser humano, informa todas y cada una de las partes del cuerpo. Las enfermedades (pathos) son también cosa del alma y de la filosofía (este aspecto lo desarrollarán las escuelas morales postaristotélicas, epicúreos y estoicos).

El origen del alma humana no está claro en Aristóteles. En algunos textos, parece deducirse que el alma se produce por generación, como en los animales; y en otros, como en el Tratado sobre el alma, afirma que la inteligencia humana no surge por generación. Igual sucede con la inmortalidad: los textos son contradictorios. En la Metafísica, parece hablar de una inmortalidad de la inteligencia, mientras que en la Ética a Nicómaco la niega. En todo caso, a Aristóteles le interesa, sobre todo, explicar racionalmente la naturaleza humana sin entrar de lleno en esas otras cuestiones.

San Agustín

El cuerpo y el alma, siendo el hombre propiamente su alma, entendida cristianamente como imagen de Dios. Al estar estrechamente unida al cuerpo, el hombre (como alma) se halla en una condición oscilante y ambigua entre la luz (Dios, el bien) y la oscuridad (el mal, el pecado). El mal no es ser, no es creación, sino defecto o ausencia de ser y de bien: todo lo creado es bueno por su origen, pero malo y defectuoso por naturaleza.

Santo Tomás

Al afirmar la unión sustancial de cuerpo y alma, Santo Tomás inicia la moderna psicofisiología: la interacción entre el alma y el cuerpo en sus estados de ánimo, enfermedades psicosomáticas, etc. Además, explica la íntima correlación entre cuerpo y alma, sin los problemas que se plantearán en la antropología moderna cartesiana sobre la incomunicación entre el cuerpo y la mente (o alma). Con su teoría de la unidad de formas y de la unidad sustancial en el compuesto humano, da vía libre a la teoría de la evolución moderna.

En cuanto al origen del alma, Santo Tomás defiende la tesis creacionista: el alma es creada de la nada por Dios. Según la interpretación de Sertillanges en su obra Las grandes tesis de la filosofía tomista, la virtud formativa latente en el semen, en el óvulo y en el embrión inicial es virtualmente un alma humana; se llega a ella por etapas, de tal forma que en la evolución embrionaria se encuentran y se recorren todos los reinos: el embrión es primeramente vegetal, después tiene un alma superior (sensitiva) y, por último, un alma más elevada, la intelectiva o racional. Santo Tomás afirma la inmortalidad del alma debido a su simplicidad (como ya había sostenido Platón en el diálogo Fedón) y también por su espiritualidad, al realizar funciones que no dependen de la materia, como el pensamiento. Ante el problema que representa la individualidad del alma una vez que se ha corrompido el cuerpo, Santo Tomás responde que el alma se sigue manteniendo en su unidad, y esta persistencia de la individualidad en el alma separada deja abierta la posibilidad de la resurrección corporal: cada alma puede recobrar la materia en las dimensiones determinadas que le eran propias y reconstruir su propio cuerpo. Aunque esto último es una tesis que sólo se conoce por la fe y no por la razón. También es propio del alma humana la voluntad y la libertad (o libre albedrío), gracias al cual el ser humano puede realizar actos moralmente correctos.

Descartes

Según Descartes, el ser humano expresa claramente sus conocimientos mediante la actividad del pensamiento; por tanto, puede establecer como primera verdad evidente que, en tanto que piensa, existe. Luego, el fundamento de todo conocimiento es la proposición: pienso, luego existo. La esencia del ser humano es el pensamiento; el ser humano es una sustancia pensante, espiritual. Pero, si procedemos deductivamente, llegaremos a la conclusión de que existen otras dos sustancias: la sustancia infinita (Dios), que existe por sí misma y no puede proceder del sujeto pensante (que es finito), y la sustancia material o cuerpo. Tenemos, así, tres sustancias; pero, como la sustancia Dios hace de mediadora entre las otras dos, la realidad, en el sujeto que conoce, queda configurada por el pensamiento-alma y por la extensión-cuerpo como sustancias irreductibles que, incluso, pueden darse por separado, ya que el pensamiento no necesita del cuerpo para existir, ni éste de aquél.

Hume

Considera al hombre como objeto supremo de la creación, algo que está en el mundo y que, a la vez, trasciende del mundo; algo que es no sólo superior al mundo, sino, en cierto modo, radicalmente distinto a él. Como en la concepción antigua del hombre, se concibe a éste como dios inmanente, como conciencia del universo. En la cristiana, la exaltación del hombre queda atenuada y detenida tan pronto como a su superioridad en el orden mundano se superpone su interioridad absoluta en el orden divino.

Kant

El ser humano es un ser sensible y racional.

Aspecto sensible: instintos, pasiones, tendencias e inclinaciones no definen al ser humano en lo que es como ser moral. Estas determinaciones sensibles son empíricas, singulares, peculiares de cada individuo.

El ser humano es libertad, se propone fines universales y puede regir su vida según leyes (morales) que su razón práctica se da a sí misma. Kant propone un test: la persona debe preguntarse a sí misma si reúne los siguientes rasgos:

  • Estar dotada de universalidad: será ley moral aquella que yo creo que todas las personas deberían cumplir, de forma que no hago conmigo una excepción.
  • Referirse a seres que son fines en sí mismos: será ley moral la que proteja a seres que tienen un valor absoluto.
  • Valer como norma para una legislación universal en un reino de los fines: para comprobar si una máxima es ley moral, es preciso comprobar si sería una ley vigente en un reino en que todos los seres racionales se trataran entre sí como fines y no como medios.

Si los seres humanos somos capaces de darnos a nosotros mismos este tipo de leyes, que nos permite ser capaces de ponernos en el lugar de cualquier otro, entonces es que somos autónomos y no heterónomos.

El Ser Humano como “Problema”. La Filosofía Contemporánea

El desarrollo biotecnológico ha provocado que el problema del ser humano se vuelva cada vez más urgente y de inmediata solución. Podemos apreciar cuatro perspectivas para enfrentarnos con la cuestión de la naturaleza humana. Revisemos antes las claves generales.

A. Claves de la Concepción del Ser Humano

Existencia de dos factores que están relacionados con elementos externos al hombre, pero no influyen de forma determinante en la percepción interna de éste. El primero se refiere a los procesos derivados del proceso científico. El segundo apunta a las consecuencias de las condiciones socioeconómicas y culturales de las últimas décadas. El ser humano se ve a sí mismo como un ser más integrado dentro de la naturaleza. Esto obedece a que posee un determinado y establecido código genético que lo empareja entre sí y lo distingue del resto de los seres humanos y de los seres vivos. Al mismo tiempo, nunca fue más plástico y más flexible. Este proceso ha representado un gran avance intelectual y ético que ha costado siglos de lucha teórica y social. En conclusión, el concepto de lo humano se ha delimitado desde el punto de vista natural, pero se ha ampliado desde el punto de vista social. Ante esta situación, el ser humano individual se muestra como un ser confuso y confundido.

B. Las Distintas Respuestas Contemporáneas

Darwin, Marx y Nietzsche significan una segunda revolución intelectual respecto a la concepción del ser humano a partir del siglo XIX. Ellos enmarcarán, por tanto, el triple enfoque para analizar al ser humano durante el siglo XX. La riqueza del pensamiento nietzscheano dará pie a la perspectiva básica del punto de vista de Freud y, a la vez, abrirá puertas a la nueva metafísica antropológica, ya sea vitalista, existencialista o historicista.

Desde la Perspectiva Biológica

Charles Darwin y Alfred Russel Wallace formularon su teoría de la evolución de las especies. Según esta teoría, todas las especies (animales o vegetales) habían evolucionado a partir de otras anteriores, siguiendo procesos de selección natural. Según este proceso, sobrevivirían los individuos de una determinada especie. Desde este punto de vista, se rompen dos principios básicos. En primer lugar, la especie humana no ha aparecido en la Tierra espontáneamente o por mediación de una divinidad, sino que es fruto de la evolución de especies animales anteriores. En segundo lugar, no cabe, pues, la creencia en la separación radical entre los seres humanos y el resto de los seres animales. La teoría evolucionista de Darwin fue mejorada principalmente por dos desarrollos posteriores:

  • Por la explicación genética de la causa de los cambios aleatorios que se producían en los individuos de una determinada especie.
  • Por la indicación de Alfred Russel Wallace, según la cual los cambios culturales ejercen una mayor influencia que los factores físicos en ese proceso de selección natural.
Desde la Perspectiva Sociológica

Marx parte de la indefensión natural del hombre. De ahí surge la necesidad humana de vivir en sociedad, pues, al igual que Aristóteles, defiende el carácter naturalmente social del hombre. Marx atribuye esa sociabilidad no a la razón dialógica y ética, sino a la necesidad común para transformar la naturaleza. Dado que el trabajo social y la sociabilidad nacen por la necesidad humana para transformar la naturaleza a través del trabajo, éste se convierte en el factor constitutivo de la sociedad y de la naturaleza humana. En consecuencia, la forma de organización de los modos de trabajo y de las relaciones laborales determina la forma de organización social. Existen leyes que explicarían la evolución histórica de las sociedades. La alienación es un proceso por el cual un individuo o una colectividad transforman su modo de ser propio y característico por otro que le es ajeno, extraño e incluso contrario al que se podría esperar. La desigualdad económica se deriva de la creciente privatización de los medios de producción, frente a la creciente socialización de las fuerzas productivas. La desigualdad social tiene su expresión en el abismo creciente entre la mayor riqueza de la burguesía y la mayor pobreza del proletariado. Estas contradicciones provocarán cíclicos procesos de crisis. Nuestra conciencia individual es consecuencia de las condiciones materiales de la existencia. A partir de esta consideración, a lo largo del siglo XX se han desarrollado una serie de explicaciones que han hecho excesivo hincapié en los factores sociales. De esta forma, se han desatendido los factores derivados de la naturaleza biológica y psicológica de los seres humanos. A raíz de esta situación, se generó una polémica respecto a la prioridad de unos factores u otros a la hora de explicar la naturaleza y la conducta humana.

Desde la Perspectiva Psicológica

Nietzsche: su punto de partida supone reconocer, en primer lugar, la inexistencia de una realidad objetiva: no existen hechos, sólo interpretaciones. El mundo se entiende, pues, sólo desde una perspectiva antropocéntrica.

  • La filosofía anterior, marcada por el dualismo trascendentalista platónico y cristiano, así como por el sentimiento de culpa nacido con el judaísmo.
  • Tampoco la solución más defendida en su tiempo le resulta completamente satisfactoria: según Nietzsche, los ideólogos marxistas han imaginado un sistema irrealizable.

La otra gran corriente intelectual del siglo XX, el darwinismo, también está presente en la filosofía nietzscheana. Su crítica a la visión dualista a través de la imagen del hombre pegado a la tierra y su propuesta de superación ética de la humanidad, apuntada en la idea de superhombre, son claros exponentes de esa influencia. Esta perspectiva es desde la cual entendemos su afirmación de que “el hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre, una cuerda sobre el abismo”. El superhombre supera las convenciones sociales y las ataduras del sentimiento de culpa: es el sentido de la vida. Freud intentó dar un estatus científico al concepto de lo inconsciente. Su concepción de la mente, dividida en capas (inconsciente, preconsciente y consciente). Además, nuestra vida, nuestros actos y nuestras decisiones están marcados por nuestras pulsaciones sexuales, por nuestros deseos reprimidos o por nuestras experiencias infantiles (inclinaciones y acontecimientos de los que no somos en absoluto conscientes). Sólo a través del análisis de nuestros lapsus, de nuestros sueños o de las técnicas terapéuticas del psicoanálisis podemos llegar a descubrir las claves fundamentales de nuestra conducta y de nuestra personalidad. Freud desarrolló una teoría de la mente humana y, al mismo tiempo, una técnica terapéutica. De esta forma, unió la explicación teórica de la naturaleza mental y de la conducta humana universal con el propósito de encontrar una aplicación práctica individual.

Desde la Perspectiva Antropológico-Metafísica

Desde este punto de vista, se enmarcarán las tendencias historicistas, que anteponen el carácter social o cultural del ser humano a los condicionamientos biológicos o naturales. En esta línea, Ortega y Gasset proclama que “el hombre no tiene naturaleza, lo que tiene es historia”. Desde el existencialismo, se cuestiona el núcleo central del psicoanálisis y se defiende una antropología ética comprometida con uno mismo y con la sociedad. Para Sartre, el ser humano es conciencia y libertad, mientras que la mente es conciencia y sólo conciencia. Esa conciencia es el conocimiento de la existencia: sé que existo, luego pienso. Advierte Sartre: “el hombre está condenado a ser libre, porque la libertad duele, cansa, angustia”.

Dimensión Lingüística y Simbólica del Ser Humano

Introducción: Comunicación y Lenguaje

Basado en dos elementos: significado y significante. Saussure y el estructuralismo impregnan este concepto.

Signos:
Significante: secuencia sonora, no letras, solo fonemas.
Significado: lo que es, aquel aspecto de la realidad. Introducir cortes en la realidad. Cada lengua denomina, no siempre con las mismas palabras, aspectos de la realidad.

Hipótesis: es imposible tener un contacto directo con algo no real. Nada que no haya sido nombrado existe. Hay un filósofo, Cassirer, que entiende que el ser humano vive en un mundo simbólico. La semiótica es la ciencia que estudia los signos lingüísticos. Se divide en tres partes:

  • Sintaxis: Estudia las relaciones que se pueden establecer entre los signos. Determina qué signos están bien y cuáles no.
  • Semántica: Estudia las relaciones entre los signos y lo que éstos designan.
  • Pragmática: Estudia las relaciones que se dan entre los elementos de un lenguaje y los sujetos.

Características del Lenguaje Animal

  • Innato: Las señales que emite surgen directamente de su código genético, están programadas antes del nacimiento.
  • Instintivo: Surge espontáneamente del fondo biológico del animal para la satisfacción inmediata de sus necesidades biológicas.
  • Concreto: Se ciñe al momento presente, sin perspectiva de futuro. Se limita a informar de situaciones concretas.
  • Mímético: Se realiza a través de mimos, gestos y ritos.
  • No Articulado: Los signos no se combinan entre sí formando estructuras significativas.

Características del Lenguaje Humano

  • Aprendido: Es el resultado de un proceso social de aprendizaje en el seno de una comunidad.
  • Convencional: Las palabras no surgen espontáneamente del fondo biológico, son fruto de una convención debida a usos y costumbres.
  • Abstracto: Utiliza símbolos abstractos que le permiten traspasar las fronteras de lo particular y concreto.
  • Verbal: El lenguaje humano es un lenguaje de palabras.
  • Articulado: Los signos se combinan entre sí formando estructuras significativas.

Origen y Desarrollo del Lenguaje y sus Relaciones con el Pensamiento

El lenguaje humano no es innato, sino que se adquiere, sobre una base genética, a través de un proceso social de aprendizaje.

Teorías sobre el Origen del Lenguaje

La preocupación por averiguar el origen del lenguaje es una constante en la historia de la filosofía y de la ciencia. Existen diferentes teorías que pretenden explicar cómo apareció el lenguaje:

  • Teorías Místicas y Religiosas: Atribuyen la aparición del lenguaje a una donación divina.
  • Teorías de la Convención: El lenguaje es producto de una especie de pacto social entre humanos.
  • Teorías del Carácter Social del Lenguaje: El lenguaje es necesariamente un producto de la vida en sociedad.
  • Teorías Evolucionistas: El lenguaje se formó a través de un lento proceso evolutivo que, desde la aparición de una escasa serie de sonidos, culminó en la perfección de las lenguas actuales.

Desarrollo del Lenguaje en el Niño

La opinión dominante de los especialistas es que el lenguaje surge gracias a una combinación de herencia genética y aprendizaje en el núcleo familiar. Se han identificado tres etapas por las que todos pasamos hasta alcanzar un desarrollo suficiente de dicha herramienta de comunicación:

  • Primera etapa (0 a 3 años): Lenguaje emocional. Primera manifestación: el llanto. A partir de la octava semana, el bebé responde a sonidos imitándolos. A los doce meses, se produce un incremento de sonidos; pueden decir “papá”, “mamá” y “tata”. A los tres años, el niño domina ya la mayor parte de la sintaxis de la lengua materna.
  • Segunda etapa (de 4 a 6 años): Dominio de la sintaxis. Con la ayuda de los medios audiovisuales, el niño puede llegar incluso a dominar alrededor de 2500 palabras.
  • Tercera etapa (de 6 a 12 años): Lenguaje lógico-mental. El lenguaje se socializa y el niño es capaz de seguir una conversación, siempre que el contenido esté al alcance de sus capacidades.

Relaciones del Lenguaje con el Pensamiento

Las relaciones entre pensamiento y lenguaje han sido objeto de preocupación filosófica y científica.

  • El lenguaje determina el pensamiento: La hipótesis de que el lenguaje determina rígida y definitivamente el pensamiento no parece probable. Cuando un alumno llega a la escuela con un código lingüístico distinto, inicialmente podrá encontrarse en desventaja; con el tiempo, ya no.
  • El lenguaje depende del pensamiento: El desarrollo de la inteligencia comienza con el acto del nacimiento. El habla aparece posteriormente, cuando el niño ha alcanzado un determinado nivel cognitivo. N. Chomsky intenta descubrir las estructuras universales de todas las lenguas humanas.
  • Pensamiento y lenguaje son distintos, con mutuas interdependencias y correlaciones: Existe un lenguaje precognitivo y una cognición prelingüística que evolucionan sensomotrizmente. El lenguaje y la inteligencia se complementan: la inteligencia aporta imágenes y representaciones, y el lenguaje, modos de interacción y comunicación con los semejantes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *