¿Cómo orientarnos?
Los humanos nos vemos obligados a vivir en este mundo, a buscarnos la vida, tomar decisiones; y cuando no tenemos puntos de referencia todo parece un caos, vamos perdidos y asustados. Nacemos con un código biológico y en una familia y sociedad que nos orientan, pero somos nosotros los que decidimos qué camino escoger. Solo nos queda hacernos preguntas provocadas por el asombro. Para que nuestro mundo deje de ser un caos y se convierta en un cosmos, en un lugar habitable, hay que resolver esas preguntas sobre el sentido de lo que existe y de nuestra propia vida. La metafísica, filosofía de Aristóteles, es la reflexión filosófica sobre estas preguntas en las que nos cuestionamos el ser y la existencia.
¿Qué hace que una pregunta sea filosófica?
- Son radicales, cuestionan las cosas desde su raíz.
- Cuestionan lo evidente y critican las opiniones dominantes en cada momento.
- Buscan razones, han de ser razonables, es decir, han de basarse en razones.
- Son universales, no restringen aspectos concretos de la realidad.
- Son abiertas, nunca pueden contestarse de un modo definitivo.
- Buscan respuestas, que se han de dar en proceso de diálogo.
- Surgen de la necesidad de dar sentido a nuestra existencia.
¿Y si lo que hay no fuese más que materia?
Los filósofos presocráticos se preguntaban si existía algún principio eterno del cual proceden y vuelven todas las cosas (arjé). Tales pensó que ese arjé era el agua; Anaxímenes, el aire; Heráclito, el fuego (monistas); Empédocles, los cuatro elementos (pluralistas); Demócrito creía que eran los átomos (atomistas). Todos ellos consideran que el sustrato último de la realidad tenía que ser material. Además, ese principio no pudo surgir en un momento determinado ni desaparecer. También consideran que los fenómenos naturales están regidos por regularidades y leyes, con una racionalidad, y que no suceden por voluntad de los dioses como explicaban los mitos. Las teorías materialistas explican el origen de las cosas a partir de la materia. El materialismo defiende que la materia constituye la única realidad y que a partir de ella se explica todo lo demás: la vida, las ideas…
¿El ser es? ¿Y la nada?
Todas las cosas tienen en común que son algo. Parménides comenta dos tipos de conocimiento:
- El que nos proporcionan los sentidos, y así llegamos a un conocimiento de los aspectos observables, mudables y aparentes de las cosas.
- Un conocimiento universal, necesario, que va más allá de lo sensible, el conocimiento intelectual. Para Parménides, es el único conocimiento.
El conocimiento verdadero no son las cosas que captamos con los sentidos, ya que estas varían, cambian, nacen y perecen; de ellas no puede haber ciencia. El conocimiento solo puede ser uno, inmóvil, increado e imperecedero. Parménides dice que la nada ni es, ni puede ser pensada. El cambio y la pluralidad son aparentes, no pueden ser objeto del conocimiento. Solo el ser es, lo demás es apariencia.
¿Hay distintos modos de ser?
- Sustancia/Accidente: El ser propiamente dicho se dice de la sustancia, es decir, el individuo total y complejo. De la bondad no puedo decir que exista independientemente, pues siempre aparece como atributo, siempre desde una sustancia, es un accidente. La sustancia existe, mientras que los accidentes son en una sustancia. La sustancia es algo individual y concreto, mientras que el accidente no existe por sí mismo y necesita una sustancia.
- Forma/Materia: Existe la idea del ser humano separada de los individuos concretos según Platón. Sin embargo, Aristóteles niega la existencia del ser humano separada de los individuos, piensa que las sustancias materiales se componen de materia y forma. Las formas no existen fuera de las sustancias.
- Potencia/Acto: Aristóteles distingue entre el ser y el no ser en potencia y el ser y el no ser en acto. Es lo que no es, pero puede llegar a ser. Esta distinción le permite explicar el cambio como paso de la potencia al acto. Aristóteles distingue dos cambios:
- Accidental: cambia los accidentes y permanece la sustancia.
- Sustancial: una sustancia deja de ser lo que es y se convierte en otra cosa.
Los dualismos de Descartes
Descartes sigue a Aristóteles en cuanto a la sustancia, por lo que solo se admite:
- Sustancia infinita: Dios, el cual es perfecto (la verdadera para Descartes).
- Sustancia finita: necesita a Dios para vivir. Se clasifica en extensa y pensante.
- Cuerpo: sustancia extensa, máquina que responde a las leyes de la física mecanicista.
- Alma: sustancia pensante, que consta de facultades mentales.
¿Y si todo fuera uno?
Según Parménides, solo existe el ser, el cual es único, inmóvil, increado e imperecedero. Spinoza entiende por sustancia aquello que es en sí y se concibe por sí. Según esto, la única sustancia es Dios, pues la sustancia finita de Descartes necesita a Dios para existir. La concepción que identifica a Dios con la naturaleza, con lo que existe, se denomina panteísmo.
¿Y si todo viniese de una pluralidad de elementos?
Los atomistas griegos piensan que la realidad está formada por partículas invisibles, materiales y extensas: los átomos. Leucipo y Demócrito afirman que son indestructibles y se mueven siempre en el espacio.
¿Qué respuesta hay ante Dios?
- Ateísmo: Niega la existencia de Dios. Para Nietzsche, Dios representa lo inmutable, el sentido de lo que hay, y eso es lo opuesto a la vida, ya que es cambio, pasión. Dios representa la antivida, o sea, nada. La civilización occidental es nihilista, pues se apoya sobre la nada. Hume considera la creencia religiosa como miedo a lo desconocido.
- Agnosticismo: Los límites de nuestra razón nos impiden contestar a la pregunta sobre Dios. No niegan su existencia, sino la posibilidad de que la razón humana conozca su existencia y atributos.
- Deísmo: Acepta mediante la razón la existencia de Dios, pero como ser supremo y creador con el que no se mantiene relación vital.
- Fideísmo: La existencia de Dios se admite por la fe, ya que la razón es incapaz de descubrirla. Ockham dice que la razón y la fe son conocimientos distintos y se basan, respectivamente, en la experiencia sensible y en la revelación de Dios.
¿Hay que temer a la muerte?
El ser humano es el único ser consciente de su muerte y, por ello, nos cuestionamos el sentido de la vida y la muerte. En las culturas hay creencias y ritos funerarios para aliviarnos y disminuir el miedo a la muerte. Estas creencias admiten la existencia después de la vida: las personas no nos abandonan del todo, continúan entre nosotros de cierto modo; y algunos días más que otros, ya que celebramos rituales en los que los recordamos. La muerte como venerada, honrada.
Fijismo
Es la concepción dominante hasta el siglo XIX, según esta, las distintas especies son:
- Fijas e inmutables: esto es, desde su creación, cada individuo y cada especie ha permanecido sin modificaciones.
- Grupos aislados: no derivan unas de otras, son independientes y no están relacionadas.
Sus máximos representantes son:
- Linneo: realizó una clasificación de los seres vivos, dividiéndose en géneros y especies.
- Cuvier: realizó y clasificó un estudio de los distintos fósiles pertenecientes a distintas etapas geológicas.
A partir del siglo XVIII comienza a cuestionarse esta teoría y surge el evolucionismo.
Evolucionismo
Según el cual, los organismos vivos, en el transcurso de las épocas geológicas, han sufrido una serie de transformaciones que han dado origen a seres cada vez más perfectos. Según este, además, las especies comparten orígenes y rasgos comunes.
- Lamarck: En su obra Filosofía Zoológica, afirma que la naturaleza es un todo continuo en el que las especies no son invariables, sino que se transforman unas de otras hacia formas más perfectas. La evolución, según él, se explica por la necesidad que tienen las especies de adaptarse al medio en el que viven; es el medio el que crea variaciones en los individuos. Estos, para adaptarse, desarrollan órganos adecuados, mientras que los no adecuados se atrofian y acaban por desaparecer; esta es su ley del uso y el desuso, según la cual la función crea al órgano y según la cual se van transformando las especies. Una vez adquiridos los caracteres, según él, se trasmitirán hereditariamente; he aquí el punto erróneo de su teoría, la creencia de que los caracteres adquiridos se trasmiten hereditariamente. No obstante, hay que valorar su esfuerzo por demostrar que las especies están relacionadas entre sí y en demostrar la importancia del medio en la evolución.
- C. Darwin: El Origen de las Especies; en este, Darwin expone las tesis principales de su evolucionismo:
- Las especies, según él, tienen un origen común, es decir, están emparentadas y relacionadas entre sí, proceden unas de otras.
- Según él, siguiendo a Malthus, economista, todas las especies tienden a reproducirse hasta saturar el hábitat; en esa situación, escasean los recursos y comienza la lucha por la supervivencia.
- En esta lucha no todos están preparados, solo los más aptos sobreviven y se reproducen; esto se conoce como la teoría de la selección natural; por tanto, la evolución biológica se explica por este proceso.
- Los supervivientes trasmiten las características ventajosas a los descendientes.
- La selección natural no es un proceso consciente, sino que actúa al azar, las variaciones surgen de un modo aleatorio y no hay finalismo ni orden preestablecido.
Mutacionismo
- G. Mendel: Hacia mediados del siglo XIX, realizó experimentos con guisantes, lo cual le permitió establecer la tesis de que la herencia se rige por leyes estadísticas y formuló sus conocidas leyes.
- H. de Vries: Sustituyó el término variación o modificación por el de mutación. Para él, las modificaciones son adquiridas, se deben al ambiente, no influyen en la dotación genética, por tanto, no tienen ningún papel en la evolución. Las mutaciones se producen al azar, influyen en la dotación genética y, por tanto, en la evolución y en el cambio de las especies.
Neodarwinismo
- T. Dobzhansky: Afirma que la evolución se produce gracias a las mutaciones genéticas más la selección natural. Tesis:
- Los organismos experimentan variaciones en sus genes (mutaciones), que se producen al azar y que no persiguen ningún fin.
- Las mutaciones son relativamente frecuentes en todas las especies.
- De estas mutaciones, algunas son ventajosas y otras no; es entonces la naturaleza la que realiza una labor selectiva, quedándose con aquellos cuyos genes son más aptos para adaptarse al medio.
- Las mutaciones ventajosas se mantienen por medio de la herencia, ya que solo los individuos mejor adaptados sobreviven y trasmiten dichas variaciones a sus descendientes.