Explorando a los Filósofos Presocráticos: Orígenes de la Filosofía Occidental

Los Filósofos Presocráticos: Orígenes del Pensamiento Occidental

A los primeros filósofos de la historia se les conoce como filósofos presocráticos. Estos desarrollaron su actividad entre los siglos VI a. C. y IV a. C., y la mayoría de ellos vivió con anterioridad a Sócrates. Los filósofos presocráticos comparten unas preocupaciones comunes relacionadas con la naturaleza (physis) y la cosmología. Su principal problema consistía en buscar un principio fundamental a partir del cual explicar el origen de toda la realidad. En griego, este principio fundamental se conoce con el término arjé. Con Sócrates y los sofistas, la problemática filosófica deja de ser la physis y pasa a ser la convivencia entre los hombres y la forma de conducirse por la vida. Este nuevo rumbo impulsado por Sócrates se describe con la expresión: el paso de la physis a la polis.

Principales Pensadores Presocráticos

Los pensadores presocráticos más importantes son:

  • La escuela milesia (procedente de Mileto): Tales, Anaximandro y Anaxímenes.
  • Los pitagóricos, fundadores de la escuela pitagórica.
  • Heráclito.
  • Parménides y Zenón.
  • Empédocles, Anaxágoras y los atomistas.

La Escuela Milesia

A esta escuela pertenecen los tres primeros filósofos de los que se tiene noticia: Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes. Los tres proponen la existencia de un único principio (arjé) que explica el origen de todo, y se les conoce también como filósofos monistas.

1. Tales de Mileto (585 a. C.)

Considerado uno de los siete sabios de Grecia, por predecir un eclipse que puso fin a la guerra entre los lidios y medos (28 de mayo del 585 a. C.). Considera que el primer principio es el agua, y ello por varias razones:

  • Todo ser vivo necesita agua para vivir.
  • Las semillas de todas las cosas poseen una naturaleza húmeda.
  • En agua se transforman los distintos estados (sólido, gaseoso) o se convierten otras cosas: niebla, lluvia, fuentes subterráneas, etc.
  • Viaje a Egipto.
  • Creencias míticas de origen babilonio.

Como es de esperar, la Tierra flota sobre el agua. Defendió el hilozoísmo, la suposición de que todas las cosas, incluso las inanimadas, tienen, en cierto modo, vida.

2. Anaximandro de Mileto (547 a. C.)

Milesio como Tales, nació entre el año 618 y el 610 a. C., unos veinte años después que Tales, aunque murió casi al mismo tiempo, entre el año 548 y 545 a. C. También reconoció un solo principio material para el origen de las cosas. Afirmó que esa sustancia inicial y generadora era indefinida e infinita, era el apeiron. El apeiron contiene todos los elementos, todos los cuerpos se encuentran mezclados y confundidos en él, es pues la fuente de todo ya que los mundos nacen cuando estos se separan.

Creyó en la existencia de mundos innumerables, no sabemos con certeza si sucesivos o coexistentes.

3. Anaxímenes

Anaxímenes, cuyo nacimiento se sitúa alrededor del año 590 a. C., fue el tercero y último pensador de Mileto. Él volvió a postular como physis una sustancia cualitativamente definida, aunque infinita en el espacio: el aire. En Anaxímenes se evidencia un progreso. La unidad de la materia se afirma de modo más concreto y las transformaciones se describen con más precisión. Los procesos se explican por condensaciones o rarefacciones, asociados con el calor y el frío.

Los Pitagóricos

Los pitagóricos constituyeron, además de una escuela filosófica, una asociación religiosa, política y científica. La figura dominante de esta escuela fue Pitágoras. La doctrina de su escuela merece atención ya que fue el primer intento de describir matemáticamente el mundo. Los pitagóricos sostenían que los números eran la esencia de todas las cosas. El número es el elemento primordial, el principio a partir del cual todas las cosas llegan a ser. En palabras de Aristóteles: «Aquellos que se llamaron pitagóricos fueron los primeros en tener un interés en las matemáticas, las cuales son perfectas. Puesto que ellos fueron sobresalientes en esta ciencia, creyeron que sus principios eran los principios de todas las cosas… Ellos creyeron mucho más en los números que en el fuego, la tierra y el agua».

Además de ser la esencia de las cosas, los números poseían, para los pitagóricos, una realidad concreta. Ellos eran identificados con el espacio y estaban relacionados con figuras específicas: el número uno es un punto, el dos una línea, el tres un plano y el cuatro un volumen.

A partir de la básica oposición entre el número que, dividido por dos deja un residuo y el número que no deja residuo alguno, los pitagóricos estructuraron una tabla o serie de oposiciones. La unión de estos opuestos, era para los pitagóricos, la armonía. De esta manera los pitagóricos abandonaron el esquema milesio de una sustancia originaria y ofrecen el primer ejemplo de una teoría dualista explícita.

Heráclito

Tenía fe en lo que captaba por los sentidos. De hecho, para él lo característico del mundo es que todo cambia, que no hay nada eterno. Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río porque la segunda vez que lo hace, tanto él como el río ya no son los mismos. Así pues, para Heráclito, “todo fluye”. Precisamente, el mundo es comprensible porque existe un continuo cambio, un continuo juego entre contrastes. Si los hombres viviéramos siempre sanos no podríamos entender lo que es la salud; sólo al experimentar la enfermedad es cuando podemos apreciar ese concepto.

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