¿Qué es la Verdad? Definiciones Fundamentales
¿Qué es la verdad? La verdad es la coincidencia entre una afirmación y los hechos.
La Verdad como Adecuación
La verdad es la adecuación del entendimiento con la cosa. Adecuación quiere decir conformidad entre dos términos.
- No es que la mente se dibuje una especie de copia o fotografía de la cosa, de tal modo que si esa copia representa fielmente a la cosa, entonces decimos que es verdadera. La cosa se hace realmente presente ante la inteligencia.
- Esto no tiene que entenderse en un sentido material o físico, como si la inteligencia fuera un recipiente en el que se introduce la cosa. La mente sale al encuentro del objeto y se hace una misma cosa con él. Y por eso decimos que la mente es todas las cosas.
La Verdad Lógica
La verdad está totalmente en nuestra mente. Si lo que la mente capta de las cosas se corresponde con lo que las cosas realmente son, entonces hay en ella un conocimiento verdadero.
Contener la verdad o la falsedad del conocimiento es lo propio del juicio. Juzgar es afirmar que una cosa es esto o aquello; el juicio es verdadero si lo afirmado se corresponde con la realidad y es falso en caso contrario. Esta verdad de los juicios es la verdad lógica, es decir, la verdad del logos, de la mente.
La Verdad Ontológica
Se refiere al ser de las cosas independientemente de que las conozcamos o no. Éstas son como son, y es mi mente la que se adecúa a su realidad. Por eso se afirma que la realidad es el fundamento de la verdad; la verdad ontológica es el fundamento de la verdad lógica.
Otras Teorías sobre la Verdad
Existen otras teorías sobre la verdad, como la teoría pragmática de William James, según la cual es verdadero lo que funciona con éxito, lo que tiene consecuencias prácticas positivas. También hay una teoría consensual de la verdad: es aquello que todos están de acuerdo en aceptar como verdadero. Sin embargo, tanto las consecuencias prácticas como el consenso son criterios derivados de que algo es verdadero.
Estados de la Mente ante la Verdad
Lo verdadero o falso se predica de lo que se afirma o se niega de las cosas, nuestro juicio acerca de ellas. Clasificaremos los estados de la mente respecto a la verdad atendiendo al grado de asentimiento a lo dicho en el juicio:
- La certeza: Es el estado de la mente en que se asiente con la máxima fuerza a una proposición verdadera. Su fundamento es la evidencia del objeto sobre el que se juzga.
- La duda: Es el estado en el que la mente vacila entre afirmar una cosa u otra, sin llegar a inclinarse por ninguna de las dos.
- La opinión: Es el estado propio de quien juzga sin que su mente se adhiera totalmente a lo juzgado, sin descartar que lo contrario de lo que juzga pueda ser verdad. Lo que mueve a la inteligencia a asentir al juicio es la voluntad.
- La fe: Implica un asentimiento firme y seguro a lo juzgado, pero no es el objeto el que mueve a la inteligencia a asentir, sino la voluntad, movida a su vez por la autoridad de otra persona. Cuando hablamos de fe no nos referimos solo a la fe religiosa; de hecho, aceptamos infinidad de asuntos de los que estamos seguros por el testimonio o la autoridad de otros.
- La ignorancia: Es la falta de conocimiento acerca de algo. Constituye un mal cuando lo que falta es un conocimiento que se debería tener.
- El error: Consiste en afirmar lo falso como verdadero.
El error implica la ignorancia, pero se puede ser ignorante sin llegar a errar.
Los Criterios de Certeza
La certeza no es lo mismo que la verdad; se trata de un estado del sujeto en el que siente con fuerza que se encuentra en la verdad. Ahora bien, en ocasiones, hemos podido hacer afirmaciones que luego se han mostrado falsas.
En esos casos no teníamos verdadera certeza porque lo que nos movía a dar nuestro asentimiento era nuestra voluntad y no un fundamento objetivo. Esa seguridad que sentíamos era una mera certeza subjetiva. La certeza en sentido propio solo tiene un fundamento: la evidencia.
También el conocimiento sensible nos proporciona evidencia de verdades de hecho, como el propio existir o la existencia de las cosas que nos rodean.
Panorama Histórico de las Teorías del Conocimiento
Desde la antigüedad había predominado una visión realista del conocimiento, según la cual el ser humano es capaz de conocer la realidad.
La llamada revolución científica cambió el paradigma que había dominado desde Aristóteles. La ciencia moderna surgió y se desarrolló enormemente gracias a un nuevo método en el que se complementaban dos aspectos: la experimentación y la matematización, que traduce las relaciones entre las magnitudes que intervienen en los hechos observados a expresiones y fórmulas matemáticas y que es, por tanto, una obra de la razón.
El Empirismo
Lo representan autores como John Locke, George Berkeley y David Hume, que recibieron la influencia de las ciencias experimentales y de la física newtoniana.
Esta corriente mantiene que la experiencia es la única fuente de conocimiento. Niegan la existencia de las ideas innatas. Las ideas son como la huella de las impresiones que queda en nuestra mente, una huella que con el tiempo se va difuminando.
Las ideas son únicamente una débil copia de las impresiones sensibles. No es posible un conocimiento de validez universal.
El Racionalismo
Tiene su origen en la obra de René Descartes (1596-1650). Se enfrenta al escepticismo de aquellos pensadores que desconfiaban de la capacidad de la razón humana para conocer la realidad. Él, por el contrario, defiende que la razón puede conocer la verdad, siempre que siga el método adecuado.
La experiencia sensible no posee para el racionalismo un gran valor en sí. Ciertamente, los sentidos nos confunden a menudo, por lo que —dice Descartes— no es prudente fiarnos de ellos.
La razón que, según los racionalistas, posee ideas innatas, puede, en cambio, llegar a conocer la realidad. Basta con que, imitando el rigor y la exactitud del método matemático, vaya deduciendo de esas ideas innatas todo el sistema del saber.
El Idealismo Trascendental
Immanuel Kant propuso una vía intermedia entre el empirismo y el racionalismo, que denominó Idealismo Trascendental. Como el empirismo, afirma que todo nuestro conocimiento se origina en la experiencia. El contenido del conocimiento ha de proceder de las impresiones que recibimos pasivamente del mundo exterior.
Sin embargo, según Kant, sobre ese contenido que procede de la experiencia opera la actividad espontánea del sujeto mediante unos principios que están en él ya antes de recibir las sensaciones. Estos principios organizan y dan sentido a la experiencia (entre ellos, el espacio y el tiempo, y las categorías del entendimiento).
El Positivismo
El positivismo, inaugurado por Auguste Comte (1798-1857), es más que un movimiento filosófico concreto: se trata de una mentalidad que ha dominado la modernidad desde el siglo XIX.
Defiende que solo pueden aceptarse aquellos enunciados que tienen una base empírica y que son resultado de los métodos rigurosos de la ciencia positiva.
Los saberes que pretendan ir más allá de la experiencia sensible son falsos «saberes».
Aunque el positivismo se consideró durante el siglo XIX —y buena parte del siglo XX— como la esencia del saber científico, ha quedado muy desacreditado por las críticas de la filosofía de la ciencia. La debilidad del positivismo para justificar sus propuestas hizo que muchos pensadores adoptaran otras posturas. Destacamos a continuación tres de ellas.
La Escuela Fenomenológica
Edmund Husserl (1859-1938) es el fundador de esta corriente. Afirma que percibimos objetos reales, pues las cosas se manifiestan a la conciencia tal y como son.
Para lograr un conocimiento objetivo de la realidad, es preciso despojarse de todos los prejuicios e interpretaciones meramente subjetivas.
La razón es capaz de descubrir lo que las cosas son esencialmente, «poniendo entre paréntesis» los condicionamientos sociales, culturales, psicológicos… del sujeto. Por eso su lema es ir a las cosas mismas: a partir de la observación atenta, despojados de toda clase de prejuicios, conocer lo que las cosas son en su puro y simple presentarse a la conciencia.
La Hermenéutica
Uno de sus principales representantes es Hans-Georg Gadamer. Considera que las interpretaciones subjetivas y los prejuicios son inevitables, y que es preciso tenerlos en cuenta para saber cómo funciona el conocimiento humano y cómo se elaboran las ciencias naturales y, sobre todo, las ciencias humanas.
La conciencia humana, según este movimiento, nunca está aislada, sino más bien en medio del devenir histórico, el medio social y el universo lingüístico del que forma parte. Por eso, buena parte del sentido que el ser humano encuentra u otorga a lo que observa o le sucede depende de la educación que ha recibido, de los intereses que comparte, etcétera.
El Realismo Metafísico
Según el subjetivismo idealista, no podemos acceder a lo real, sino a las ideas que elaboramos. El empirismo positivista limita el conocimiento a la constatación de hechos observables.
Frente a estas corrientes, la fenomenología y la hermenéutica han ayudado a entender la capacidad humana de conocer la realidad. En esta línea, el realismo afirma que podemos conocer la realidad.
Ciertamente, el acto de conocer no produce un efecto externo al sujeto, sino que queda dentro de este, enriqueciéndolo o perfeccionándolo. Pero eso no significa que sea imposible conocer las cosas que existen fuera de la mente. Conocemos la realidad de acuerdo con nuestras facultades —limitadas e influidos por las circunstancias— históricas, culturales— en que vivimos. Pero, gracias a nuestra capacidad de reflexionar críticamente sobre estas limitaciones y circunstancias, podemos superarlas.