Explorando el Empirismo de Hume: Percepciones, Causalidad y Moral

El Problema del Conocimiento en Hume

David Hume, figura clave del empirismo, centra su método en el análisis psicológico de las vivencias, los contenidos de la mente humana. Para Hume, lo propio del hombre es el sentimiento y la pasión, no la razón.

Los Contenidos de la Mente: Las Percepciones

Las percepciones se dividen en impresiones e ideas. Las impresiones son los datos de la experiencia, la vivencia actual, los actos perceptivos más fuertes, como las impresiones de sensación. Las ideas son reproducciones de las impresiones. Toda idea procede de alguna impresión, no hay ideas innatas, ya que las impresiones proceden de la experiencia. Ambas pueden ser simples o compuestas. Las ideas simples proceden de las impresiones simples, pero las ideas complejas pueden proceder de las impresiones complejas o de la combinación de ideas simples. En última instancia, todas las ideas proceden de las impresiones.

Tipos de Conocimiento: Relaciones de Ideas y Cuestiones de Hecho

El conocimiento puede ser de dos tipos: relaciones de ideas y cuestiones de hecho. Las relaciones de ideas son verdades de razón (lógica y matemáticas), siempre verdaderas. Las cuestiones de hecho no son universalmente verdaderas y se basan en la experiencia, como «mañana sale el sol». Para afirmar estas últimas, nos basamos en la relación causa-efecto.

Crítica de la Causalidad

Llamamos «causa-efecto» a la conexión necesaria entre dos hechos. Esta es una «idea» que buscamos en su «impresión» (experiencia). Observamos:

  1. Dos hechos que se dan casi al mismo tiempo y lugar (contigüidad espacio-temporal).
  2. El hecho que llamamos «causa» es anterior al «efecto» (prioridad de la causa sobre el efecto).
  3. Esta secuencia se repite regularmente (conjunción constante).

En ningún momento observamos la conexión necesaria entre los dos hechos, pero creemos que existe aunque no tengamos experiencia de ella. Por eso, siempre que se da el hecho al que llamamos «causa», esperamos el «efecto».

Objetivamente considerada (lo que realmente observamos): A seguido de B.

Subjetivamente considerada (lo que creemos, lo que nos imaginamos): A causa B.

La esperanza no se basa en la razón, sino en la experiencia que solo muestra lo vivido hasta ahora. ¿Esperar sobre el futuro basándonos en la experiencia? Porque todos los razonamientos basados en la experiencia se fundamentan en una hipótesis indemostrable: la naturaleza se repite.

Nuestra esperanza se basa solamente en la costumbre, en el hábito de observar dos hechos al mismo tiempo y la repetición de esto.

RESUMEN: La «causa» es una asociación entre dos ideas, en nuestra mente, que nos hace esperar, creer, por fe, pero esto no tiene ninguna justificación racional.

El Escepticismo de Hume

El conocimiento se fundamenta solo en la creencia, no es más que un sentimiento. Hume no niega la ciencia, sino que la basa en la costumbre. Así pues, el conocimiento es solo probable y esta probabilidad se basa en la repetición. Esto lleva a la imposibilidad de un conocimiento seguro, al escepticismo. Hume extiende un velo de escepticismo sobre la ciencia, reduciéndola a mera probabilidad.

La Crítica a la Idea de Sustancia

La sustancia es lo que existe por sí mismo. Para Hume, solo tenemos idea de lo que hemos tenido impresión, porque toda idea procede de alguna impresión. ¿Tenemos alguna impresión de la sustancia? No, porque lo que vemos, oímos, tocamos son los accidentes, no la sustancia. Las impresiones nos proporcionan cualidades que atribuimos a la sustancia como soporte, pero no tenemos impresión del soporte.

Así pues, no podemos tener idea de sustancia porque no tenemos impresión de la misma. La idea de sustancia es producto de la imaginación y el hábito, que nos hace creer en la sustancia.

La Crítica a las Tres Sustancias de Descartes

El concepto de causa como conexión necesaria queda anulado, ya que se reduce a la asociación mental de dos ideas que se nos presentaron repetidas veces de forma conjunta en la impresión. Las pruebas para demostrar la existencia de Dios (sustancia infinita) se basan en la causalidad. Estas demostraciones no tienen ningún fundamento puesto que no tenemos impresión de Dios.

Lo mismo ocurre con el mundo externo (sustancia extensa). Lo único que podemos afirmar es que tenemos impresiones, pero no de que exista una realidad externa que sea su causa. La realidad está más allá de las impresiones y de ella no tenemos experiencia. Según Hume, no podemos asegurar la existencia de ningún yo, salvo como manojo de impresiones.

El Fenomenismo de Hume

La realidad queda reducida a percepciones, meros «fenómenos». Así, podemos hablar de escepticismo y fenomenismo en Hume.

El Problema de la Moral

Hume negó que la razón pueda mover la voluntad, por tanto, la razón no puede servir de fundamento moral. Considera que el fundamento de la moral es el sentimiento. Este sentimiento moral es el de dolor y placer. Lo agradable es bueno y lo que hace sufrir es malo. Desde este punto de vista, podríamos decir que Hume es un hedonista, pero no defiende una ética egoísta. Hay que distinguir el placer y el dolor moral de todos los demás. Lo que diferencia al sentimiento moral consiste en ser desinteresado.

El sentimiento de más relevancia moral es el de la simpatía por la felicidad de la humanidad y el disgusto por su miseria. Hume dice que hay una dimensión utilitarista a la hora de explicar la moral. Lo útil en la ética no es lo útil particular, sino que se extiende a los demás, lo útil público, lo útil para la felicidad de todos. Este planteamiento nos presenta al hombre como un ser social, pues considera buenas aquellas actitudes que llevan al bien común.

La virtud social por excelencia es la justicia, que consiste en pretender lo mejor para la organización social a la que pertenecemos y sin cuya cooperación nos sería imposible la existencia.

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