Platón: Vida, Obra y la Teoría de las Ideas
1. Vida y Obra
Descendiente de familia aristocrática, Platón nació en Atenas el año 427 a.C. Su verdadero nombre era Aristocles, pero se le conocía por Platón (debido, quizás, a la anchura de sus espaldas). Se inició en la filosofía de la mano del heracliteo Cratilo, pero el hecho que marcaría definitivamente toda su vida y el estilo de sus escritos (en forma normalmente de diálogos) fue su encuentro, cuando tenía 20 años, con Sócrates. Tras la muerte de su maestro, dejó Atenas para dirigirse a Megara y, luego, hacia el 388 a.C. , al sur de Italia, donde entró en contacto con el pitagórico Arquitas en Tarento, gracias al cual el pitagorismo estará muy presente en la doctrina de Platón. Siempre estuvo en su ánimo dar empuje configurador a la realidad social y política. Platón adquirió unos terrenos en los jardines donde estaba instalado el santuario al héroe Academo, de quien tomaría el nombre la escuela que en ese lugar fundó: «Academia». La Academia de Atenas puede ser considerada como la primera universidad de Europa, pues no sólo se enseñaba filosofía, sino también otras ciencias como astronomía, ciencias físicas, matemáticas, armonía, investigaciones sobre botánica, etc. La Academia perduró hasta el año 529 d.C., cuando el emperador Justiniano mandó clausurarla.
Platón es el único autor de la antigüedad cuyas obras (diálogos en su gran mayoría) nos han llegado prácticamente en su totalidad. Se suelen clasificar del siguiente modo:
Clasificación de sus Obras
- Escritos Socráticos o de juventud: Apología de Sócrates (no en forma de diálogo), Critón, Eutifrón, Laques, Ión, Protágoras, Cármides, Lisis, Trasímaco (en realidad es el primer libro de la República).
- Escritos de transición: Gorgias, Menón, Eutidemo, Cratilo, Menexemo.
- Escritos de madurez: Banquete, Fedón, República, Fedro, Parménides, Teeteto, Político, Filebo, Timeo, Critias, Leyes y Epinomis.
Se le atribuyen también 13 Cartas, de las cuales la VII y la VIII aportan datos estimadísimos para conocer aspectos sobre su vida y de su doctrina.
2. Realidad: El Mundo de las Ideas
La Teoría de las Ideas
En su manera de ver la realidad, Platón distingue dos mundos: el de las ideas, que es el verdaderamente real, y el sensible, que está compuesto por las cosas que nos muestran los sentidos, que son copias de las ideas. Las ideas son, por tanto, la auténtica realidad y sus características son como las del ser de Parménides: son eternas (han existido siempre), inmutables (no cambian) e inmateriales (carecen de componente material). Se podría decir que son los modelos a partir de los cuales el demiurgo construye el mundo sensible, es decir, imitan a las ideas.
Estos dos mundos están compuestos por entidades con características distintas: mientras que las ideas son únicas, eternas, inmutables e inmateriales, las cosas sensibles son múltiples, perecederas, cambiantes y materiales. Teniendo en cuenta estas características, se puede explicar: la infinita variedad de personas que existen en la realidad sensible son personas y las conocemos como tales porque son copias, imitaciones, de la idea de persona, de ser humano, que es única y no cambia. La idea otorga a las cosas su ser, su esencia y la posibilidad de que las conozcamos.
Por otra parte, en el mundo de las ideas existe una jerarquía: en su nivel más bajo, constituido por las ideas matemáticas, pasando por ideas como la belleza y la justicia, este orden culmina en la idea del bien. La idea del bien Platón la compara con el sol, que en el mundo sensible es el que da vida a las cosas materiales. Por tanto, el bien es el principio último de la realidad y el fundamento del conocimiento.
Cosmología Platónica
Al principio, el mundo sensible es un mundo creado, a diferencia del de las ideas, que es eterno. Para explicar su origen, Platón parte de tres elementos:
- El mundo de las ideas: las formas o ideas son, según Platón, el modelo de las cosas del mundo sensible.
- La jora o materia espacio: en principio, esta jora carece de forma alguna, está en un estado caótico hasta que recibe a las ideas como modelo.
- El demiurgo: es un dios arquitecto y artesano que, tomando como modelos las ideas, crea el mundo sensible introduciendo las distintas formas en la jora, creando así los objetos sensibles que son copias imperfectas de las ideas. Tiene un carácter divino, es eterno y funciona como explicación del movimiento y orden del cosmos, un poco como el Nous de Anaxágoras.
Conocimiento: El Recuerdo del Alma
Para explicar cómo funciona el ascenso del alma hacia las ideas, tiene que partir de una concepción del alma, que es la idea de un alma inmortal cuyo origen es el mundo de las ideas.
La idea del alma inmortal es muy antigua. Está presente desde las primeras civilizaciones y en la religión griega estaba presente a través del mito de Orfeo y Eurídice. Esta idea le vino muy bien a Platón para explicar el funcionamiento de nuestro conocimiento. El primer lugar para Platón conocer es recordar. Todo el conocimiento del mundo está ya de alguna manera en nuestra alma y el conocer es sólo una actualización. Platón utiliza la Teoría de la Reminiscencia para explicar por qué tenemos conocimientos a priori.
- El alma es inmortal.
- Habita el mundo de las ideas.
- En determinado momento es obligada a unirse a un cuerpo y cuando el alma se une a un cuerpo olvida lo que había contemplado en el mundo de las ideas, quedándole sólo un vago recuerdo.
Según Platón, el cuerpo es la cárcel del alma y el alma es algo imperfecto hasta tal punto que puede corromper al alma. Esta idea, junto con la de que la casa del alma es el mundo de las ideas, explica la cuestión de por qué queremos conocer. La respuesta es el amor del alma a las ideas mismas, el deseo amoroso que tiene el alma de retornar a su hogar.
Esta idea del alma viene explicada en el diálogo Fedón, donde la expone en el famoso mito del carro alado. En este mito, Platón identifica el alma con un carro tirado por dos caballos y dirigidos por un conductor. Uno de los caballos es bueno, bello y de pelo blanco, mientras que el otro es malo, feo y de pelo negro. El carro viaja por las regiones celestiales hasta que el caballo negro se rebela, desequilibra el carro y cae desde el mundo celestial al mundo sensible, quedando encerrados en un cuerpo. A partir de entonces, el deseo de todo el conjunto es dominar y purificar al caballo negro, para así poder volver a la mansión celestial.
De esta forma divide al alma (aparato psíquico consciente) en tres partes y tres funciones:
- Racional (identificada con el conductor)
- Voluntad (identificada con el caballo blanco)
- Pasiones o apetitos (caballo negro). Una pasión es cualquier afección que padece el alma.
De este planteamiento surge la ética platónica, que va a ser como tener al caballo negro controlado.