Immanuel Kant: El Problema Crítico y la Posibilidad de la Metafísica
Immanuel Kant desarrolló lo que se conoce como el problema crítico, haciéndose varias preguntas que él mismo irá respondiendo. ¿Es posible la metafísica como ciencia, dado que es totalmente a priori, independiente de la experiencia? ¿Qué puedo conocer? ¿Qué debo hacer? ¿Qué me cabe esperar? Y ¿Qué es el hombre? (relacionando las tres preguntas anteriores).
La Estructura del Conocimiento según Kant
Kant establece que la ciencia se realiza emitiendo juicios, los cuales se pueden clasificar de dos maneras: según su extensión y según su validez. Según su extensión, pueden ser analíticos o sintéticos. Según su validez, pueden ser a priori o a posteriori. Los juicios suelen ser analíticos a priori y sintéticos a posteriori, pero la ciencia pura necesita juicios sintéticos a priori (que amplían el conocimiento). Aparece la pregunta: ¿Cómo son posibles los juicios sintéticos a priori? Que deriva en: ¿Cómo son posibles la matemática pura y la física pura?
Antes de abordar esta pregunta, Kant hace un giro copernicano en la teoría del conocimiento: antes el sujeto era totalmente pasivo, recibía los datos únicamente, pero según Kant, el conocimiento se forma de una materia aportada por los objetos conocidos y unas formas (a priori) aportadas por el sujeto.
Estética Trascendental
La estética trascendental analiza la sensibilidad, la primera facultad que interviene en el proceso de conocimiento. La sensibilidad está constituida por sus formas a priori, el espacio y el tiempo, independientes de la experiencia y procedentes del sujeto. Determinan la manera en que recibimos la experiencia. Proporcionan el carácter universal y necesario que caracteriza a cualquier ciencia. En esta descripción encaja la matemática pura, constituida por la geometría y aritmética.
Analítica Trascendental
La analítica trascendental estudia la facultad del entendimiento que complementa a la sensibilidad. La sensibilidad aporta las intuiciones, el entendimiento aporta conceptos. Estos son las doce categorías a través de las cuales se forman los conceptos empíricos de la física.
De este modo, a la realidad en sí misma, la sensibilidad y el entendimiento le aplican sus formas a priori, obteniendo así el fenómeno. El conocimiento del noúmeno (la cosa en sí) está fuera de nuestro alcance.
Dialéctica Trascendental
La dialéctica trascendental analiza la facultad de la razón suprema de pensar y elaborar razonamientos, relacionando juicios, avanzando en busca de principios lo más generales posibles, para explicar una mayor cantidad de fenómenos. Así se alcanzan las formas a priori de la razón, las tres ideas trascendentales: Mundo, Alma y Dios. Al no haber intuición de las ideas trascendentales, no ofrecen ningún conocimiento; son conceptos puros, vacíos, sin contenido. Por ello, la metafísica no es una ciencia, ya que sus conocimientos no tienen contenido, únicamente forma. Pero aunque la metafísica no ofrezca conocimiento, sí tiene un valor y eso impulsa al ser humano en busca de una mayor unificación y coherencia de todos sus pensamientos.
La Ética Kantiana: El Imperativo Categórico
Kant establece que, además del uso teórico, la razón tiene un uso práctico: la moral. Hasta entonces, todas las éticas habían sido materiales: el sujeto recibía unas indicaciones hipotéticas sobre cuál es el Bien y cómo alcanzarlo; además, eran a posteriori, basadas en la experiencia y, por lo tanto, no universales. Kant realiza un giro y desarrolla un sistema ético formal, en el cual no se establece ni un fin a alcanzar ni los medios para ello. Es un sistema autónomo y es a priori, no se basa en la experiencia, por lo que es universal y, además, necesario. Establece que hay que ser absolutamente racional para ser absolutamente bueno y, por tanto, tener buena voluntad.
Existen tres tipos de acciones: contrarias al deber, conformes al deber y por mor del deber. La buena voluntad se halla en la acción por mor del deber. La ley moral no es un mandato específico, sino que se rige por el denominado imperativo categórico, que dice así: «Obra según una máxima tal que quisieras que se tornase en ley universal y tomando a la humanidad siempre como fin y nunca como medio». Las ideas trascendentales de la metafísica pasarán a ser los postulados de la razón práctica que, a pesar de no poder ser demostrados, su existencia es exigida para sustentar la ética. El hombre ha de ser libre para poner en práctica la moralidad, ha de existir un alma inmortal que permita al hombre alcanzar su fin en una vida futura en caso de no conseguirlo en la terrenal y ha de existir un Dios que garantice ambas cosas. Así, se suprime el saber para dejar paso a la fe.
Pensamiento Político de Kant
El pensamiento político de Kant está dominado por las ideas de libertad, igualdad, valoración del individuo, considerado en cuanto a ciudadano creador de la actividad común; el imperativo categórico se extiende a la política. Kant contempla la existencia de un Estado de Naturaleza en el cual los humanos están en una situación de constante inseguridad, amenazados por otros que, según su derecho natural, siguen su voluntad sin tener en cuenta la de los demás. En las familias y pequeñas comunidades hay normas de convivencia, pero se encuentran a merced de la violencia de los ajenos a su grupo. El Estado Civil, instaurado mediante contrato, supone la sumisión a una autoridad común, apareciendo la seguridad y el derecho. Este paso de Estado natural a Estado Civil no es una ruptura, sino una continuidad. El contrato social instaura el derecho público, quedando garantizados los derechos naturales, de los cuales Kant destaca uno: el de libertad, del cual derivan todos los demás. Pero el contrato nunca tuvo lugar, no es un hecho histórico: es una categoría o principio racional que opera como referencia en la construcción del Estado y lo político.