1. Contexto Histórico
La vida de Hume se desarrolla en el siglo XVIII, el llamado siglo de la Ilustración. Inglaterra vive una situación sociopolítica diferente del resto de Europa. Mientras que en el continente prevalece el absolutismo, en Inglaterra ya ha tenido lugar la revolución burguesa, cuyo objetivo era obtener derechos individuales, la intervención del pueblo en la legislación y la abolición de los monopolios del Estado, entre otros.
En 1688 tuvo lugar la Gloriosa Revolución: a partir de entonces la monarquía será parlamentaria y constitucional (los únicos en la época), consagrándose la supremacía del Parlamento y proclamándose en 1689 la «Declaración de Derechos». El triunfo de la revolución supuso el triunfo de las libertades políticas, religiosas y económicas. Inglaterra se convirtió en la primera potencia comercial y capitalista, y su sistema político parlamentario era el modelo a imitar. Por otra parte, los teóricos del liberalismo (Locke) y los científicos ingleses (Newton) fueron los inspiradores de la Ilustración europea.
2. Biografía
David Hume nació en 1711 en Edimburgo (Escocia) y fue el representante británico más característico de la Ilustración, así como de la corriente empirista. Cursó estudios universitarios de Derecho en Edimburgo, pero poco interesado por las leyes, se marchó a Francia para dedicarse a la filosofía. Allí escribió su obra principal Tratado de la naturaleza humana, pero debido al poco éxito que obtuvo, decidió publicar años más tarde, y en un formato más breve Investigación sobre el entendimiento humano e Investigación sobre los principios de la moral.
A pesar del éxito de algunas de sus obras, como Discursos Políticos, no consiguió obtener ninguna cátedra en la Universidad de Edimburgo, quizás debido a su escepticismo, especialmente en religión. Posteriormente trabajó en París como secretario de la embajada inglesa, lo que le permitió relacionarse con filósofos ilustrados, especialmente con Rousseau. Murió en Edimburgo en 1776.
3. Características Generales del Empirismo
Su mayor interés se centra en el problema del conocimiento. El origen del conocimiento es la experiencia, y nuestra mente es como una tabla rasa (una página en blanco: Locke) antes de tener experiencias. El conocimiento humano no es ilimitado. La experiencia limita el conocimiento en su extensión (no puede ir más allá de la experiencia) y en su certeza (sólo podemos estar seguros del conocimiento que obtenemos de la experiencia). Negación de las ideas innatas. Todas nuestras ideas provienen de la experiencia. Adopción del método científico inductivo. El punto de partida son los datos que provienen de la experiencia (frente al método deductivo de los racionalistas). El prototipo de la ciencia es la física, referida al mundo (frente al interés de los racionalistas por las matemáticas). Dificultad o imposibilidad de una metafísica. A diferencia de los racionalistas, los empiristas señalan las dificultades que hay para obtener un conocimiento metafísico válido. Hume negará la posibilidad de conseguirlo. Es imposible conocer la existencia de Dios y de cualquier sustancia, sólo se puede creer en ella (frente a los racionalistas que convierten a Dios en garantía de nuestro conocimiento). De la síntesis de las dos corrientes de pensamiento que abren la Modernidad, racionalismo y empirismo, va a surgir el idealismo trascendental, concebido por uno de los mayores filósofos de la historia: Kant.
4. Teoría del Conocimiento
El racionalismo había afirmado que en nuestro entendimiento había ideas innatas, y que a partir de éstas se podían deducir todos nuestros conocimientos de la realidad. Estas ideas las teníamos sin recurrir a la experiencia. El empirismo se opone al racionalismo, al negar que en nuestro entendimiento existan las ideas innatas. Para el empirismo todos nuestros conocimientos provienen de la experiencia. Con anterioridad a la experiencia, nuestro entendimiento es como una página en blanco donde no hay nada escrito, y es la experiencia la que nos va a proporcionar el conocimiento. Entendemos por experiencia la constatación de un hecho (siendo un hecho todo aquello que pueda ser sentido o medido por un sujeto). Por tanto, la experiencia se da por medio de los sentidos. Como la experiencia es la base del conocimiento, y los sentidos son la base de la experiencia, los sentidos han de ser la base imprescindible del conocimiento.
4.1. Elementos del Conocimiento
Hume considera que las percepciones son los elementos del conocimiento. Lleva a cabo diferentes clasificaciones de las percepciones:
A). Según el Grado de Vivacidad:
- Impresiones: son representaciones que nos aparecen a la conciencia de manera nítida e intensa. Son sensaciones inmediatas de la experiencia: imágenes, pasiones y emociones.
- Ideas: son representaciones que no aparecen de manera tan clara. Son imágenes o copias difusas de las impresiones. Son producto de la imaginación y la memoria, que no consiguen imitar el grado de intensidad de los originales.
B). Según la Procedencia:
- De sensación: procede de los sentidos externos.
- De reflexión: es un estado exclusivamente mental.
C). Según su Composición:
- Simples: reproducen una impresión. No se pueden dividir en impresiones más simples.
- Compuestas: es la agregación de ideas simples. Hay otro tipo de ideas compuestas que no tienen una conexión directa con ninguna impresión. Son fruto de la combinación y unión fantasiosa que lleva a cabo la imaginación de las ideas simples.
Hume defenderá el PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA: TODAS LAS IDEAS DERIVAN DE LAS IMPRESIONES, no pueden tener otro origen. Criticará los conceptos metafísicos: un concepto del cual no es posible encontrar la experiencia que los origina no significa nada, no tiene realidad, es una ilusión.
4.2. Asociación de Ideas
Hume establece que la imaginación crea ideas complejas siguiendo ciertas leyes o regularidades. Determinadas ideas nos conducen a otras de manera natural. Por influencia de Newton, Hume señala que las ideas ejercen entre sí fuerzas de atracción y repulsión. Establece las siguientes leyes de asociación de ideas:
- Semejanza: asociamos ideas entre las cuales hay algún grado de semejanza.
- Contigüidad en el espacio y el tiempo: una idea nos conduce a otra cuando entre ellas hay una relación de proximidad espacial o temporal.
- Relación causa-efecto: frente a fenómenos que se suceden en el tiempo, creamos expectativas de futuro: esperamos que ciertos hechos sigan a otros, tal y como lo han hecho en el pasado.
Según Hume, este tipo de ideas son ilegítimas, ya que no provienen de ninguna impresión, sino que proceden de nuestra imaginación.
4.3. Tipos de Conocimiento
Según Hume, nuestros contenidos mentales se reducen a impresiones o ideas. Con éstos pensamos o razonamos: construimos juicios o afirmaciones, y establecemos relaciones entre nuestras percepciones.
Estos juicios que construimos se pueden clasificar en dos clases:
- Relaciones de ideas:
- Establecen relaciones entre ideas y conceptos. No describen cómo es el mundo ni surgen de la experiencia, sino del razonamiento.
- Son afirmaciones universales y necesarias, válidas en cualquier circunstancia. Son ciertas a priori.
- Constituyen la máxima certeza, pero presentan el inconveniente de que no tienen existencia.
- Cuestiones de hecho:
- Son afirmaciones que establecen relaciones entre hechos que hemos de comprobar por medio de la observación y la experiencia. Nos dan información sobre la realidad empírica.
- Presentan un carácter contingente (los hechos pueden ocurrir de un modo diferente a como han ocurrido). Son ciertos a posteriori.
- Tienen el inconveniente de que sólo proporcionan probabilidad: lo que afirman es así ahora, pero nada asegura que sigan siendo así en el futuro.
5. Crítica a la Meta
FISICA. – En la base del conocimiento encontramos tres conceptos clave: definición, sustancia y causa. A partir de su principio de correspondencia (según el cual todas la ideas derivan de impresiones que proceden de la experiencia), Hume someterá a crítica dichos conceptos. – Las ideas metafísicas no se pueden clasificar ni en relaciones de ideas ni en cuestiones de hecho: no tratan de relaciones entre ideas ni se pueden observar en la experiencia. Por ello Hume señala que la metafísica no es propiamente conocimiento, sino que se basa en opiniones sin consistencia ni fundamento. 5.1. CRITICA A LAS DEFINICIONES GENERALES. – No podemos alcanzar representaciones generales (definiciones) de una idea, ya que no podemos tener experiencia de ello. Tenemos ideas de objetos concretos y particulares. – No tenemos conocimiento de las definiciones generales, pero la mente se acostumbra a asociar una palabra con objetos que comparten semenjanzas. – Las definiciones no son más que una aproximación. Todas las generalizaciones tienen posibilidad de error. – Al afirmar una generalización sobre una idea que realmente no nos es posible conocer, estamos afirmando más de lo que sabemos. 5.2. CRITICA A LA IDEA DE SUSTANCIA. – Hume critica el conocimiento de la idea de sustancia, del sustrato permanente que sirve de base a las diversas cualidades que observamos a partir de la experiencia. – Tenemos impresiones de las cualidades de las cosas, pero no de la esencia de dichas cosas. – La sustancia no es más que un nombre con el que nuestra mente presenta un conjunto de cualidades que aparecen unidas. Es una ilusión, una invención de nuestra imaginación. – Critica la idea de sustancia infinita (Dios): la idea de sustancia infinita y perfecta no procede de ninguna impresión que la legitime, por lo tanto no hay ningún conocimiento sobre Dios. Si bien, Hume reconoce que la religión y la creencia en la existencia de Dios son naturales y necesarias entre los seres humanos. – Critica la idea de sustancia pensante: Hume defiende que la sustancia pensante
no es más que una colección de impresiones. Nadie ve «su yo» cuando mira «hacia dentro», tan solo percibe un flujo de ideas. Bajo nuestras percepciones cambiantes, se supone que el «yo» permanece estable e idéntico, como núcleo de nuestra personalidad. Hume lo cuestionará, la idea del «yo» es como cualquier otra idea de sustancia: una creencia fruto de nuestra imaginación. 5.3. CRITICA A LA IDEA DE CAUSALIDAD. – Sólo tenemos experiencia de la conjunción constante entre dos hechos, no de su conexión necesaria. – La idea de causa no proviene de ninguna impresión de la experiencia. – Aunque estamos acostumbrados a relacionar dos hechos, uno como causa y otro como efecto, no podemos preveer con certeza acontecimientos futuros (es el problema del método inductivo, que solo proporciona probabilidad). – Realmente, no tenemos ninguna impresión de la relación entre causa y efecto, si fuera así, bastaría con el análisis de un solo caso para afirmar una relación causal. – Lo único que vemos es que un hecho tiene lugar después de otro, y que hay una conexión constante entre ambos en el pasado, pero no una conexión necesaria en el futuro (ya que no podemos experimentar «el siempre»). – El hecho de asociar causa y efecto sólo se debe a la costumbre y al hábito de ver juntos ambos acontecimientos. Es la costumbre lo que nos lleva a establecer relaciones causales, que provoca la creencia en una relación necesaria, pero no es un conocimiento universal y necesario. 6. ETICA: EMOTIVISMO MORAL. – Filósofos anteriores, como Sócrates o Platón, basan su ética en sus descubrimientos en el ámbito del conocimiento. Hume, por el contrario, colocará la moralidad fuera de los límites de la razón. – Para Hume, la razón describe y la ética expresa una valoración: la valoración moral sólo expresa lo que uno hecho nos hace sentir. – La aprobación o desaprobación morales no son hecho, sino sentimientos que dependen de si los hechos nos resultan agradables o desagradables, útiles o perniciosos. – La ética de Hume recibe el nombre de emotivismo moral, ya que se basa en la emoción que nos causan determinadas acciones. – Hume critica la costumbre de pasar del «ser» (frases descriptivas) al «deber ser» (frases valorativas): el hecho de que algo sea de una manera no implica que deba ser de esa manera. La razón nos proporciona un conocimiento de lo que sucede, pero no establece si lo que sucede es bueno o malo. – Hume recibe influencias de
del hedonimos: la acción moral no depende de la razón, sino del sentimiento de placer o de la desaparición de un sentimiento de dolor. – Para Hume, la simpatía es propia de la naturaleza humana: la tendencia que los seres humanos tienen a participar y revivir las emociones de los otros. Esta inclinación hace naturales los sentimientos de compasión y solidaridad ante una desgracia ajena. Por ello también rechazamos las injusticias y las crueldades, incluso cuando no nos afectan directamente. – La ética de Hume también se concibe como una ética utilitarista, ya que entiende como bien aquello que proporciona placer y que es útil a la mayoría. – En POLÍTICA también considerará la utilidad como el fundamento de la vida social. Defiende una utilidad conjunta, basada en un interés por el bienestar general.