La Filosofía de Nietzsche
El pensamiento filosófico de Nietzsche, de un marcado carácter poético y personal debido a su forma aforística de escribir, es fundamentalmente una crítica de los valores tradicionales de la cultura occidental y un intento de elaborar una nueva filosofía como alternativa a aquello que critica. En la evolución de su pensamiento se suelen distinguir tres periodos:
- El primero, desde sus años de estudio en Leipzig hasta 1878, se caracteriza por sus primeros trabajos de interpretación y crítica de la cultura y por su devoción schopenhaueriana y wagneriana.
- El segundo se caracteriza por rendir homenaje a la cultura y al espíritu libres, en un sentido parecido al de la ilustración francesa.
- El tercero, llamado periodo de Zaratustra o de la voluntad de poder, en el cual sobresalen sus tesis sobre el nihilismo, la crítica a todos los valores y el eterno retorno.
Son tres periodos distintos, pero que mantienen un sistema y una perfecta unidad. Este sistema resulta más comprensible desde su última fase, donde quedan incluidos los momentos anteriores, desde la época schopenhaueriana y la distinción entre el espíritu apolíneo y el dionisíaco (que permiten fundamentar su crítica a la cultura occidental), hasta los intentos para establecer una nueva tabla de valores.
Crítica a la Cultura Occidental
Apolo y Dionisio
El origen de la cultura occidental se encuentra en el mundo griego, donde inicialmente se manifiestan dos valores complementarios: el valor de la vida, representado en la tragedia griega por el espíritu dionisíaco, que simboliza el vigor, la fuente del placer, la renovación y la destrucción, manifestado en la música y la tragedia; y el valor de la razón, representado por el espíritu apolíneo, que simboliza las formas de la razón y la armonía, manifestado en la escultura y la epopeya. La cultura occidental se fundamenta, para Nietzsche, en la disociación de los dos valores y en el sometimiento del valor de la vida al valor racional. El instrumento de esta disociación es Sócrates, y a partir de él, Grecia se presenta como el mundo de la claridad, donde la razón triunfa sobre los instintos.
Historia de un error
Nietzsche piensa que someter la vida a la razón es un error, es como apagar la vida, porque la racionalidad es aquello derivado de la vida, mientras que la vida no está en función de ningún valor externo a ella misma. La cultura occidental está viciada desde su origen. Su “pecado” ha consistido en instaurar la “racionalidad” a toda costa. Este error dogmático se arrastra desde que Platón inventó el espíritu puro y la idea de bien en sí mismo. Este dogmatismo a ultranza Nietzsche lo interpreta como un síntoma de decadencia, entendida ésta como una oposición a los valores de la vida que afecta en todos los aspectos de la cultura.
La crítica a la cultura occidental
Para eliminar el error de base, es necesario criticar el dogmatismo platónico en todos los ámbitos en que se manifiesta: el moral, el religioso y el filosófico.
Crítica a la Moral
Para Nietzsche, la moral occidental es antinatural, ya que impone leyes o imperativos categóricos, en contra de los instintos primordiales de la vida; su ideal es hacer “el hombre bueno, modesto, diligente y bienintencionado”, lo que lo convierte en esclavo de estas virtudes ficticias; como moral cristiana postula la existencia de otro mundo verdadero, el mundo del más allá, el mundo de la perfección platónica. La consecuencia inmediata de este postulado es el desprecio de este mundo y de la propia vida. Defiende el altruismo como norma suprema de comportamiento, por eso desprecia todos los valores del yo, de la vida; considera que las acciones más elevadas no pueden ser obra de los hombres, sino de un ser más perfecto al que llama Dios: así se sitúa el hombre entre las cosas vulgares y débiles. En consecuencia, todos los valores de la moral tradicional son ficticios y propios de los débiles, por lo que esta moral es inmoral: “el triunfo de un ideal moral se consigue con los mismos medios inmorales que cualquier otro triunfo; es decir, la mentira, la difamación y la injusticia” (La voluntad de poder).
Crítica a la Religión
La crítica a la religión es complementaria de la crítica a la moral: intenta mostrar su antinaturalidad y su decadentismo. Comienza con una crítica a la idiosincrasia de la religión en general, para entrar después en la crítica a la religión cristiana, que es el modelo occidental de religión. Para Nietzsche, la religión nace del miedo que el hombre tiene de sí mismo, es como un mecanismo de defensa que permite atribuir el propio destino a un ser más poderoso, a Dios. Por eso, la religión comporta la alienación del hombre, porque le permite eludir la responsabilidad personal en los actos supremos, degradándolo a una pura “ficción mezquina”. El cristianismo sólo fomenta los valores mezquinos: obediencia, sacrificio, humildad…, oponiéndose a todos los valores específicos de la “virtud”, por lo que hay que considerarlo una moral vulgar.
Crítica a la Filosofía
La cultura occidental es una crítica a este mundo y sus valores, por eso mismo se ha inventado otro de carácter verdadero, perfecto, racional, en definitiva, divino. “El filósofo, que inventa un mundo racional donde la razón y las funciones lógicas son adecuadas: de aquí viene el mundo verdadero. El hombre religioso, que inventa un mundo divino: de aquí viene el mundo desnaturalizado, antinatural. El hombre moral, que inventan un mundo libre: de aquí viene el mundo bueno, perfecto, justo, santo” (La voluntad de poder).