Explorando la Filosofía de Platón: Alma, Conocimiento, Ética y Política

Las Tres Almas según Platón

Platón divide el alma en tres partes: el alma racional, nous o logos, que se sitúa en el cerebro y es de naturaleza divina e inmortal; el alma irascible o thymós, fuente de pasiones nobles y mortal al ser inseparable del cuerpo, situada en el corazón; y el alma concupiscible o ephithymia, fuente de apetitos innobles, también mortal y situada en el abdomen.

Teoría del Conocimiento

Platón niega el conocimiento que proviene de los sentidos. El verdadero conocimiento será el de las ideas que fundamentan la objetividad y universalidad de todo saber. En el Menón plantea el conocimiento como reminiscencia o anamnesis. El conocimiento no es de lo que no se conoce, sino de lo conocido pero olvidado. El alma, que es inmortal, ha vivido en el mundo de las ideas y puede recordar en esta copia en la que vivimos las verdades con las que ha convivido.

Analogía de la Línea

En la analogía de la línea, Platón establece las diferencias entre las formas de conocimiento: la opinión o doxa, que se ocupa de lo sensible, y la ciencia o episteme, que se ocupa de las ideas. La opinión se divide en imaginación o eikasia y creencia o pistis. La ciencia se divide en pensamiento deductivo o dianoia y la intuición intelectual o noesis. Existe también una dialéctica descendente que, a través de la comunicación o koinonia y de la trabazón o symploké entre las ideas, nos garantiza una visión sinóptica del mundo de las ideas.

Ética Platónica

Podemos definir la virtud como purificación. Solo será feliz aquel que participe de la idea del bien. Platón entiende también la virtud como sabiduría, que consiste en el conocimiento de las ideas. Además, la explica como armonía. La justicia, considerada la virtud fundamental, es la armonía entre las tres partes del alma. Cada parte realiza aquello que le es propio: la racional, mediante la prudencia, debe guiar a las otras; la irascible debe ser valerosa; y la concupiscible debe ser atemperada. Quien lo consigue será armonioso y justo.

Política y Sociedad

La ética de Platón se desarrolla en íntima conexión con su concepción política. La justicia individual no puede estar al margen de la justicia colectiva. En La República, explica una utopía política sobre el gobierno perfecto de la polis a partir de las tres partes del alma y sus virtudes, desarrollando una división en estamentos de conocimiento. Para saber el puesto que debe ocupar cada persona en la sociedad, el Estado debe, mediante la educación, realizar funciones selectivas. En esta polis, solo los productores podrán gozar de propiedad privada. No existirá el matrimonio ni la familia. Los hijos se educarán en común. Las mujeres podrán acceder en igualdad de condiciones a cualquier puesto. La felicidad consiste en el desarrollo de las actividades propias de cada uno y la búsqueda de un placer adecuado a su lugar social, siempre dominado por la razón.

Este Estado pasará de la aristocracia a la timocracia, la oligarquía, la democracia, la anarquía y, por último, a la tiranía. Más adelante, si se somete a todos a leyes, es preferible la monarquía, la aristocracia y, por último, la democracia; pero si no hay legalidad, será mejor al revés, porque la democracia es la que menos mal es capaz de generar.

Platón: Educación y Teoría de las Ideas

El primer pensamiento educativo de Platón es heredado de Sócrates: la mayéutica, que consiste en «parir» ideas. Cuando fuimos almas, sabíamos todo, pero al tomar la materia de nuestro cuerpo, lo olvidamos. La mayéutica consiste en recordar lo que ya sabíamos. Posteriormente, Platón funda la Academia e imparte sus conocimientos, estableciendo que la realidad es solo una sombra de la verdad. La verdad está en el cielo de las ideas y sus entes son eternos. Por ejemplo, un triángulo es eterno, perfecto y una idea. La mesa que parece tener forma de triángulo es, en realidad, solo la sombra de esta idea.

Teoría de las Ideas

En la teoría de las ideas, Platón trata de solucionar la dicotomía entre la información proporcionada por los sentidos y la que proviene de la razón. Platón supera el problema al establecer una realidad estable y universal más allá del mundo físico: las ideas, las formas u objetos inteligibles. Se establece así un dualismo cosmológico donde, a partir del mundo sensible en el que vivimos, compuesto de objetos particulares, contingentes y en devenir, existiría un mundo de las ideas, trascendente, cuyos objetos son necesarios, universales e inmutables.

Características de las Ideas:

  • Son objetivas, realidades ideales auténticas y arquetipos ideales de todo lo sensible.
  • Son universales, al contrario que las cosas sensibles que son particulares.
  • Son inmutables, eternas e indivisibles.
  • Se encuentran jerarquizadas, y existe una idea, la del bien, que ocupa el puesto destacado.

Esta teoría plantea una serie de problemas que Platón va a tratar de afrontar en sus diálogos críticos. Otro problema es la relación de los dos mundos, y Platón hablará de participación o methexis, imitación o mimesis, presencia o parousia y comunicación o koinonia. El mundo sensible sería una mera copia realizada por el Demiurgo a partir de una actuación sobre la materia informe y caótica que ha existido desde siempre. El mundo sensible, imagen y sombra de lo real, es una realidad de segunda clase que participa, copia e imita del mundo de las ideas. La idea del bien es el principio fundamental, ya que, al ser la más fundamental de todas, es el fin de todos los fines.

Alma y Cuerpo

El hombre está compuesto de dos realidades: cuerpo y alma. El primero es la cárcel o sepulcro del alma, puramente accidental. El alma es lo que define al hombre, es inmortal. Mediante el amor por lo eterno, podrá purificarse y apartarse del mundo de los sentidos. En lo referente a la inmortalidad del alma y su transmigración, lo tratará de demostrar a través de los argumentos: el conocimiento como reminiscencia del alma de su estancia separada del cuerpo en el mundo de las ideas (luego sucederá con la muerte); solo lo semejante conoce lo semejante; una cosa no puede participar de dos ideas contradictorias; en el proceso cíclico de la realidad, a una cosa le sucede su contrario.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *