Filosofía y Pensamiento
Nuestra inteligencia nos permite darnos cuenta de la realidad, comprenderla e interpretarla, tomar las decisiones adecuadas para poder ponerlas en práctica y actuar en consecuencia.
Así pues, pensar es operar mentalmente con informaciones para conseguir una meta.
La información son los datos o conocimientos que debemos manejar. Las operaciones son las actividades mentales que realizamos con la información: analizar, comparar, relacionar, imaginar. Las reglas son las pautas o normas que deben llevarse a cabo para realizar un razonamiento correcto. El método es el procedimiento o conjunto de reglas necesario para alcanzar un conocimiento o realizar un proyecto. El criterio es lo que permite evaluar la verdad o corrección de algo, y por tanto, conocer si el método es adecuado. La meta es el objetivo que se quiere alcanzar, y requiere de la adecuada realización de todos los elementos anteriores.
El pensamiento es la herramienta que tenemos para resolver el problema de alcanzar una meta. Pensar es una actividad productiva y creadora que nos permite conseguir unos objetivos. Hay pensamientos teóricos, que se proponen conocer las cosas, y prácticos, que se dirigen a hacer cosas.
Funciones del Pensamiento
- Poder exponer nuestras ideas o sentimientos: función expresiva.
- Poder contar cómo son las cosas o los sucesos: función descriptiva.
- Poder indicar las causas de un suceso o lo que se pretenden alcanzar, facilitando así su comprensión: función explicativa.
- Poder dar pruebas, razones o argumentos por las que se dice o se hace algo: función justificativa.
Los enigmas se plantean en forma de problemas, y la manera de plantearlos y concretarlos es mediante preguntas. Para orientar nuestra búsqueda de información, nos hacemos preguntas acerca de la realidad y de nosotros mismos.
El filósofo construye esa realidad a través de textos que manifiestan ideas, sentimientos y pensamientos que requieren de un léxico y terminología específicos. Para ello, al igual que en el pensamiento poético, se recurre al lenguaje metafórico, un lenguaje simbólico en el que algo está en representación de otra cosa y en el que lo que se dice explícitamente sirve para explicar otra cosa. Para comprenderlo, hay que tener la capacidad de imaginar.
La verdadera actitud filosófica se encuentra en el «sapere aude» kantiano, que invita a utilizar la propia capacidad del pensamiento para salir de la “minoría de edad” (la ignorancia).
Racionalidad y Pensamiento
Racionalidad y pensamiento están indisolublemente ligados. Para comprender el mundo y la realidad, necesitamos del pensamiento. Esto nos exige muchas operaciones que realizamos casi simultáneamente: nos requiere percibir lo que es más relevante del problema; el a veces doloroso coraje de no engañarnos sobre cuáles fueron nuestros motivos; el poder reconocer los errores de nuestros impulsos y deseos o de nuestras creencias; razonar sobre las causas de lo que pasó y sus efectos; el ser coherentes con otros asuntos y hechos que damos por sentados en nuestra vida o con creencias de las que no podemos dudar; someter a crítica lo que no podamos dar razón; por último, nos requiere reconsiderar y recapacitar sobre todo lo que experimenta y conoce, y lo va a hacer a partir de la reflexión.
Tipos de Pensamientos
Todas estas operaciones nos llevan a tener que considerar distintos tipos de pensamientos:
- Pensamiento causal: es la capacidad de determinar el origen o causa de un problema.
- Pensamiento alternativo o creativo: es la capacidad de imaginar distintas soluciones a un problema determinado.
- Pensamiento consecuencial: es la capacidad de ver las consecuencias que pueden producir ciertas actitudes y comportamientos.
- Pensamiento de perspectiva o empático: es la capacidad que nos sitúa en la piel del otro, haciendo entender otros puntos de vista.
- Pensamiento de medios-fines: es la capacidad de fijarnos objetivos y de organizar los medios que disponemos para conseguirlos.
- Pensamiento crítico: es la capacidad de dudar y poner bajo sospecha un problema, fundamentándolo y dando razón de su existencia.
- Pensamiento lógico: es la capacidad de poder llegar a una conclusión deducida a partir de premisas.
- Pensamiento simbólico o metafórico: es la capacidad de expresar o describir un problema mediante una imagen que guarda una similitud que es preciso descubrir, término imaginario, con lo que se quiere decir, término real, produciéndose un proceso de identificación entre ambos términos.