Explorando la Metafísica: Origen, Realidad y Corrientes Filosóficas

Origen de la Metafísica

Se atribuye a Andrónico de Rodas, en el siglo I a.C., la acuñación del término «metafísica». La anécdota relata que, al ordenar los libros de Aristóteles, Andrónico encontró obras que no encajaban en las categorías de filosofía natural, lógica o ética. Decidió ubicarlas detrás de los libros de física, agrupándolas bajo el título «los que están detrás de la física» (meta ta physika), refiriéndose a su posición en la biblioteca. Así, el término metafísica pasó a referirse al estudio de la realidad, no desde la perspectiva científica, sino de una forma más amplia y profunda.

La Realidad: Definición y Concepciones

Intuitivamente, la realidad puede definirse como el conjunto de todo lo que existe. Sin embargo, esta definición presenta problemas, como la existencia de conceptos intangibles: el amor, la belleza o incluso seres imaginarios como los unicornios. Aunque estos no existen de la misma manera que los objetos físicos (árboles, caballos), no podemos negar que poseen alguna forma de existencia.

La metafísica busca aclarar estas intuiciones, ofreciendo dos concepciones básicas de la realidad:

  • Sentido restringido: La realidad es todo lo que podemos experimentar, ya sea directamente con los sentidos o mediante instrumentos científicos (átomos, planetas).
  • Sentido amplio: La realidad incluye también entidades subjetivas, espirituales y culturales (emociones, creencias, conceptos inmateriales como la mente, Dios y la justicia).

Mientras que una explicación científica del amor se centra en sus bases bioquímicas, filósofos como Empédocles y Platón lo han considerado desde perspectivas cósmicas y metafísicas, como un principio de unión o un reflejo del amor hacia lo bello absoluto.

El Estudio del Ser: La Metafísica según Aristóteles

La metafísica es un saber más global y ambicioso que la ciencia, ya que también se ocupa de aspectos de la realidad no observables y, por tanto, no abordables científicamente. Aristóteles describe este saber como la ciencia que estudia «lo que es, en tanto que es, y los atributos que le pertenecen».

Según Aristóteles, «lo que es» se puede entender de diferentes maneras, pero todas se refieren a una forma primordial de ser: la substancia o entidad. Para Aristóteles, las substancias son los individuos concretos (Sócrates, una mesa). Además, reconoce las «substancias segundas», como las especies y géneros («hombre», «animal»), que son objeto de la ciencia.

Para Aristóteles, lo verdaderamente real es la substancia primera. Las otras formas de «ser» (cantidad, cualidad, acción) son accidentes que dependen de la substancia.

Caracteres Fundamentales y Orientaciones de la Metafísica

La metafísica se caracteriza por:

  • Aspiración de principialidad: Busca el principio, aquello a partir de lo cual algo es o existe y puede ser conocido.
  • Consideración integradora y totalizadora de lo real: Abarca la naturaleza y la historia.
  • Interrogación por el sentido de «lo que hay»: Se pregunta por el sentido de todo lo que existe.

Orientaciones de la Metafísica

Las teorías metafísicas adoptan diferentes orientaciones al categorizar lo real. Dos enfoques fundamentales son:

  • Monismo: Sostiene que, por encima de las diferencias aparentes, todas las cosas comparten una misma naturaleza o se reducen a un elemento fundamental.
  • Pluralismo: Afirma que existe una diversidad de naturalezas, esencias o sustancias entre las cosas, implicando una heterogeneidad radical.

Dentro del monismo, se distinguen:

  • Materialismo: La materia es el principio primario de la realidad.
  • Espiritualismo: El espíritu o la razón es el principio fundamental.

Metafísicas Espiritualistas

El espiritualismo sostiene que, además de la realidad material, existe una realidad inmaterial o espiritual. Esta realidad no es directamente perceptible por los sentidos, pero da sentido a la realidad externa. Esta postura surge de la introspección personal: experimentamos sentimientos y vivencias que solo nosotros podemos acceder y que no pueden ser completamente comprendidos o comprobados por otros. Esto lleva a la idea de que lo que somos, en esencia, no es solo un cuerpo físico, sino algo más (mente, alma).

El espiritualismo puede implicar la creencia en un principio superior (Dios) que da sentido a la vida y al mundo. En general, el espiritualismo agrupa teorías que sostienen la existencia de una realidad espiritual trascendente, que otorga el verdadero soporte a nuestra existencia y a todo lo que conocemos.

Idealismo Platónico

El idealismo platónico afirma que la realidad material que percibimos es solo una sombra de una realidad superior y más perfecta: el mundo de las Ideas. Según Platón, las Ideas son entidades eternas, inmutables y perfectas que constituyen la verdadera realidad. Este mundo contrasta con el mundo cambiante e imperfecto en el que vivimos.

Las Ideas incluyen conceptos abstractos (Bien, Justicia, Belleza) e ideas matemáticas y físicas (Unidad). Son imperceptibles a los sentidos y solo pueden ser captadas por el entendimiento. Cada cosa particular tiene una «esencia», su Idea correspondiente (la Belleza en sí hace que las cosas bellas sean bellas).

Platón plantea que los gobernantes deben ser filósofos que sigan estas Ideas trascendentes. Las cosas del mundo material «participan» de estas Ideas perfectas. Esta teoría implica una duplicidad del mundo: el mundo visible (cosas particulares) y el mundo inteligible (Ideas). Platón lo ejemplifica en el «mito de la caverna»: las sombras representan el mundo irreal y la luz solar, la verdadera realidad.

Metafísicas Materialistas

¿Qué es el Materialismo?

El materialismo sostiene que la realidad está compuesta fundamentalmente por materia. La materia se entiende como aquello que percibimos con los sentidos (objetos que vemos, tocamos, escuchamos). A un nivel más profundo, la materia se describe compuesta por átomos y partículas subatómicas, no directamente accesibles a los sentidos.

Para un materialista, solo existe lo comprobable y experimentable a través de las ciencias. Se rechaza la existencia de realidades espirituales o inmateriales. Los seres humanos son seres biológicos cuyo cerebro es responsable de todas nuestras ideas, sentimientos y creencias; no poseemos un alma inmortal o un principio espiritual separado del cuerpo.

El materialismo niega la existencia de un ser superior o principio trascendental que explique el universo, dando primacía a la realidad material sobre cualquier otra dimensión espiritual o metafísica.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *