I. En busca de lo real
Sabemos que los sentidos nos engañan, por lo que no siempre resulta fácil distinguir la auténtica realidad de la apariencia. El término metafísica significa “lo que está más allá de la física”. El nombre proviene de la clasificación bibliotecaria de Andrónico de Rodas para ubicar las obras de Aristóteles de esta temática.
Desde los comienzos de la filosofía en Grecia, los pensadores advirtieron sobre la diferencia que existe entre lo que las cosas parecen y lo que realmente son.
Para no dejarnos engañar por las apariencias, los filósofos griegos querían descubrir lo que las cosas realmente son. La auténtica realidad sólo puede ser captada por la razón.
La metafísica a través de la historia
En cada etapa histórica, la metafísica se ha ocupado de un determinado número de cuestiones relacionados con el problema de lo real:
- Metafísica antigua: Presocráticos, Platón y Aristóteles. ¿Qué es la realidad? El problema del cambio.
- Metafísica medieval: Demostrar la existencia de Dios racionalmente y cómo se relacionan razón y fe.
- Metafísica moderna: Vuelta al problema de la realidad, la causalidad o la libertad.
- Metafísica contemporánea: El progreso de las ciencias provoca la crisis de la metafísica.
II. Distintos enfoques de la metafísica
¿Una realidad o muchas?
Los que afirman que la realidad es única se denominan monistas, mientras que los pluralistas afirman que la realidad es múltiple.
Monistas presocráticos
Para estos autores, la realidad es una y la multiplicidad de seres que existen es mera apariencia. En el fondo, todo es una única realidad. Estos autores se preguntaban acerca del arjé, el origen común de todo lo que existe, y para ellos un elemento común constituye la única realidad.
- Tales de Mileto: El arjé es el agua, todo está formado por agua. La multiplicidad de seres en el fondo son derivaciones de este elemento.
- Anaxímenes: El arjé fundamental de lo que todo está hecho es el aire y todo lo que existe son diversas manifestaciones del aire. Así, el aire al expandirse se convierte en fuego y al contraerse en tierra.
- Anaximandro: El arjé único no corresponde con nada que podamos ver y tocar, sino que es indeterminado, el apeiron.
- Pitágoras: Mediante el estudio de la proporcionalidad de la música y las relaciones de las matemáticas y la música, extrapoló esta idea a toda la realidad, la cual puede ser interpretada en proporcionalidad matemática. El número será el elemento único constitutivo de la realidad.
Pluralistas presocráticos
Estos autores sostienen que el arjé no es único, sino múltiple. Lo real está formado por varios elementos.
- Empédocles: Todo está compuesto por cuatro elementos fundamentales: agua, tierra, aire y fuego. Toda la realidad es una combinación de estos elementos.
- Anaxágoras: El arjé son una especie de semillas diminutas que conforman todo lo existente (spermata). Con la combinación de estas semillas se generan los distintos objetos. La «fuerza» que origina la combinación es el Nous (inteligencia del universo).
- Leucipo y Demócrito: Todo está formado por partículas elementales indivisibles a las que denominaron átomos. Pueden moverse y combinarse para formar todo lo existente.
Tales, Demócrito o Marx son materialistas. Para Platón, la realidad material es una mera copia de la auténtica realidad: Mundo de las Ideas, donde residen las esencias puras de todas las cosas.
El problema del cambio: Parménides, Heráclito y Aristóteles
¿La realidad última es estática o cambiante?
Los cambios son aparentes porque la verdadera realidad es eterna e inmutable. Problema: ¿cómo captar esa realidad eterna por medio de unos sentidos que son cambiantes? Todo cuanto existe se modifica con el tiempo. Problema: ¿cómo explicar realidades eternas como las matemáticas?
El pensamiento de Parménides ofrece una rotunda afirmación de la metafísica estática. Establece una distinción entre lo que existe y lo que no. Lo que existe es el Ser y está formado por todo cuanto hay y es permanente, eterno e inmutable. «El Ser es, el No – Ser, no es». Esto quiere decir que no puede pasarse del Ser al No Ser ni viceversa, por lo que se deduce que el cambio no existe, es meramente aparente. Nada aparece ni nada desaparece, nada nace ni muere. El cambio que nuestros sentidos aprecian es apariencia, pero la razón nos recuerda que la única verdad es el Ser.
Su punto de vista es opuesto al de Parménides. Para Heráclito la realidad es devenir, cambio. La realidad puede compararse con el fuego, cuya esencia consiste en estar continuamente en movimiento. Todo lo que existe está en continuo cambio, pero éste no se produce de manera desordenada, sino que está sujeto a la ley cósmica. Esta ley es la lucha de contrarios, una «guerra eterna» que armoniza el universo.
El problema del cambio en Aristóteles
Aristóteles explicará el problema del cambio introduciendo las nociones de potencia y acto. El ser en acto es algo que ya ha alcanzado su desarrollo; sin embargo, el ser en potencia contiene la posibilidad de convertirse en algo. Ej: una bellota es una bellota en acto y un árbol en potencia.
III. Dios
Fue a partir del cristianismo cuando desde occidente se ha tratado el problema de Dios como objeto de reflexión filosófica.
Teísmo y deísmo.
El ateísmo es la postura filosófica que niega la existencia de Dios. Ejemplo es Marx, para quien la religión es el «opio del pueblo». La religión se ha creado para manipular y someter al pueblo. El agnosticismo no cree que sea posible dar una respuesta al problema de la existencia de Dios. Se trata de una posición escéptica defendida por filósofos como Sexto Empírico. Ni se afirma ni se niega la existencia de Dios.
Argumentos ateos
Los argumentos a priori son ilegítimos, porque realizan un salto injustificado desde el ámbito del pensamiento al de la realidad. Hay una diferencia muy grande entre imaginar algo y afirmar que eso que hemos imaginado realmente existe.
También rechazan la validez de los argumentos a posteriori. El argumento cosmológico, por ejemplo, puede criticarse de varias maneras. Para empezar, no está claro que podamos extrapolar al universo entero el planteamiento causal que empleamos en nuestra vida cotidiana. Sabemos que en nuestra experiencia ordinaria todos los efectos tienen una causa, pero quizá esa conexión entre causas y efectos no pueda aplicarse al universo entero.
Buscar un creador para explicar la existencia del mundo no resuelve ningún enigma, sino que crea un problema adicional. Como no sabemos qué es lo que ha causado la existencia del mundo, intentamos aclararlo suponiendo que ha sido creado por un Dios. Pero al hacer esto nos encontramos con nuevos interrogantes que parecen tener difícil respuesta. ¿Qué o quién ha creado entonces a Dios?
IV. El problema del ser
En ocasiones los filósofos distinguen entre la metafísica y la ontología, aunque no siempre resulta fácil diferenciar estos dos términos. La metafísica es una disciplina que estudia el problema de la realidad, mientras que la ontología estudia al «ser».
Para explicar lo que algo es utilizamos el término esencia, que es aquello que hace que sea eso y no otra cosa. Desde la filosofía se ofrecen diferentes visiones acerca de la esencia de los seres. Aquellos que consideran que la esencia tiene prioridad sobre la existencia son esencialistas, mientras que los existencialistas consideran lo contrario.
V. La crisis de la metafísica
La ciencia avanza espectacularmente de forma sólida y firme. En cambio, la metafísica sigue debatiendo los mismos problemas que preocupaban a Platón y a Aristóteles sin encontrar nunca respuestas definitivas. ¿Qué es lo que impide progresar a la metafísica?
Immanuel Kant abordó este difícil problema. Kant se proponía estudiar cuáles son los límites de la razón humana, para poder así señalar hasta dónde podemos conocer. Según Kant, el ser humano no puede conocer nada que esté más allá de la experiencia.
La metafísica se ocupa de temas como la existencia de Dios, la libertad del alma humana o el origen del universo. Pero estas cuestiones están más allá de la experiencia, así que exceden lo que las personas podemos realmente conocer. La metafísica, por lo tanto, no puede nunca llegar a convertirse en una ciencia. Sin embargo, Kant cree que la metafísica es una tendencia inevitable de los seres humanos. Las personas tendemos de forma natural a hacernos grandes preguntas sobre la realidad.
El alemán Friedrich Nietzsche (s.XIX) era un filósofo vitalista. Defendía la importancia de desarrollar una vida plena e intensa. La filosofía ha condenado como pecaminoso todo lo que afirmaba la vida, proponiendo la desconfianza en el cuerpo y el menosprecio de los deseos. Durante siglos los seres humanos han vivido sujetos a los mandamientos de Dios y al rechazo de la vida terrenal. Por eso Nietzsche cree que la metafísica ha contribuido a negar el valor de la vida.
La teoría del lenguaje del Tractatus sostiene que una proposición solo tiene sentido cuando se refiere a un hecho. Las proposiciones que se refieren a hechos son las de la ciencia y pueden verificarse para determinar si son verdaderas o falsas. Así, como las proposiciones de la metafísica no se corresponden con hechos, estas frases no tienen sentido. No es que las grandes teorías filosóficas sean falsas, lo que sucede es que no significan nada. Estas ideas influyeron en el neopositivismo.