Dimensiones y Ejercicios para el Desarrollo Personal
Se proponen tres dimensiones fundamentales para el desarrollo personal, acompañadas de ejercicios prácticos:
- Encarnación: La persona se vincula a su cuerpo.
- Vocación: La persona se orienta hacia la trascendencia.
- Comunión: La persona se une a otras personas.
Ejercicios
- Compromiso: Adhesión a su obra, aceptando su propia encarnación.
- Meditación: Búsqueda de la propia vocación.
- Reunión: Entrega de sí mismo a la vida y a los demás.
La Dimensión Social del Conocimiento
1. Conocimiento Personal y Social
Al hablar de conocimiento personal, nos referimos al que una persona adquiere y asimila de tal modo que luego es capaz de usarlo en diferentes situaciones y con fines muy diversos. Este tipo de saber está integrado tanto por conocimientos ordinarios como por conocimientos científicos básicos.
Características
- Cada época tiene un repertorio común que sirve como base para avances futuros.
- Los progresos son producto del trabajo colectivo y del consenso de la comunidad científica.
- Es difícil desligarse de los valores y conceptos de la sociedad en la que vivimos.
2. Conocimiento e Interés
Todo conocimiento es producto de una relación entre un sujeto que conoce y un objeto que es conocido. Se trata de dos elementos imprescindibles. Sin embargo, siempre se ha valorado positivamente todo lo relativo al objeto, no así lo tocante al sujeto. Para afirmar que un conocimiento es objetivo, casi equivale a decir que es verdadero, mientras que aseverar que es subjetivo pone inmediatamente en cuestión su validez universal. El interés por el conocimiento es claramente un factor subjetivo.
Según la teoría de Habermas, existen tres tipos de intereses y sus correspondientes conocimientos:
- Técnico:
- Acciones que provocan: Explica fenómenos con objeto de dominar y explotar la naturaleza en nuestro beneficio.
- Conocimiento que producen: Conocimiento objetivo producto de la observación. La teoría se valora si resulta aplicable.
- Práctico:
- Acciones que provocan: Comprende las acciones humanas con el fin de facilitar la reflexión. La teoría se desplaza a la comunicación y la convivencia.
- Conocimiento que producen: Conocimiento subjetivo. La teoría se desplaza si resulta aplicable.
- Emancipador:
- Acciones que provocan: Lleva a cabo una crítica de las situaciones de dominación y opresión con la finalidad de promover la transformación social.
- Conocimiento que producen: Conocimiento intersubjetivo fruto del consenso. La teoría se somete a crítica racional para determinar su significado y su valor en la práctica.
3. Conocimiento y Poder
El conocimiento otorga poder:
- El poder político usa el prestigio social de los científicos para dar respaldo a sus decisiones.
- La verdad es una herramienta poderosa para consolidar el poder.
- La acumulación de información permite tomar decisiones más seguras.
El poder ejerce controles sobre el conocimiento:
- En una sociedad democrática, los medios de comunicación tienen el cometido de informar a la población sobre la verdad de los hechos que acontecen, lo cual es una manera sana de control sobre el poder político. Desgraciadamente, en el seno de las sociedades democráticas, vemos que a menudo los medios de comunicación están politizados, de manera que no realizan su cometido de forma independiente.
- La investigación depende de instituciones políticas y económicas, que son las que facilitan los recursos necesarios y, por tanto, las que toman las decisiones relativas a prioridades, objetivos, ritmo, etc.
- Los medios de comunicación están sujetos al control político, especialmente en regímenes no democráticos.
- Parte de la información puede ser clasificada como secreta, restringiendo su acceso público.
La Visión Filosófica del Ser Humano en la Historia
El ser humano ha sido un enigma para sí mismo, razón por la cual la pregunta ¿qué es el ser humano? ha recorrido la historia del pensamiento desde sus inicios hasta la actualidad.
El Ser Humano en la Antigüedad
La filosofía griega marca el inicio de la investigación sobre lo humano. La filosofía platónica es el comienzo de la visión dualista que ha impregnado durante siglos la creencia común sobre la naturaleza humana. Platón quiere llegar a una definición objetiva y universal de la naturaleza humana. Explica cómo el ser humano (bípedo implume) es un ser compuesto por dos realidades antagónicas: el cuerpo y el alma. El cuerpo es una realidad perecedera (fuente de error y de mal moral), mientras que el alma es una realidad inmortal (nos acerca al bien y la verdad), que pertenece a un mundo distinto del mundo físico que captamos por los sentidos, un mundo de ideas. Así, cuando el cuerpo muere, el alma, si ha sido buena y pura, vuelve al mundo al que pertenece, al mundo de las ideas. Su teoría también la sostenía Sócrates, al contrario de los sofistas, que defendían el carácter subjetivo y variable de la naturaleza humana.
Aristóteles investiga mediante sus estudios de física y no comparte el sistema dualista de Platón, pues en la teoría aristotélica, alma y cuerpo no son entidades separables, sino elementos indisolubles en todos los seres vivos, dos manifestaciones distintas de un mismo ser. Aristóteles reconoce otro elemento esencial en la constitución humana: su sociabilidad (zoon politikon), ya que su ser se establece en comunidad con los otros.
El Ser Humano en la Edad Media
La filosofía de la Edad Media se inspira, en parte, en Platón y Aristóteles, ya que, pese a las diferencias, hay elementos comunes en la visión de ambos:
- Sitúan lo humano como un puente entre lo divino y lo animal. El ser humano es un ser intermedio, hecho a imagen y semejanza de Dios, por lo que está compuesto por el soplo divino del alma y la carga del cuerpo material.
- Consideran que el cuerpo está subordinado al alma, o debería estarlo.
- Reconocen que el alma es incorpórea e inmortal (algo que sólo Aristóteles y las filosofías helenísticas negaban).
El Ser Humano en el Renacimiento (Siglos XV-XVI)
El Renacimiento supone una gran revolución cultural con cambios socioeconómicos, científico-técnicos y político-religiosos que provocarán una drástica sacudida en la sociedad medieval. Frente a los códigos morales establecidos por Dios, nace la idea de que las personas deben crear sus propios códigos éticos y poder interpretar libre y personalmente la Biblia, que significa romper la tradición y realzar la soberanía individual sobre los textos sagrados. Este cambio de mentalidad que se produce en esta época se conoce como el paso del teocentrismo (Dios es el centro de todo) al humanismo o antropocentrismo (el centro de la creación es el ser humano). En la mentalidad renacentista se manifiesta una unanimidad en defensa de la dignidad propia del ser humano. Esta dignidad ya no se debe al hecho de poseer un alma racional, sino a su producción intelectual, técnica y artística. El cuerpo humano deja de ser sombra, signo y causa de pecado, ya que se abre una visión optimista, abierta y entusiasta del ser humano, que pasa a ser como un «dios mortal».