El Problema Existencial y la Búsqueda de Soluciones en el Budismo
El problema existencial que agobia al ser humano radica en las limitaciones de la condición humana: nacimiento, enfermedad y muerte. La tradición budista denomina a la búsqueda de una solución a esta dolorosa condición «La Gran Marcha». Esta marcha implica la búsqueda de respuestas a la crisis existencial a través de los tres caminos o vehículos del Budismo.
Los Tres Caminos o Vehículos del Budismo
El Budismo se diversificó en tres corrientes principales: el Budismo Zen, que llegó a Occidente desde Japón, el Budismo tibetano y la trifurcación del Budismo primitivo. Estas corrientes, lejos de contradecirse, se complementan. El Mahayana y el Tantrayana, en sus orígenes, están vinculados doctrinalmente con la primera forma del Budismo, el Theravada.
Budismo Theravada
El Budismo Theravada, también conocido como Budismo Hinayana o «Camino de los Ancianos» o «del Pequeño Vehículo», representa la esencia doctrinal común a todas las formas de Budismo. Adopta una posición «tradicionalista», admitiendo como obras canónicas solo aquellas anteriores al año 400 a.C., recitadas en el Primer Concilio después de la muerte de Buda.
El Theravada no acepta otro modo de salvación o liberación que la toma de refugio en el Buda y no admite el culto a divinidades personales ni a los «santos» (Boddhisattvas), como sí lo hace el Budismo Mahayana, incluyendo el Tantrayana.
«‘Yana’ significa vehículo, gracias al yana, el budista atraviesa el río de las encarnaciones y llega a la ribera del Nirvana».
- Visión: Cortar con el apego al «yo».
- Acción: La toma de los 250 votos de los monjes, consignados en el Vinayapitaka.
- Meditación: Centrada en el análisis de las Cuatro Nobles Verdades.
- Meta: Alcanzar el estado de Arhat. El practicante solitario o Pratyekabuddha busca la liberación (Nirvana) para sí mismo. Quien llega a un alto estado de iluminación, de santidad, es denominado un Arhat.
Budismo Mahayana
El Budismo Mahayana o «del Gran Vehículo», o «de la Gran Motivación», es el nombre que recibe el Budismo septentrional, practicado desde inicios del siglo XX. Acepta, además del Canon Pali o Tripitaka, una vasta literatura (sutras y shastras) no solo escrita en pali, la lengua en que está escrito el Tripitaka.
Es importante el culto o devoción a los Boddhisattvas, e incluso se constata, como en el Budismo de expresión tibetana, la devoción a divinidades – o más bien «símbolos arquetípicos» como soportes de la meditación.
El concepto y término «Boddhisattva» merece una explicación más detallada, pues no es suficiente asimilar este concepto a la idea cristiana de «santo». Para el Budismo, Boddhisattva (bosatsu en japonés), señala a alguien que aspira a la iluminación o estado de budeidad. «Boddhi» puede traducirse por «iluminación», y «sattva» por «ser», «existencia», «ser viviente», particularmente un «ser viviente» dotado de conciencia y emoción. De ahí que «Boddhisattva» se aplica a aquellos seres que aspiran a la budeidad o «iluminación», o que ya la han alcanzado en algún grado.
En el Budismo Mahayana y en el Tántrico existe una compleja enseñanza acerca de los «votos del Boddhisattva».
- Visión: Cortar con la dualidad del apego al «yo» y a los fenómenos externos.
- Acción: Buscar la perfección de las Seis Paramitas.
- Meditación: Centrada en el Amor y la Compasión (Karuna, Metta).
- Meta: Ayudar amorosamente a todos los seres sintientes o conscientes a alcanzar el Nirvana. El practicante (sadhaka) del camino Mahayana sigue el ideal del Boddhisattva, poseedor de la mente Bodhichita, la actitud mental de beneficiar a los demás seres a través de la acción del cuerpo, de la palabra y de la mente.
Budismo Tántrico
o “Tantrayana el “Vehículo del Diamante” (Vajrayana)
Referencia a la necesaria continuidad que debe mantenerse en la práctica
Considerado como una forma específica y muy particularizada del Mahayana.
Hunde sus raíces en el tantrismo indio, relacionado, a su vez, con el culto fálico a Shiva y a la fuerza generatriz del cosmos (shákti), nada tiene que ver con ningún tipo de culto fálico
Visión: Realización de la naturaleza vácua de todos los fenómenos considerándolos, por tanto, como ilusorios.
Acción: Busca mantener una mente pura y un buen vínculo iniciático y de compromiso con el Maestro Tántrico
Meditación: Centrada en la naturaleza de la mente
Su meta: alcanzar la visión directa y personal de la realización de la verdad última o vacuidad, con la finalidad, de ayudar a todos los seres sintientes a alcanzar el Nirvana.
El practicante incorpora la disciplina del practicante del Hinayana al mismo tiempo que una profunda práctica de la mente Bodhichitta de amor y compasión,
Es un proceso continuo, de ahí el nombre de “Tantra” que significa “continuidad”. El Tantrayana no se limita sólo al estudio de la doctrina, sino que pone gran énfasis en la práctica, ya que se trata de la experiencia directa y personal de la realización de la Verdad Última o Vacuidad.
Sutra : texto cuya procedencia se atribuye al mismo Gautama Buda y que ha sido conservado en la memoria oral durante un determinado tiempo.
Un shastra:Es un tratado escrito autor casi siempre conocido, y que en su exposición utiliza como autoridad a los sutras, pretendiendo ser más ordenado o sistemático que el sutra que comenta. Aunque se conservan muchos shastras, la crítica histórica.
El “hecho” budista original, tal como quedó plasmado en el Tripitaka, puede explicarse esquemáticamente a partir de la doctrina de las Cuatro Nobles Verdades (Chattari Ariyasaccani): que en el universo hay sufrimiento (Dukkha), que éste tiene una causa (Samudaya), la cual puede suprimirse (Nirodha) y que hay una manera de conseguir esa supresión, es decir, hay un “Sendero” (Magga), que es la cuarta Noble Verdad que conduce a la cesación de dukkha (Dukkhanirodhagaminipatipada-ariyasacca), también conocido como el “Sendero Medio” (Majjhima Patipada, o Madhyamarga) por evitar los extremos: el de la sola búsqueda del placer y el de las mortificaciones exageradas. A continuación desarrollamos este tema.
La primera noble verdad (Dukkha-ariyasacca):
Todo el universo es “sufrimiento” (dukkha). Utilizarse el simil de Buda como un médico, que, enfrentado al enfermo, se conduce de manera realista:
1ºdiagnosticar el mal,
2º buscar las causas del mal.
3º Recomendar el remedio adecuado a ese mal diagnosticado.
Así, al afirmar que todo el universo es sólo “sufrimiento”, o dolor, Buda no está asumiendo una actitud pesimista frente a la realidad, sino más bien realista, pues la expresión dukkha, del idioma pali no puede traducirse lisa y llanamente como “dolor”, o “sufrimiento”, sino que es necesario matizar y explicar las diversas connotaciones filosóficas del concepto “dukkha” en el contexto canónico.
De esta manera, se puede explicar esta primera noble verdad del budismo diciendo que el universo, el mundo, la realidad, es impermanente, transitorio, insubstancial, contingente, accidental, relativo, condicionado, puede ser y/o no ser, es vano, en una palabra, carece de peso ontológico.
Buda no niega la felicidad – en sus diversos grados o matices- existente en la vida: en efecto, admite diferentes clases de felicidad, haciendo distinciones y clasificaciones muy, por ejemplo, se refiere a la felicidad de los monjes, a la felicidad de los laicos, a la felicidad de la vida de familia, a los placeres de los sentidos, a la renuncia a los placeres de los sentidos, etc., pero, enfatiza que todos esos estados de contentamiento o felicidad son, en última instancia, dukkha; incluso los más puros y elevados estados alcanzados por los ejercicios espirituales y la meditación, son, a final de cuentas, efímeros, impermanentes, esto es, dukkha.
A modo de fundamento de lo anterior, debe señalarse que para el Budismo lo que denominamos individuo, yo, persona, carece también de lo que hemos denominado “peso ontológico”. El “yo”, “persona” o “individuo” está constituído por un agregado y combinación de fuerzas o energías psico-físicas en perpetuo cambio, en continuo fluir, no habiendo, propiamente hablando, un “alma” o “yo substancial”, al contrario de lo que se afirma en las diferentes tradiciones de tronco abrahámico: Judaísmo, Cristianismo, Islam y Fe Baha’i. En efecto, la doctrina budista llamada del no-yo (anatta, anatman) enseña que el ser humano está constituído por cinco “montones” o “agregados” (pañchakkhandha):
1.- la materia o cuerpo físico (rupakkhandha).
2.- las sensaciones (vedanakkhandha) incluída la mente: “manas”.
3.- las percepciones (saññakkhandha), incluída la mente.
4.- las formaciones mentales (samkharakkhandha). Lo que se conoce como karma (kamma) forma parte de esta agrupación.
5.- la conciencia (viññanakkhandha), que no se entiende como una entidad “espiritual”, opuesta a la “materia”.
Como se verá más adelante, lo único permanente y no condicionado es el Nirvana, o estado de “budeidad”, de “naturaleza búdica”.
La doctrina del “no-yo” (anatman) que hemos descrito es quizás uno de los puntos doctrinales que más sorprende y preocupa a quienes se interesan en estudiar, e incluso en asumir el Budismo como estilo de vida. Para entenderlo adecuadamente es preciso tener en cuenta que el Buddha, al igual que todos los grandes místicos de todos los tiempos y de todas las religiones, utilizó un lenguaje fuerte, muy asertivo, y, al mismo tiempo con frecuencia simbólico, elusivo, para que “quien pueda entender, entienda”, es decir, no para cualquiera.
La segunda noble verdad (Dukkhasamudaya-ariyasacca) es la que trata del surgimiento u origen del sufrimiento (dukkha).
Aquí Buda señala la “etiología”, la causa del dolor. Un conocido texto del Vinayapitaka (reglas de disciplina) señala que el origen del dolor está
“En esa ‘sed’ que conduce a la existencia y al devenir reiterados, que está ligada a la codicia personal y halla continuo deleite ora aquí, ora allí, a saber: 1) sed de los placeres de los sentidos; 2) sed de existencia y de devenir; y 3) sed de no existencia.
En definitiva, todos los males de este mundo son causados por el deseo. Si se reflexiona sobre lo que es la realidad de la condición humana, podrá entenderse los alcances de esta segunda verdad del budismo.
“Buscad primero el Reino de Dios y su justicia y todas esas cosas se os darán por añadidura.”
“quien pierda su vida por mí, ése la salvará.”