Explorando los Fundamentos del Pensamiento Racionalista

1. El Racionalismo: Características Fundamentales

El término racionalismo abarca diversos significados. Puede referirse al rechazo de entidades sobrenaturales que no se justifican por las facultades cognoscitivas humanas. También designa la doctrina filosófica que defiende la capacidad de la razón humana para conocer la realidad sin recurrir a otras facultades. En este contexto, nos centramos en el racionalismo gnoseológico y metafísico de filósofos como Descartes, Spinoza y Leibniz, en los siglos XVII y XVIII. Sus características principales son:

  1. Afirmación de una razón universal: El racionalismo sostiene que la razón y su correcta aplicación son universales e invariables.
  2. Confianza en la capacidad cognoscitiva de la razón: La razón humana tiene la capacidad intrínseca de conocer todo lo cognoscible, como afirma Descartes: «Utilizando correctamente la razón, no hay verdad inalcanzable». Se niega la validez del conocimiento sensible.
  3. Innatismo cognoscitivo: El conocimiento de la verdad se alcanza únicamente mediante la razón, que parte de sus propios principios sin influencia externa.
  4. Menosprecio de la experiencia histórica y cultural: El racionalismo tiende a prescindir del valor de la historia y la cultura, considerando las opiniones humanas como cambiantes e inestables.
  5. Ciencia deductiva: La razón, siguiendo el método adecuado, deduce verdades complejas a partir de principios simples. Existe un único método y una única ciencia: la racional.
  6. Influencia del método matemático: El rigor matemático, que manifiesta la verdad con claridad, se toma como modelo para otras ciencias, buscando la misma certeza.
  7. Correspondencia entre pensamiento y realidad: El racionalismo postula que el razonamiento correcto produce ideas que se corresponden con la realidad extramental.
  8. Recurso a Dios: Dios garantiza la correspondencia entre pensamiento y realidad, siendo autor de ambos. Resulta paradójico que la confianza en la razón descanse en Dios, una realidad no considerada como dato primario del conocimiento.

2. La Duda Metódica: Punto de Partida Cartesiano

Descartes, convencido de la capacidad de la razón, parte de la duda como método para encontrar la verdad. Rechaza como falso todo aquello que pueda ser dudoso. La duda cartesiana es metódica, no escéptica, y hiperbólica, no natural, buscando la verdad a través de la duda extrema.

A. Motivos de Duda

Descartes busca criterios para descartar realidades dudosas, aceptando como verdaderas solo las que superen estos criterios:

  1. Los sentidos: Los sentidos nos engañan, por lo que no son fiables.
  2. El mal uso de la razón: Razonamientos aparentemente rigurosos pueden ser erróneos.
  3. La no distinción entre sueño y vigilia: La imposibilidad de distinguir con certeza si estamos soñando o despiertos.
  4. La hipótesis del genio maligno: Para extender la duda a las matemáticas, Descartes introduce la hipótesis de un genio maligno que nos engaña constantemente.

B. La Primera Verdad Indudable

La duda absoluta («Dudo de todo») lleva a la primera verdad indudable: «Pienso, luego existo». El hecho de dudar implica la existencia del sujeto que duda.

3. La Existencia de Dios: Garantía del Conocimiento

El contenido claro y distinto de las ideas innatas es verdadero y se corresponde con la realidad. Sin embargo, la hipótesis del genio maligno introduce la duda. Para validar el criterio de verdad y refutar al genio maligno, Descartes demuestra la existencia de Dios, quien garantiza la correspondencia entre pensamiento y realidad.

Descartes ofrece varias demostraciones de la existencia de Dios, que se resumen en tres:

  1. 1ª demostración: La idea de Dios, infinita, no puede provenir de seres finitos como nosotros o el mundo. Solo un ser infinito, Dios, pudo ponerla en nuestra mente.
  2. 2ª demostración: No nos damos la existencia a nosotros mismos, pues nos habríamos dado todas las perfecciones. Tampoco la recibimos de causas imperfectas. Por lo tanto, debemos ser causados por Dios, el único ser perfecto.
  3. 3ª demostración: Si concebimos clara y distintamente que la existencia pertenece a la esencia de Dios, entonces Dios existe.

La existencia de Dios refuta la hipótesis del genio maligno y garantiza la verdad de lo concebido clara y distintamente.

4. La Estructura de la Realidad: Sustancias Cartesianas

Descartes establece tres verdades indudables: su propia existencia, la de Dios y la de un mundo exterior. En este mundo, distingue entre cualidades primarias (objetivas, como extensión, espacio y movimiento) y cualidades secundarias (subjetivas, como olor, sabor y color). Las primarias, percibidas por la razón, se corresponden con la realidad, mientras que las secundarias dependen de los sentidos y la imaginación.

La realidad se estructura en tres sustancias:

  • Sustancia infinita: Dios, creador de todo.
  • Sustancia pensante: El yo, compuesto de entendimiento y voluntad.
  • Sustancia extensa: Los cuerpos.

Descartes opone la sustancia pensante (activa) a la extensa (pasiva). El mundo material es una máquina movida por causas eficientes. Dios, al crear los cuerpos, introdujo una cantidad constante de movimiento, generando una cadena de movimientos mecánicos. Esta concepción mecanicista permite aplicar las matemáticas a la explicación del mundo.

5. El Ser Humano: Dualismo Cuerpo-Alma

La separación entre sustancia espiritual y extensa afecta la concepción cartesiana del ser humano. El cuerpo, sometido a leyes mecánicas, se opone al alma, libre y espontánea. El ser humano es cuerpo y alma, pero su relación presenta dificultades para Descartes.

Descartes sitúa la interacción alma-cuerpo en la glándula pineal, donde el alma, sin ser extensa, influye en el flujo sanguíneo, controlando así el movimiento del cuerpo.

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