Explorando los Métodos del Saber: Ciencia, Filosofía y Hermenéutica

Los Métodos del Saber: Un Análisis Profundo

Método de las Ciencias Formales

Las ciencias formales no se refieren a hechos de la experiencia, sino a la forma de los razonamientos, respondiendo a experimentos formulados con lenguaje matemático.

Los dos modos de demostración más frecuentes son la deducción y la inducción. La deducción se utiliza tanto en las ciencias formales como en las empíricas, pero las ciencias formales la usan como procedimiento casi exclusivo. Se entiende por deducción el proceso de razonamiento que permite derivar de una o varias proposiciones dadas, llamadas premisas, otra que es su consecuencia lógica necesaria y que se denomina conclusión.

El ideal metodológico de las ciencias formales es constituirse en un sistema axiomático, es decir, adoptar en su integridad la estructura deductiva.

Para ello, el sistema ha de contar con los siguientes elementos:

  • Axiomas: Son principios fundamentales indemostrables dentro del sistema.
  • Reglas de formación y de transformación: Permiten extraer nuevos enunciados válidos para ampliar el sistema.
  • Teoremas: Son enunciados obtenidos deductivamente a partir de axiomas o de otros teoremas ya demostrados.

Método de las Ciencias Naturales

Las ciencias naturales se han servido de la demostración inductiva. El método completo de las ciencias naturales recibe el nombre de método hipotético-deductivo, pues contiene momentos de inducción y momentos de deducción.

Inducción: Es un tipo de razonamiento en el que se obtiene una conclusión general a partir de una serie de casos singulares conocidos por experiencia.

Hay dos tipos de inducción: completa e incompleta. La conclusión no será necesariamente cierta, sino probable, y tal probabilidad dependerá de la cantidad de casos comprobados.

Método Hipotético-Deductivo

El método completo de las ciencias naturales se estructura en tres niveles:

  • Los enunciados protocolarios: Expresan fenómenos del mundo susceptibles de ser constatados empíricamente. Son enunciados objetivos y comunicables unívocamente.
  • Las leyes: Son enunciados universales que expresan el comportamiento o la relación que guardan unos determinados fenómenos de un modo regular e invariable.
  • Las teorías: Son enunciados de los que pueden deducirse todas las leyes de una ciencia particular. Dan unidad a una ciencia y permiten hallar nuevas leyes.

Método de las Ciencias Sociales

Habría así dos clases de enfoque metodológico: uno dirigido a la explicación y otro a la comprensión.

  • Explicar un fenómeno: Consiste en conocer las causas que lo producen.
  • Comprender un acontecimiento: Consiste en captar su sentido, para lo que es preciso situarse dentro de los hechos.

El Saber Filosófico

Origen Histórico de la Filosofía: Mythos y Lógos

La filosofía occidental nace en Grecia, en el siglo VI a.C. Su nacimiento suele relacionarse con un cambio en la forma de explicar los fenómenos cotidianos que se conoce como el paso del mito al lógos. La palabra mythos se refiere a narraciones fantásticas que intentan explicar el origen y la regularidad del cosmos recurriendo a fuerzas sobrehumanas, como dioses o poderes cósmicos personificados.

En cambio, la palabra lógos se convertirá en instrumento de indagación de la verdad, y también de debate y deliberación pública, abierta a todos los ciudadanos, que trata de convencer razonando y fomentando la capacidad crítica.

La Naturaleza de la Filosofía

La Filosofía como Búsqueda de la Verdad

La filosofía se caracteriza por ser un amor a la sabiduría, una aspiración al saber radical. Pero no puede empezar a buscar el saber quien cree poseerlo. Por eso, la admiración que impulsa a filosofar va unida a la conciencia de nuestra ignorancia.

El filósofo es un intermedio entre el sabio y el ignorante, entre el que ya posee saber y por eso no lo busca, y el que hasta tal punto carece de saber que ni siquiera lo echa de menos.

El saber filosófico también procede de las dos fuentes de conocimiento de que disponen los seres humanos: la razón y los sentidos.

La Filosofía como Búsqueda de la Felicidad

Muy pronto los filósofos empezaron a interesarse por saber no solo por el afán de saber, sino también por el de averiguar cómo ser felices. Puesto que todos los seres humanos queremos ser felices, la gran pregunta es qué hemos de hacer para serlo, individual y comunitariamente. Cómo hemos de ordenar los bienes que en nuestra vida podamos lograr de modo que demos prioridad a los que nos hagan felices, y cómo hemos de organizar la comunidad política para que sea justa y permita a los ciudadanos vivir bien, es decir, ser feliz siendo además justo. La filosofía se enfrenta desde sus orígenes a la doble tarea de saber por saber y saber vivir bien.

Método Hermenéutico

La tarea hermenéutica consistió en el arte de interpretar y comprender el sentido de textos, principalmente religiosos y jurídicos.

Este arte se lleva más allá de los textos y se universaliza: todas las acciones humanas, todos los acontecimientos históricos necesitan ser comprendidos e interpretados porque tienen un sentido.

Intentar comprender e interpretar el sentido de esas acciones.

  • Mostrar que el método de la ciencia moderna, preocupado por explicar acontecimientos.

Los Saberes Filosóficos

La filosofía teórica se ocupa del conocimiento de la realidad. A ella pertenecen la metafísica, que en su pretensión de comprender la estructura de la realidad requiere de la ontología.

En esta dimensión también se incluyen reflexiones teóricas sobre ámbitos de la realidad más específicos, como la filosofía de la naturaleza.

La filosofía práctica se ocupa de la acción, dilucida sobre lo que nos conviene elegir, orientando la acción humana mediante la ética.

¿Por qué y para qué filosofar?

  • La celeridad de los cambios sociales y el ritmo vital.
  • Los saberes que se valoran son los positivos, el científico y el tecnológico.

Tareas que le competen y que podrían resumirse:

  • Intentar desentrañar cuáles son los fines que podemos y debemos proponernos racionalmente.
  • Tratar de alcanzar la dimensión de lo universal, rebasando la particularidad de las ciencias y de las culturas y sociedades determinadas.
  • Proveernos de criterios para la crítica racional, que nos ayuden a combatir los dogmatismos.
  • Tales criterios se descubren mediante la reflexión.
  • Para ejercer su función crítica, la filosofía tiene que argumentar, es decir, aducir razones que los interlocutores puedan comprender y, a la corta o a la larga, aceptar.
  • Las argumentaciones han de hacerse dentro de algún tipo de estructura sistemática.
  • Esto proporciona un saber integrador de los distintos saberes. La falta de vida filosófica genera desorientación vital, porque falta un saber integrador de los restantes, capaz de universalidad y de crítica, que trate de acceder a la verdad radical y se pregunte por los fines últimos de la vida humana.

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