La Teoría del Conocimiento en la Obra de Kant
En la obra de Kant, Crítica de la Razón Pura (CRP), se pueden distinguir cuatro facultades cognoscitivas del conocimiento: imaginación, sensibilidad, entendimiento y razón.
Estética Trascendental
En primer lugar, se encuentra la Estética Trascendental, en la que, para explicar por qué son posibles los juicios sintéticos a priori, Kant realiza un estudio de la primera facultad del conocimiento: la sensibilidad. Para conocer algo, lo primero que necesitamos es tener sensaciones. Si carecemos de ello, todo pensamiento es imposible. La sensibilidad permite tener intuiciones y sensaciones. Se supone que la sensación se produce porque hay cosas en el espacio y el tiempo. Pero este supuesto, según Kant, nos ha llevado a contradicciones y a situaciones que nos impiden explicar cómo son posibles los juicios sintéticos a priori en matemáticas.
Normalmente, tomamos el espacio y el tiempo como cosas exteriores, ya que se han adquirido por la experiencia. Pero esto no es así porque, antes de hacer una operación, de antemano sé que son válidos para siempre y en todo lugar. Ahora bien, si el fallo no está en los juicios que expresan unidades matemáticas, solo puede estar en la concepción presupuesta de espacio y tiempo. La propuesta kantiana impone un giro copernicano en el planteamiento. Si suponiendo que aquello en lo que se basan las matemáticas (el espacio en geometría, el tiempo en aritmética) es algo anterior a mí, no hemos llegado a una solución coherente. Probemos a suponer que el espacio y el tiempo no son realidades exteriores, sino formas subjetivas de mi propia capacidad de percibir o intuir.
El espacio y el tiempo son intuiciones puras y únicas, son también formas de mi sensibilidad propias de mi experiencia, por lo que, de esta forma, podré estar seguro de que son válidos. A la pregunta de la estética trascendental (“¿Por qué son posibles los juicios sintéticos a priori en matemáticas?”), Kant responde que tales juicios están basados en las formas a priori de la sensibilidad, que son previas a la experiencia y condicionan a toda intuición sensible.
Analítica Trascendental
En el apartado Analítica Trascendental (CRP), el análisis de la sensibilidad ha explicado la razón por la que las matemáticas formulan juicios sintéticos a priori. Ahora veremos que la física también puede hacerlo, y para ello es necesario analizar el entendimiento y las categorías.
En un análisis del entendimiento, no tenemos sensaciones aisladas, sino que captamos el objeto en su conjunto. Además, sabemos que, desde Hume, ninguna sensación es la “sensación unidad”, imprescindible para la física. Si la unidad no procede de fuera, necesariamente procede de mí mismo: debo ser yo el que unifica esos datos, y esas intuiciones sensibles en una unidad. Estas síntesis son solo juicios. Para las categorías, Kant clasifica tantas como clases de juicios que se pueden formar. La lógica siempre había afirmado que existen 12 clases de juicios, por lo que existen 12 formas, categorías y modos de juicios:
- Cantidad: unidad, pluralidad y totalidad.
- Cualidad: realidad, negación y limitación.
- Relación: sustancia, causa y coexistencia.
- Modalidad: posibilidad, existencia y necesidad.
Dialéctica Trascendental
La dialéctica trascendental trata la búsqueda de los principios absolutos: la razón hace síntesis, pero nunca se conforma con agrupaciones parciales de los actos de la experiencia. Pretende unificar conjuntos cada vez mayores. Para ello, hace razonamientos y trata de buscar principios absolutos. La razón trabaja con ideas trascendentales (alma, Dios, mundo). Estas ideas son a priori de la razón, que la llevan a la búsqueda de lo incondicional, lo absoluto. La razón es la capacidad suprema de pensar, y elabora razonamientos, es decir, relaciona juicios.
Para Kant, razonamiento equivale a silogismo, la lógica apenas había avanzado desde Aristóteles. Concluye que hay tres ideas trascendentales. Mediante la idea de alma, dice Kant, unificamos todos los fenómenos del psiquismo; es la condición incondicionada de todos los fenómenos psíquicos (es decir, todos los fenómenos que tienen lugar en mi psiquismo han de ser remitidos a un yo). Mediante la idea de mundo unificamos todos los fenómenos de la experiencia; la idea de mundo es la condición incondicionada de todos los fenómenos de la experiencia (es decir, todos los fenómenos de la experiencia tienen lugar en el mundo). Mediante la idea de Dios unificamos la totalidad de los fenómenos psíquicos y de la experiencia, en una única causa de la que dependen y por la que son explicados (Dios es la condición incondicionada de la existencia del alma y el mundo, su causa última).
Estas ideas trascendentales nos ayudan a unificar en el pensamiento la totalidad de los fenómenos. Sin embargo, al no poseer intuición ninguna de estas realidades, esas ideas no nos ofrecen ningún conocimiento. Son conceptos puros, sin ningún contenido. La razón se cree capaz de alcanzar el conocimiento de esos principios últimos, y cae en todo tipo de contradicciones: son las antinomias y paralogismos de la razón pura.
Fenómeno y Noúmeno
Como resultado, se sigue la distinción de todos los objetos en fenómenos y noúmenos. Por fenómeno entiende Kant el objeto tal como es percibido por nosotros una vez que los contenidos de la sensación han sido sometidos a las formas trascendentales del espacio y del tiempo (sensibilidad) y a las categorías (entendimiento). La única forma posible de conocimiento es la realidad como fenómenos. Lo que sea esa realidad considerada “en sí misma”, en cuanto noúmenos, es decir, independientemente de nuestro modo de conocerla, es algo que está fuera de nuestro alcance.