METAFÍSICA DE Descartes:
Tiene como objetivo garantizar la razón, garantizar la validez del método de conocimiento que él promete. Es decir asegurar que la razón humana sea capaz de alcanzar conocimiento verdadero. Se trata de refutar el escepticismo, la idea de que el conocimiento auténtico está más allá de las posibilidades del ser humano.//LA DUDA METÓDICA:
Descartes va a aplicar los pasos del método a la metafísica para encontrar una primera evidencia. Descartes busca un principio absoluto. Para encontrarla Descartes sigue el siguiente proceso: Duda de todo de forma sistemática, hasta encontrar algo de lo que sea imposible dudar, y por lo tanto, absolutamente cierto. La ‘’duda metódica’’ consiste en ver hasta dónde puede llegar a dudar cualquier entendimiento. Se trata de tomar todas nuestras certezas y ver si podemos encontrar alguna razón para ponerlas en duda. Si aun así es imposible dudar, será certeza absoluta lo que estamos buscando./El proceso de duda sigue los siguientes pasos:-
Duda de los sentidos
Los sentidos nos engañan en ocasiones, luego no pueden aceptarse como datos indudables./-Duda de la realidad del mundo
Aunque los sentidos nos den a veces datos faltos acerca de las cosas. Podemos seguir considerando que estas son reales. Pero Descartes sostiene que también es fácil dudar de la realidad de las cosas./-Duda del entendimiento
Incluso en los sueños hay cosas que se nos muestran como ciertas. De aquí podemos concluir que las verdades que nos dan las matemáticas resiste este proceso de duda. La duda afecta a la realidad sensible pero no al entendimiento. Descartes cuestiona la evidencia objetiva: ninguna idea ni objeto es evidente por sí. Descartes no se fía del valor representativo de las ideas.//EL COGITO:Para Descartes sí hay algo que reside todo intento de duda, nuestra duda. La duda es una actividad propia del intelecto humano lo que lleva Descartes a su famosa afirmación ‘’pienso, luego existo’. He aquí la primera verdad absolutamente indudable. Es evidente que cuando pensamos sabemos que estamos pensando. Quizás las ideas que pensemos no sean verdaderas, pero no podemos dudar que estamos pensando. No se puede poner en duda que hay un pensamiento. A partir de esta primera verdad, termina el proceso de análisis y comienza la síntesis.
Descartes define ‘’sustancia’’ como aquello que existe sin necesitada de ninguna otra cosa. El pensamiento lo encontramos siempre junto al cuerpo, pero es algo esencialmente distinto y por tanto, podría existir separado del cuerpo. De donde se deduce que la primera sustancia es la ‘’sustancia pensante’’, cuyo atributo (esencia) es el pensamiento y cuyos modos son la inteligencia y la voluntad. Salvo en el cogito (pienso) podemos estar engañados en todo lo demás. De este modo lo único de lo que podemos estar seguros es de que existimos como seres pensantes. Obsérvese que el precepto de la evidencia puede utilizarse para la evidencia del ‘’cogito’’ porque ésta es una verdad estrictamente subjetiva. Pero hemos de darle un fundamento para poder aplicarlo a verdades objetivas. Descartes analiza el contenido del pensamiento para superar el solipsismo. Distingue tres tipos de ideas adventicias (provecen de los sentidos)
facticias (elaboradas por el entendimiento a partir de las facticias)
innatas ( elaboradas por el entendimiento por sí solo). Entre estas últimas están las ideas de ‘’existencia’’, ‘’casualidad’’ etc. Pero también el entendimiento y el precepto de la evidencia están en este momento en cuestión, de modo que las ideas innatas tampoco tienen garantizada su verdad. Descartes señala que entre las ideas innatas está la idea de ‘’infinito’’ a partir de ella tratará de reconstruir el conocimiento. El paso siguiente consiste en demostrar que existe Dios, un ser infinito y por tanto perfecto, que por ser perfecto no nos engañaría cuando algo es evidente. Una vez demostrada la existencia de Dios podremos estar seguros de que existe el mundo y de que podemos conocer ese mundo a través de la evidencia y del método.// Dios:
Para demostrar que existe Dios y que no nos engaña Dios, Descartes ha de responder previamente a unas cuestiones ¿Quién o qué es Dios? Dios es ‘’perfección infinita en acto’’ es la sustancia infinita (la segunda sustancia de la metafísica de Descartes) cuyo atributo (esencia) es la infinitud y que no se presenta ante nosotros de ningún modo. Para demostrar que existe Dios se apoya en varios argumentos. En todos ellos partimos del hecho de que tenemos la idea de ‘infinito’ o de ‘ser perfecto’. +El primer argumento se basa en la idea, la copia, es siempre menos perfecta que la original, podría, a lo sumo tener la misma perfección que aquél, pero nunca puede ser más perfecta. La idea de que Dios no puede ser creada por nosotros mismo ni puede proceder de los entes de los que tenemos experiencia, pues Dios es un ser infinito y prefecto y ni los entes de experiencia lo son ni nosotros tampoco. Por tanto la idea de Dios ha de proceder de Dios mismo.+ Un segundo argumento, teniendo la idea de un ser perfecto, es claro que dependemos de Dios para nuestra propia existencia como seres pensantes. Pues de no haber sido así nos habríamos dotado de la ‘perfección’ de la que carecemos.+ En tercer lugar recurre al argumento ontológico de San Anselmo. La idea de ‘infinito’ o ‘ser prefecto’ incluye entre sus perfecciones o cualidades la de la ‘existencia’. A este respecto, muchos autores han señalado que Descartes incurre en in círculo vicioso, pues está haciendo uso del ‘precepto de la evidencia’ para demostrar que existe Dios cuando, está tratando de demostrar que existe Dios para fundamentar el precepto de la evidencia, que en este momento no lo tiene y está en duda por eso es considerado polémico. +Descartes termina su argumento señalando que quienes no creen deben saber que tienen menos motivos para creen en lo que ven sus ojos. Pues sólo si creemos que existe Dios tendremos un motivo cierto para confiar en que lo que para nosotros es evidente es además verdadero objetivamente. Algunos autores consideran que éste sería un cuarto argumento de la existencia de Dios. Sería un antecedente a las argumentaciones filosóficas.