Filosofía Antigua: De los Pitagóricos a los Sofistas

Antropología (Pitagóricos)

Según noticias fidedignas, fueron los pitagóricos quienes extendieron por Grecia la doctrina de la transmigración de las almas, según la cual, las almas de los seres (plantas, animales, etc.) son inmortales y se reencarnan en distintos cuerpos. La doctrina de la reencarnación estaba estrechamente ligada a su doctrina de la purificación. Si el alma tenía impurezas, era condenada a quedarse aprisionada en un cuerpo; sin embargo, la estancia en ese cuerpo le permite la posibilidad de purificarse. De conseguirlo, la siguiente reencarnación sería en el cuerpo de un ser superior; en caso contrario, el alma vuelve a llenarse de impurezas y se reencarnará en otro ser, pero en este caso inferior.

Solo el alma totalmente pura puede librarse del ciclo de las reencarnaciones y cumplir al fin su máxima aspiración que es la de integrarse en la divinidad.

Ontología (Parménides)

El pensamiento de Parménides se tematiza por la cuestión del ser: nos topamos a diario con la pluralidad de seres, cada uno con sus cualidades específicas que nos permiten diferenciarlo y por ninguna parte aparece el ser. Para Parménides lo auténticamente real sería la existencia de un solo ser eternamente inmutable. ¿Cómo se explica entonces la pluralidad y el cambio? A Parménides se le ocurre que puesto que eso no puede ser verdad (ya que va en contra de la lógica) sea aparente.

Con ello se inaugura la contraposición verdadero o real/aparente. «Aparente» comienza a significar irreal. Con esta oposición se sientan las bases de la doctrina epistemológica que distinguen dos fuentes de conocimiento: la razón (produce certeza) y los sentidos (fuente de error y falsedad).

La doctrina que distingue entre dos niveles de realidad tiene su correlato epistemológico en la doctrina que distingue dos tipos de saber: 1º que es totalmente fiable y objetivo, y nos muestra la verdad de las cosas, lo que realmente son (episteme), relacionado con la razón y se pensaba que era lo que revelaba el auténtico ser de las cosas; y por otra parte estaría la mera creencia (doxa), que es una afirmación poco rigurosa y objetiva, que se deja engañar por falsas apariencias sin llegar a captar nunca lo que de verdadero hay bajo ellas y que se relaciona con los sentidos.

En Parménides se pueden distinguir tres vías del conocimiento: 1º del ser o la verdad (se establece el principio de identidad: A=A); 2º del no-ser o impracticable (se rechaza explícitamente el principio de contradicción: P^¬P, y se acepta implícitamente el de no contradicción: Pv¬P); y 3º del ser y del no ser (es la vía de la doxa, la de Heráclito, también rechazada).

Sociedad-Política (Sofistas)

Toda la actividad de los sofistas estuvo siempre relacionada con la política. Su objetivo era dotar a sus alumnos de todos los instrumentos y conocimientos necesarios para poder triunfar en la vida política. Los sofistas hicieron una radical separación entre Nomos y Physis. Para los sofistas el término nomos abarca todos los aspectos de la cultura, por lo que podríamos traducirlo por cultura. De este modo, la oposición que establecieron los sofistas entre ambas sería equivalente a la que hoy establecemos entre naturaleza y cultura, entendiendo cultura como un conjunto de normas. Desde este punto de vista el hombre se presenta como un ser sometido a las leyes de la naturaleza. Para los sofistas, las leyes humanas formaban parte de las leyes naturales; esta concepción no convencía a los atenienses del siglo V, ya que las leyes jurídicas y las normas morales eran diferentes para cada polis, y aun dentro de cada polis, dichas leyes cambiaban con el paso del tiempo, esto produjo lo que ya hemos visto como una postura relativista llena de escepticismo que hizo pensar a los sofistas que el Nomos eran convencionales, en definitiva, que la cultura y sociedad son artificios humanos. Por eso, algunos sofistas que resaltaron el carácter convencional del nomos llegaron a pensar que este era el producto de un acuerdo basado en el interés mutuo (contrato social) para muchos sofistas, el hombre era un ser codicioso, egoísta y violento por naturaleza. Los sofistas, por medio del Nomos, defendían la democracia como forma de gobierno de la polis. Los hombres están desigualmente dotados por naturaleza, además cada uno tiene una ocupación diferente y entre ellos hay diferentes estatus sociales y económicos. Pero tienen algo en común que no se da por naturaleza, y son la conciencia moral y la justicia.

Conocimiento (Sofistas)

Los sofistas defendían que la validez del conocimiento es dudosa, y que éste es cambiante y avanza con el tiempo. Emplearon un método basado en la formación del individuo, formación que ha de abarcarlo todo e integrar todos los conocimientos. El conocimiento, para ellos, tiene entonces un carácter relativo, ya que está basado en la sensación, que nunca puede expresarse con juicios concretos sino en opiniones.

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