Panorama de la Filosofía Contemporánea: Siglo XIX
Contexto Político y Social
El siglo XIX fue una época agitada por revoluciones en el plano político y social. La aparición de las clases sociales y el desarrollo del sector terciario marcaron este periodo. El liberalismo, el tradicionalismo y los movimientos democráticos dominaron la escena.
El liberalismo, ideología de la clase burguesa, se basaba en la riqueza y la propiedad en el plano económico; defendía el gobierno representativo y parlamentario en el plano político; y se caracterizaba por la tolerancia y la conciliación de posiciones en el plano intelectual.
El tradicionalismo, con su ideología conservadora, defendía el asociacionismo y la religión.
Los movimientos democráticos buscaban superar el liberalismo.
Los movimientos nacionalistas inspiraron ideologías y filosofías como el idealismo. En la primera mitad del siglo XIX, estos movimientos tuvieron un carácter más liberal y democrático. También surgieron nuevos imperialismos que desembocaron en una expansión colonial.
Contexto Cultural
Dos corrientes principales marcaron el plano cultural:
- El romanticismo, que reaccionó contra el racionalismo ilustrado, colocando en primer término lo irracional. Además, defendió la exaltación de la tradición y la historia, considerando la verdad como una creación humana, en contraposición a la universalidad abstracta ilustrada.
- El positivismo, que se basó en los hechos y la ciencia. Triunfó el realismo y las nuevas ciencias. Se consideraba a la ciencia como guía del hombre para comprender su realidad.
Contexto Filosófico
La característica más importante de este periodo es la disparidad de enfoques, sistemas y escuelas filosóficas.
El primer siglo de la filosofía contemporánea se inicia con el Idealismo alemán, representado por Hegel. Este mantiene la primacía del yo como conciencia que configura todo lo demás. Hay tres variantes principales del Idealismo: el idealismo subjetivo, representado por Fichte; el idealismo objetivo, representado por Schelling; y el idealismo absoluto, representado por Hegel, quien sin duda es el representante más destacado de esta corriente y uno de los autores más influyentes en la filosofía contemporánea.
Los intentos por superar las ideas del Idealismo Absoluto de Hegel dieron lugar a la derecha hegeliana, que intentó armonizar el cristianismo y el pensamiento hegeliano, y a la izquierda hegeliana, que desarrolló una filosofía práctica buscando las contradicciones del sistema social. Uno de los autores más relevantes de esta corriente de izquierdas es Karl Marx, cuya corriente de pensamiento, el materialismo histórico, analizará la historia y sus relaciones sociales.
Surge una nueva corriente filosófica, el positivismo, que propone abandonar la religión y la filosofía para dar una explicación a la realidad.
Se desarrollan tres escuelas filosóficas: el historicismo de Dilthey, el vitalismo de Nietzsche y el pragmatismo de W. James.
La Razón Práctica y el Conocimiento Moral según Kant
La actividad racional o intelectual del ser humano no se limita solo al conocimiento de los hechos u objetos. La razón también se preocupa de responder a la pregunta ¿Qué debo hacer? ¿Cómo he de actuar? Mientras la razón teórica pura se ocupa de lo primero, la razón práctica se ocupa de responder a tales preguntas. Razón teórica y razón práctica no son dos razones diferentes en el hombre, sino dos funciones perfectamente diferenciadas de una misma y única facultad racional. La razón teórica se ocupa de conocer la naturaleza, de cómo son las cosas; la razón práctica se ocupa de cómo deberían ser, de cómo orientar la conducta humana.
A la razón práctica no le interesa conocer cómo es, de hecho, la conducta humana, ni cuáles son los motivos empíricos y psicológicos (deseos, sentimientos, intereses, etc.) que impulsan a los hombres a actuar; solo le interesa conocer cuáles deben ser los principios que han de guiarle si quiere actuar racionalmente y moralmente. Según Kant, la ciencia (razón teórica) se ocupa del ser, mientras que la moral (razón práctica) se ocupa del deber ser. Mientras la razón teórica formula juicios, la razón práctica formula imperativos o mandamientos morales.
Crítica a las Éticas Materiales
La ética de Kant es formal y desarrolla una teoría. Además, hace una crítica a las éticas materiales. Características:
- Admiten un fin determinado hacia el que debe dirigirse mi conducta.
- Tienen contenido de carácter material, dicen qué tengo que hacer para conseguir ese fin.
- La bondad o maldad de una acción va a depender de si esa acción consigue o no el fin propuesto.
De acuerdo con estas características, la ética material es empírica, a posteriori (para saber si la acción es buena o mala, hay que comprobarlo en la experiencia). La única objeción de Kant contra la fundamentación de las normas en la experiencia es que no sirve para construir una ética universal; también es heterónoma (te dice qué tienes que hacer) e hipotética (condicionada a la obtención de un fin).
La Ética Formal Kantiana
Kant propone una ética formal: una ética verdaderamente universal y racional no puede ser empírica, sino a priori; ni hipotética en sus imperativos, estos han de ser absolutos, categóricos; ni heterónoma, sino autónoma: el sujeto es quien debe darse a sí mismo sus normas, sin imposición externa alguna.
La ética formal no establece lo que hemos de hacer, se limita a señalar cómo debemos actuar siempre, independientemente de cuál sea la acción concreta que nos ocupe.
El Imperativo Categórico
A diferencia de los imperativos hipotéticos de las éticas materiales, las exigencias de obrar moralmente derivadas de una ética formal son categóricas. Una formulación de este imperativo categórico es: «Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal«. Este imperativo no establece ninguna norma concreta, sino el esquema o forma que ha de tener cualquiera de las normas con las que nos orientamos en nuestra conducta. Otra formulación es: «Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca meramente como un medio«. En las dos formulaciones destaca la exigencia de universalidad.
Los Postulados de la Razón Práctica
Según Kant, las realidades metafísicas no son evidentes ni pueden demostrarse, pero hay que admitirlas para que sea posible la moral. Para ello las denomina postulados de la razón práctica.
- Libertad. La voluntad moral pura es autónoma y tiene que ser libre. Para que sea posible la moral autónoma es necesaria la libertad. La primera condición de conciencia moral es la libertad de la voluntad.
- Inmortalidad del alma. Hay que afirmar la inmortalidad del alma. Se basa en la necesidad de alcanzar el Bien supremo y ello requiere un proceso de tiempo infinito.
- Existencia de Dios. La unidad sintética entre “ser” y “deber ser” es Dios. Dios es donde la realidad está unida a la idealidad. En él se realiza la unión perfecta entre virtud y felicidad. Considerando a Dios como el Bien supremo.
La Dialéctica en Hegel
Entre los precursores de la filosofía dialéctica encontramos en primer lugar a Heráclito, Platón, Aristóteles y Kant. Hegel se ayuda de sus pensamientos para determinar su dialéctica.
El concepto de dialéctica es el mecanismo que explica la realidad (modo de ser) y el modo de alcanzarla (modo de conocer la realidad).
Como método, comprende tres momentos básicos: el de afirmación (TESIS), el de negación (ANTÍTESIS) y el de superación de la oposición entre ambas (SÍNTESIS). El último momento constituye a su vez una nueva tesis independiente de las anteriores, pero que conserva elementos de las anteriores.
Al analizar la realidad, nada se encuentra aislado; las relaciones entre las cosas son de negación interna. Para pensar una cosa hay que negarla y ponerla en relación con las demás. La negación no es absoluta. La síntesis representa la conciliación de los opuestos tesis/antítesis. Cada síntesis se vuelve tesis hasta llegar a la última que englobe toda la realidad. La última es el Absoluto, concebido en Hegel como una idea.
La realidad es la automanifestación del sujeto. La realidad es también dialéctica. La identificación entre el conocer (lo racional) y lo conocido (lo real).
La Idea es algo fijo y determinado que se despliega como devenir (movimiento constante). El despliegue de esa Idea constituye el sistema de la filosofía de Hegel.
Ese despliegue de la Idea puede entenderse en tres momentos:
- La IDEA COMO LOGOS: el pensamiento se piensa a sí mismo (tesis).
- La IDEA COMO NATURALEZA: el pensamiento se extraña a sí mismo y se convierte en otra cosa (antítesis).
- La IDEA COMO ESPÍRITU, que se identifica con Dios. La inmediatez natural del individuo se supera a través de sus obras y representa un nuevo nivel (síntesis): el nuevo nivel es la actividad universalizadora de todos.
El espíritu tiene un despliegue en tres momentos:
- El espíritu subjetivo: es el espíritu en relación consigo mismo. Se manifiesta como voluntad individual.
- El espíritu objetivo: se da a conocer como libertad y se realiza en la historia.
- El Espíritu Absoluto: espíritu que percibiéndose a sí mismo como espíritu de un pueblo.
Las formas en las que el espíritu del pueblo se manifiesta son el arte, la religión y la filosofía.
Filósofos Destacados del Siglo XIX
Hegel
Hegel elabora una teoría encaminada a iniciar una plena realización de la libertad y de la razón. Está convencido de que la Realidad entera son etapas sucesivas que denomina Absoluto, y, por tanto, la misión del conocimiento es descubrir la lógica interna de ese desarrollo. En este sentido, considera que el problema del mundo es la separación entre el mundo de las cosas y el mundo de los valores. Considera que la realidad es un progreso continuo hacia la perfección. Para captar el movimiento, la razón también se debe hacer dialéctica. Hegel percibe en la historia un plan, una ley de desarrollo que une todo, y así se desarrolla la civilización. Su planteamiento toma todo lo real como racional y todo lo racional como real. En el Estado es donde se objetiva la libertad y se garantiza el progreso general.
Marx
Marx hace una crítica al idealismo hegeliano proponiendo una visión dialéctica-materialista de la conciencia, la sociedad y la historia (Materialismo Histórico). Esta crítica le llevó a considerar que el socialismo no solo era deseable, sino posible, pues ocurriría como algo necesario nacido de las tensiones cada vez mayores que se producían en el seno de la sociedad capitalista. Pensaba que inevitablemente se llegaría al triunfo del proletariado. Cuando este hecho llegase, conllevaría la liberación humana.
Vitalismo
El vitalismo surge como reacción anti-positivista y anti-utilitarista, y se sitúa frente al idealismo. Considera que la vida es el eje de la realidad. Los autores que destacan en esta corriente son Nietzsche, Dilthey, Ortega y Gasset, y Bergson.
Nietzsche
El más destacado es F. Nietzsche, crítico de la metafísica tradicional, de los valores ilustrados y de la cultura occidental. Investigó en el origen de los valores y actitudes morales negativas hacia la vida, recibiendo un amplio reconocimiento durante la segunda mitad del siglo XX como un pensador clave en la filosofía contemporánea. Su influencia fue célebre en los filósofos existencialistas, fenomenológicos, posestructuralistas y posmodernos.