Filosofía Cristiana: San Agustín, Santo Tomás y la Relación Fe-Razón

Santo Tomás: Suma Teología

Santo Tomás es el autor más destacado de la madurez de la escolástica y será el encargado de cristianizar a Aristóteles. Por órdenes del Papa de aquella época, va a hacer una síntesis entre la religión y la concepción de Aristóteles, donde va a introducir reformas en la metafísica, la antropología, la ética y la política.

El tema principal del texto es la existencia de Dios basada en la prueba a posteriori de Santo Tomás. Las ideas secundarias relacionadas con la teoría son:

  • El hecho de experiencia, que son los datos empíricos que todo el mundo puede comprobar. En el texto lo encontramos cuando nos dice que «la quinta vía procede de las cosas».
  • El principio de la causalidad eficiente, que afirma que todo efecto tiene una causa que lo provoca. Esto viene reflejado en el texto cuando nos dice que «alcanzar un objetivo no es por casualidad sino intencionadamente». Lo que podemos ver mejor cuando nos dice el ejemplo de la flecha, ya que la flecha no tiene un conocimiento para realizar algo y conseguir un objetivo, sino que la flecha es movida por un ser inteligente (humano) el cual le da el objetivo a dicha flecha.
  • Y por último, nos dice que Dios es la causa primera y es por ello que todas las cosas naturales están ordenadas por un fin, ya que han sido ordenadas por la inteligencia de Dios.

Todo lo que dice el texto encaja en mi conocimiento de percibir las cosas, ya que todo lo que hacemos tiene un fin, aquello inmaterial que no tiene conocimiento, por lo que no puede conseguir un fin. La inteligencia está por encima de todo y quien ordena todo lo natural es Dios.

San Agustín: La Ciudad de Dios

Nos encontramos ante un texto de San Agustín de su libro La Ciudad de Dios. San Agustín dota a la Iglesia del primer gran sistema filosófico, cristianizando a Platón. Su pensamiento se convierte en la doctrina filosófica de la Iglesia en Occidente hasta el siglo XII.

La idea principal es el enfrentamiento que nos presenta Agustín entre las dos ciudades: la Iglesia (Ciudad de Dios) y Roma (ciudad del mal). Podemos comparar su teoría política con su concepción ética.

Ética de San Agustín

En su ética, Agustín cristianiza la concepción platónica del hombre para tratar de explicar temas como la libertad y el pecado. Hace comprensible el menosprecio a lo corporal y lo sensible, muy característico de la antropología cristiana. Su ética presta especial atención al tema del pecado. Para Agustín, el hombre tiene libre albedrío, que es la capacidad que Dios le ha dado para elegir entre el bien y el mal. Puede vivir según el espíritu, seguir a Dios llegando a la felicidad, u optar por el pecado, es decir, vivir según nuestros intereses egoístas y materiales vinculados al cuerpo, alejándonos de Dios, del alma y la felicidad.

Teoría Política de San Agustín

Mientras que en su teoría política (agustinianismo político) tiene unas implicaciones claras: el poder civil o coincide o se subordina al poder eclesiástico. Por eso el Papa debe controlar a los gobernantes y las leyes del Estado deben estar inspiradas en la ley natural que deriva de la ley divina.

Con este escrito de La Ciudad de Dios anticipa una serie de conceptos fundamentales para la Ilustración, además de justificar la teocracia:

  • La idea de la humanidad: El cristianismo introduce por primera vez la idea de que todos los hombres están hermanados, con mismo origen, un mismo padre, mismos derechos. Esta idea se convierte en el fundamento de los derechos humanos.
  • La concepción lineal del tiempo o idea de progreso: frente a la concepción cíclica y pesimista del tiempo griego, la historia tiene una meta y es un proceso de evolución.

Nominalismo: Relación Fe-Razón

En el siglo II, la relación fe-razón se vuelve problemática, ya que surgen herejías y desviaciones por el influjo negativo de la razón y la filosofía. Entonces, ahora es una exigencia para el cristiano aclarar el valor de la razón. Hay varias posturas:

  1. Tertuliano (primacía absoluta en fe): Para este, la fe es irracional y la razón, herejía.
  2. San Agustín (Razón y fe se complementan): Sin la fe no se puede alcanzar la verdad, ya que hay que partir de la fe para cultivar la razón, porque la razón la ha puesto Dios en nosotros.
  3. Averroísmo latino (La teoría de la doble verdad): La razón es la encargada de determinar la verdad. Si hay discrepancia entre la religión y la ciencia, es la religión la que debe rectificar, es decir, si la religión y la filosofía defienden verdades opuestas, cada una tiene validez en su campo, pero en caso de duda hay que dar la razón a la filosofía.
  4. Santo Tomás (Razón y fe se potencian mutuamente): Su punto de partida muestra la superioridad de la fe frente a la razón, ya que dice que la teología es el saber superior. Es clave la distinción entre el orden natural, mediante las que se llegan a la verdad sin la fe, y el orden sobrenatural, que es la esfera de lo divino donde se distinguen dos tipos: la teología natural, donde las verdades se alcanzan con la razón, y la teología revelada, donde debemos aceptar la fe.
  5. Nominalismo: Razón y fe son independientes, ya que cada una tiene su ámbito propio.

El Conocimiento y el Problema de los Universales

La narrativa y el grado de realidad es otro de los grandes temas del pensamiento. Es la reformulación medieval del tema del conocimiento y una problemática con interacciones teológicas. Porfirio nos señala dos posturas:

  • Realismo: donde los conceptos tienen algún tipo de realidad y esa realidad puede clasificarse en dos: «platonizante» (las ideas son la auténtica realidad) o «aristotélico» (existe como forma sustancial).
  • Nominalismo: Los conceptos no son reales, solo están en nuestra mente y en la realidad solo existen casos individuales que solo tienen una función.

Pruebas de la Existencia de Dios

Para Santo Tomás, las demostraciones de la existencia de Dios caen dentro de la teología natural y son importantes para el cristianismo. Según Tomás, hay dos tipos de prueba:

  1. A priori: sin intervención de la experiencia, porque parte de la idea de Dios.
  2. A posteriori: parte de algún hecho de la experiencia que, para explicarlo, hay que buscar causas.

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