Filosofía de Aristóteles
Hilemorfismo
Para explicar la relación entre las formas y la materia, Aristóteles propone el hilemorfismo. Esta teoría explica la composición de las cosas reales a partir de dos principios metafísicos: la materia y la forma (identificada con las ideas de Platón, aunque inmanentes, no trascendentes). Así, entiende la relación cuerpo-alma como una única sustancia, negando la inmortalidad del alma.
En metafísica, surge el problema de Dios como consecuencia de la teleología aristotélica. El acto puro se identifica con Dios, quien no necesita cambiar porque es perfecto. Si no puede cambiar, no puede pensar (ya que implica cambio), y menos en entes inferiores. Si pensara, solo podría ser en él mismo, lo que resultaría en un Dios egocéntrico.
Antropología
El hombre es un animal racional (con logos) y social. Para explicar su naturaleza, Aristóteles recurre al hilemorfismo: el alma como forma y el cuerpo como materia de la misma sustancia. Distingue partes del alma: vegetativa (común a todos los seres vivos), sensitiva (capacidad de los animales para sentir) y racional (exclusiva del hombre, capacidad de percibir el mundo con sentido y transmitirlo). Esta última nos permite hacer ciencia.
La relación cuerpo-alma no es accidental como en Platón, sino una unión sustancial. Cuerpo y alma, por separado, son solo principios metafísicos; como realidad son indisociables. Una vez analizado el conocimiento teórico, podemos abordar el conocimiento práctico: la acción humana (ética y política).
Ética
La ética de Aristóteles se clasifica como eudemonismo. Es contextual, objetiva y teleológica, buscando el fin último: la felicidad. Esta se entiende como la plena realización de la naturaleza humana, es decir, el ser humano como animal racional (con logos, busca el sentido a la vida) y animal social (que vive en polis). Para alcanzar la felicidad, debemos desarrollar virtudes, entendidas como perfección y excelencia. Existen virtudes físicas, intelectuales, sociales y éticas.
Cualquier acción tiene un grado de perfección, y la virtud sería el término medio entre dos extremos viciosos. Este grado es objetivo, pero no hay términos medios universales. A diferencia de Platón, Aristóteles cree que la virtud se adquiere por hábito, no solo por aprendizaje.
Política
El ser humano no se basta a sí mismo como individuo, por lo que se asocia. Esta asociación da lugar a la familia, la tribu y la ciudad (polis). La polis responde a la capacidad racional de concebir lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto. Es la culminación de la naturaleza humana, donde el ser humano se realiza plenamente. De esta organización surgen las virtudes sociales que tienen como meta la autarquía (gobierno de uno mismo). Al alcanzar cierto grado de autarquía, se genera el Estado.
Aristóteles organiza las distintas formas de gobierno existentes. Cualquiera es buena si persigue el bien común y mala si los gobernantes buscan el bien propio. Distingue entre formas de gobierno buenas y sus degeneraciones: la monarquía (gobierno de uno mismo) que se degenera a la tiranía; la aristocracia (gobierno de los mejores) que se degenera a la plutocracia; y la democracia (gobierno del pueblo) que se degenera a la demagogia.