Lógica
Aristóteles usa la lógica como un instrumento para pensar con rigor; reflexiona sobre las normas que rigen el pensamiento humano. Estudiará especialmente la Lógica Proposicional, que es un silogismo o forma básica de argumentación que nos hace llegar desde unas premisas o enunciados a una conclusión. El objetivo de Aristóteles es relacionar conocimiento y realidad.
Metafísica
Es la rama de la Filosofía que estudia la realidad en su máxima amplitud. Aristóteles la denomina Filosofía primera. Estudia la realidad desde los géneros o conceptos más amplios, que son las categorías. Todos los grandes conceptos tienen como referente el de Sustancia, y las distintas maneras de abordar la Metafísica tratan de aclarar este concepto.
Maneras de abordar la Metafísica
- Metafísica como ciencia del ser: el ser se dice de muchas maneras, tantas como sustancias hay.
- Metafísica como ciencia de los primeros principios y causas últimas: Los primeros principios son el acto, o la sustancia en la medida en que es perfecta; y la potencia, o sustancia en la medida en que puede cambiar. Las causas últimas implican que la sustancia depende en su ser y en su actuar. Primero, depende de sí misma, es decir, de la causa material (aquello de lo que la sustancia está hecha) y de la causa formal (identidad de la sustancia). Segundo, depende de las causas extrínsecas, es decir, de la causa eficiente (origen de la sustancia) y de la causa final (perfección externa que provoca en ella cambios y movimiento).
- Metafísica como ciencia de la sustancia: sustrato o unidad última que da coherencia interna al conjunto de caracteres de un ser. Le da unidad y permanencia (subsistencia, lo mínimo).
Aristóteles habla generalmente de sustancia primera, es decir, como sujeto único y autónomo. La sustancia segunda es la entendida desde géneros que la definen.
- Metafísica como ciencia de la Sustancia Primera: Con esta definición, la Metafísica adquiere un carácter trascendente. Aristóteles llega a la conclusión de que existe una sustancia externa y superior a las de la naturaleza, de la que ésta depende. Si todos los seres se mueven y cambian, tiene que haber un punto de referencia que explique la finalidad de todos esos movimientos.
Aplicación de la Metafísica a la Física
La sustancia se desarrolla en el mundo físico como naturaleza (la naturaleza de un ser es su principio interno de movimiento y reposo). Los dos principios de la sustancia se concretan como forma (acto) y materia (potencia). Esto permite el movimiento, es decir, el paso de la potencia al acto, que se explica en la Teoría Hilemórfica: a través del movimiento, la forma adquiere nuevas maneras de ser ella misma (cambio accidental) o se descompone (cambio sustancial).
Proceso del Conocimiento
Se inicia en la captación de las cualidades sensibles. Cada sentido recibe un conjunto de sensaciones que, unificadas mediante el sentido común, permiten la percepción, que posibilita que diferenciemos un objeto como algo distinto al resto de cosas. La memoria y la imaginación nos permiten guardar lo percibido en nuestra mente y volver a hacerlo presente mediante el recuerdo. La imaginación, como fantasía, nos permite mezclar imágenes. La percepción está interrelacionada con el resto de facultades del conocimiento. El conocimiento intelectual empieza desde las imágenes esquemáticas; el intelecto abstrae las formas universales que se encuentran en ellas y así forma conceptos mediante la abstracción. La verdad que se da en el juicio es la adecuación intencional entre nuestro entendimiento y la cosa conocida. El intelecto nos permite conocer la realidad del mundo, pero según se presenta en nuestra mente.
Antropología de Aristóteles
El ser humano es una sustancia con naturaleza racional y social. Su forma (acto) es el alma y su materia (potencia) es el cuerpo. La unión entre alma y cuerpo es sustancial. El cuerpo debe su carácter de sustancia al alma, ya que es el principio determinante, el que hace que el ser humano sea ser humano.
El alma tiene tres funciones: el alma vegetativa, referida a todos los seres vivos; el alma sensitiva, referida a los animales; y la función racional, que permite el conocimiento intelectual gracias al intelecto agente (inmaterial).
El cuerpo está determinado por el alma (principio potencial), ya que necesita del alma, pese a ser la base del conocimiento y acción del ser humano, ya que aporta imágenes esquemáticas e instintos.
El alma es inmortal, subsiste tras la muerte del cuerpo, aunque con una existencia incompleta (podría abstraer, pero habría perdido todo el nivel sensible; necesita del cuerpo).
Alejandro de Afrodisias defiende que el entendimiento agente es universal. Tomás de Aquino defiende la subsistencia del alma individual con una identidad incompleta.
Ética Eudaimónica
Gira en torno a tres conceptos que se integran en el de felicidad o eudaimonía: el del fin, el del bien y el de virtud. La realización del bien se consigue cuando las acciones son virtuosas.
El bien es la perfección de cada ser en la medida en que se corresponde con la naturaleza de otro ser. La perfección es la forma de cada ser, que es su acto. Esta perfección está en cada ser y en el conjunto de los mismos, que es jerárquico y ordenado (cosmos).
La Ética estudia cómo esta perfección atrae la acción voluntaria de nuestra naturaleza para dirigir su acción hacia la perfección de la polis (donde el humano se desarrolla plenamente).
Muchos bienes se adecuan a nuestra naturaleza, pero todos ellos son medios para la consecución de un bien supremo que se corresponde con la función social y racional del ser humano. Para Aristóteles, la naturaleza no se puede realizar si no atiende a sus necesidades materiales de bienestar.
El fin último es la felicidad, que Aristóteles la define como acción del alma conforme a la virtud. Define la virtud como: disposición adquirida de la voluntad consistente en el justo medio determinado por la regulación recta, tal y como la determinaría el hombre prudente.
El punto de referencia de la ética de Aristóteles está en el hombre prudente, que no sólo sabe dónde está el bien de manera genérica, sino que además sabe elegir en cada caso particular los bienes que más nos aproximan a él.
Clasificación de las Virtudes
- Dianoéticas: se centran en el buen uso de la razón y la principal es la prudencia.
- Éticas: las que dirigen los deseos sensibles.
- Justicia: darle a cada cual lo que le corresponda.
- Fortaleza: permite vencer obstáculos para llegar al bien.
- Templanza: controla las pasiones o deseos sensibles.